La desaparición de Debanhi Escobar y el reciente descubrimiento de su cuerpo en una cisterna abandonada en Nuevo León, conmocionó a todo el país y encendió nuevamente la rabia e indignación del movimiento de mujeres ante la violencia feminicida que no cesa.
El domingo 24, miles de mujeres tomaron nuevamente las calles en Nuevo León, Ciudad de México y otras ciudades para exigir justicia. Mientras la mayoría de estos crímenes continúan en total impunidad gracias a la complicidad de la policía, las fiscalías y autoridades de los tres niveles de gobierno, los partidos del régimen buscan aprovechar el descontento de las mujeres, para posicionarse políticamente rumbo a las próximas elecciones.
Hipocresía de derecha y la Iglesia
El presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, señaló al gobierno de López Obrador y la 4T de dificultar la protección de las mujeres y declaró que:
“Lo preocupante es la indolencia, la inacción y la manera en que el Gobierno le da la espalda al sufrimiento, al incremento de mujeres mexicanas violentadas o asesinadas.”
Cortés olvida que durante los gobiernos de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón hubo el mismo desprecio e indolencia contra las Madres de Juárez, que desde entonces exigían justicia para sus hijas desaparecidas y/o asesinadas. Asegura que su partido buscará “contar con los recursos necesarios (…), con fiscalías especializadas que persigan, sancionen la violencia de género y los feminicidios”, así como implementar “todas las cámaras vigilantes que sean necesarias, patrullajes y puntos de control”. Más policía y más militarización no han frenado los feminicidios, desapariciones y violencia contra las mujeres, sino que los han aumentado exponencialmente desde 2007 y el inicio de la “Guerra contra el narcotráfico”.
En el caso del Partido Revolucionario Instirucional (PRI), sus integrantes en la Cámara de Diputados también lamentaron hipócritamente el caso de Debanhi y responsabilizaron al actual Gobierno de la muerte de 11 mujeres al día. La diputada priísta Marcela Guerra Castillo declaró:
“Ninguna mujer o niña debe sentir miedo de vivir en Nuevo León. Es necesario recuperar la tranquilidad y seguridad de las y los ciudadanos. Ni una más, sororidad total”.
¿De qué sororidad habla Guerra Castillo? Ella y su partido omiten que en 2006 en Atenco, cometieron delitos de lesa humanidad y que los autores intelectuales gozan de total impunidad. Enrique Peña Nieto, Eduardo Medina Mora, Vicente Fox, Genaro García Luna, Wilfrido Robledo Madrid y el resto de funcionarios involucrados fueron responsables y el Estado mexicano condenado por casos de tortura sexual en la represión.
También Iglesia católica se sumó al desfile de hipocresía de la derecha. Desde el semanario de la Arguidiócesis mexicana declararon que:
“En cualquier caso de desaparición, el Estado tiene un alto grado de responsabilidad (...) El caso Debanhi es la expresión mediatizada de una realidad que, por desgracia, se ha vuelto ’normalidad’: nuestras desaparecidas"
Mientras intentan pasar su supuesta preocupación por la vida de las mujeres, es sabido que la Iglesia encubre a pederastas y a sacerdotes como Lázaro Hernández, quien durante una misa celebrada en Coahuila, dijo que “las mujeres que abortan no sirven para nada, ¿por qué no matamos a la mamá?”. Quieran engañarnos diciendo que se preocupan por nosotras, cuando hemos visto que constanteme accionan para negar nuestros derechos y someternos a su moral conservadora, patriarcal y heteronormada.
La 4T también es responsable de la violencia feminicida
Por parte de Morena, senadoras y senadores del partido llamaron al gobiernador Samuel García a atender las demandas de justicia de las mujeres en Nuevo León y denunciaron la violencia feminicida en todo el país. Sin embargo, ellas y ellos han aprobado recortes al presupuesto de los refugios para víctimas en nombre de la "austeridad repúblicana" y aprobado la continuidad de la militarización del país -y con ello, la violencia, feminidios y desapariciones-, por medio de la Guardia Nacional.
En el caso de Movimiento Ciudadano, proponen "mejorar" las cuestionadas Fiscalías, mecanismos e instituciones encargadas de la búsqueda de personas desaparecidas. Sin embargo todas estas accionenes demuestran sus límites al ponerse en marcha sólo hasta que una nueva mujer, niña o persona es desparecida o asesinada, por lo que no resuelven el problema de fondo.
Estás hipócritas declaraciones, tanto de la derecha como de la 4T y aquellos que se dicen “ciudadanos”, nos muestran que más allá de buenos discursos y promesas, no están dispuestos a llevar hasta el final, acciones contundentes para erradicar la violencia desde sus bases sociales y económicas. Por el contrario, buscan capitalizar el descontento de las cientos de miles de mujeres y personas inconformes con las desapariciones y feminicidios, para fortalecer el aparato represivo del Estado, sus fiscalías, policías e instituciones.
Si bien, las desapariciones, la trata de mujeres y niñas no surgieron bajo el sexenio de la 4T, es cierto que en estos casi 4 años tampoco han cesado, pues se trata de un problema estructural que no se resuelve ni con la política de la derecha, ni con la de la Morena. Entonces, ¿qué salida tenemos para hacerle frente a la barbarie que vivimos a diario?.
Urge un movimiento nacional para ir por todo
Aunque los partidos de la derecha y la 4T se señalen los unos a los otros por el exponencial aumento de la violencia feminicida y la crisis de derechos humanos, todos son responsables y parte del Estado, que no es neutral, sino de carácter capitalista y patriarcal.
Mientras tanto, quienes somos parte de familias y clases pobres, migrantes, indígenas y trabajadoras luchamos todos los días contra la agudización de la precarización, por la defensa de derechos elementales como el aborto –que esta despenalizado en sólo algunos estados-, y también contra la violencia en nuestros barrios, escuelas y centros de trabajo, ante las miradas cómplices de la policía y autoridades que bien es sabido, están coludidos con las redes de trata y los cárteles de la droga.
El movimiento de mujeres ha demostrado la fuerza para conquistar la despenalización del aborto en cietos estados, es por ello que desde Pan y Rosas creemos que ese debe que ser el impulso para ir por más, para ir por todo. Necesitamos articular un gran movimiento nacional feminista que pelee por Comisiones independientes para investigar las desapariciones y feminicidios, así como por la despenalización y legalización del aborto en todo el país y el aumento del presupuesto a los refugios para víctimas, guarderías, lavanderías y comedores comunitarios, entre otras acciones.
No podemos separar nuestras demandas y luchas, pues mientras la ultraderecha del PAN y el PRI se tiñen de violeta, siguen negando nuestro derecho a decidir. Aunque MORENA promueve una "justicia con perspectiva de género”, no ataca de raíz las bases estructurales que permiten que la violencia feminicida se expanda con un sesgo de clase, sino que se limita a políticas enfocadas al castigo, que no evitan que nos sigan arrebaten a nuestras compañeras. Por todo esto, sólo podremos imponer nuestras demandas mediante el desarrollo de un potente movimiento que se movilice por miles en las calles, con independencia política de los partidos del régimen y con la organización en nuestras escuelas, centros de trabajo y barrios.
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