En los primeros días de la pandemia, fue emitida una orden de salud pública conocida como "Título 42". Con el argumento de detener la propagación del Covid-19, la orden permitió expulsar a migrantes en las fronteras con Estados Unidos y se ha extendido varias veces. Bajo este título, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP por sus siglas en inglés) prohíbe la entrada de ciertas personas que “representan un riesgo para la salud”.
Esta política ha regresado -según datos de la CBP- a 1,7 millones de migrantes a su país de origen desde marzo del 2020. Pero esta semana no sólo Tamaulipas ha recibido más gente, sino también Ciudad Juárez y otras zonas fronterizas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), más de 100 personas serás expulsadas a diario durante la próxima semana por la inminente revocación del Título 42.
El secretario general de Gobierno de Tamaulipas, Gerardo Peña Flores, ya salió a decir que “serán detenidos y puestos a disposición del INM”, e hizo un llamado a los migrantes a no cruzar por el estado pues “contribuyen de manera negativa a la seguridad” y la migración “afecta el tema económico”.
En Texas, Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Pública anunció que el viernes realizará un simulacro de “contención de migrantes” en los puentes internaciones en conjunto con la Border Patrol.
Joe Biden entró con la promesa de no continuar con la política anti migratoria de Donald Trump, combatiendo las causas de la migración sin construir un muro entre Estados Unidos y América Latina, abriendo diálogo con sus vecinos del sur.
Si bien no hay muro, sigue habiendo centros de detención que parecen congeladores, sin apoyo médico digno, donde separan familias y encarcelan a menores de edad. Los agentes migratorios son cada vez más represivos, se intensificaron los trabajos de inteligencia sobre los movimientos migratorios desplazados hacia su terreno, y las políticas hacen todo lo posible para que una persona migrante no pueda quedarse.
El Título 42 demuestra que los países imperialistas como Estados Unidos han utilizado la pandemia para reforzar la represión y criminalización hacia los y las migrantes. Además, son quienes tienen el control de las vacunas, así que si de verdad quisieran detener la propagación del virus, las garantizarían para cada persona migrante.
Tanto en Estados Unidos como en México, las y los migrantes son perseguidos, reprimidos y deportados sin importar sus condiciones de vida.
Por eso es necesario forjar una organización sin fronteras de la clase trabajadora que luche por mejores condiciones de vida, por el paso libre de todas las personas migrantes, contra la discriminación y represión de los gobiernos, por la unidad de lxs trabajadorxs, de todos los países y todos los sectores.
¡La clase obrera es una y sin fronteras! |