El paciente es un niño de cuatro años de la ciudad de Zhumadian. Este es el primer caso humano conocido de influenza aviar H3N8. Lo confirmó este martes la Comisión Nacional de Salud de China .
Antes del inicio de la enfermedad, el paciente había criado pollos y gallinas de hueso negro en su casa, y había patos salvajes en la casa.
Desarrolló fiebre y otros síntomas el 5 de abril y fue ingresado en una institución médica local para recibir tratamiento el día 10 debido al empeoramiento de su condición. El día 24, el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades realizó una prueba en la muestra del paciente enviada desde la provincia de Henan y el resultado fue positivo para el virus de la influenza aviar H3N8. La provincia de Henan llevó a cabo una observación médica y pruebas de muestreo en los contactos cercanos del niño y no se encontró ninguna anomalía.
La Comisión Nacional de Salud ha dado instrucciones a la provincia de Henan para que lleve a cabo la prevención y el control de acuerdo con los planes pertinentes, y ha organizado a expertos para llevar a cabo evaluaciones de riesgos.
La evaluación preliminar señala que el virus de la influenza H3N8 es de origen aviar y hasta ahora no había tenido la capacidad de infectar a los humanos de manera efectiva. El virus H3N8 se ha detectado en caballos, perros, aves y focas en todo el mundo, pero no se habían notificado casos humanos de H3N8.
De todas maneras señalan que este brote es una transmisión ocasional entre especies de aves a humanos, y el riesgo de una epidemia a gran escala es bajo.
Los expertos sugieren que el público debe evitar el contacto con aves de corral enfermas y muertas en su vida diaria y tratar de evitar el contacto directo con aves de corral vivas; prestar atención a la higiene alimenticia y separar los alimentos crudos y cocidos durante el procesamiento de los alimentos.
Las causas estructurales de los peligros pandémicos
La transmisión zoonótica de patógenos de diferentes especies hacia humanos no es un hecho fortuito sino que tiene causas estructurales: como señala el filogeógrafo y autor de Grandes granjas, grandes gripes, Rob Wallace, se da en un contexto en el cual tanto la destrucción de ecosistemas debido al agronegocio (desmontes de bosques nativos por ejemplo) o actividades extractivas (minería) favorecen la circulación de patógenos que se alojaban allí; como también la producción industrial o monocultivo de animales como cerdos o aves uniformizados genéticamente, inmunodeprimidos y atestados de antibióticos, generan las condiciones ideales para la evolución de nuevos virus y su transmisión zoonótica.
Frente al enfoque de One Health [Una Salud] que propone la ONU y la FAO, el investigador propone una mirada que incorpore esas causas estructurales ligadas al capitalismo: "One Health ahora se usa como herramienta para limpiar zonas de indígenas y pequeños agricultores, pero hay muchos que escapamos a eso, que lo rechazamos y ahora estamos a favor de lo que se llama Structural One Health: sí, toda la vida silvestre, del ganado y de los humanos está interrelacionada, pero hay que pensar en estas cosas estructuralmente. Nos corrimos de esas geografías absolutas, basadas en donde realmente ocurrió un brote hacia la comprensión de que las cosas son relacionales. Estas geografías relacionales en las que algo en algún lado del mundo afecta algo en el otro lado. Y le prestamos cada vez más atención a los llamados circuitos del capital: el capital se mueve alrededor del mundo, la inversión extranjera directa se mueve en todo el mundo, y en nuestro grupo converge la noción de que ciudades como Nueva York, Londres y Hong Kong, y quizá Buenos Aires, son los peores focos de enfermedades dado que son centros de capital que están financiando la deforestación y los desarrollos que llevaron al desbordamiento de todas estas estas nuevas infecciones en este siglo."
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