La policía australiana investiga la muerte de un buzo que fue hallado en la costa de Newcastle la pasada semana. Cerca del cuerpo hallaron en el puerto 54 kilos de cocaína distribuidos en paquetes que presuntamente venían en el buque Arieti de las Islas Marshall, que partió desde el puerto de Renova Timbues, el 5 de abril.
La información, que salió publicada en el medio periodístico “Oceanicinsight.com”, describe que el lunes por la mañana la policía halló a un buzo inconsciente en la costa. “Los esfuerzos para resucitar al buzo no tuvieron éxito y fue declarado muerto en la escena. La policía notó de inmediato las circunstancias inusuales del hombre que se cree que era un extranjero que vestía un traje de neopreno con equipo de conducción sofisticado. Dijeron que tenía un respirador de alta tecnología que no emite burbujas de aire”, advierte la nota.
Sobre el paso del buque por el Paraná, fuentes de investigación de Prefectura, señalaron que se enteraron de la noticia por los medios extranjeros. También señalaron que el barco hizo una parada en La Plata antes de continuar su viaje transoceánico.
Todavía no se pudo determinar donde fue cargada la droga ni cómo, ni su vínculo con el buzo profesional, pero este “hallazgo” vuelve a poner en el ojo de la tormenta el monopolio que tienen las grandes agroexportadoras sobre lo que entra y sale de sus terminales portuarias, y el nulo control por parte del Estado. Las aceiteras son dueñas y señoras de lo que ocurre en sus puertos ubicados SOBRE las entradas fluviales del país.
En una región como el sur de la provincia de Santa Fe azotada por las bandas narcos apañadas por la complicidad de la policía y los gobiernos, es de primerísima urgencia dejar de darle esta libertad e impunidad a los puertos privados y estatizarlos todos bajo control de sus trabajadores. Solamente así se podría tener un control estricto de lo que entra y sale del país a través de sus ríos, no podemos esperar combatir el narcotráfico con la canilla libre que significa tener a los mismos que pudren los ríos y envenenan los campos manejando los puertos del país.
Esta medida, el monopolio estatal del comercio exterior, en el contexto social y económico en el que se encuentra argentina, con el FMI ordenando desde EEUU la economía nacional y más de un 40% de pobreza, ayudaría a evitar la fuga de capitales y la evasión de impuestos que las grandes agroexportadoras hacen cada vez que suben 40, 50 y hasta 60 mil toneladas de cereales, harinas u otros derivados de las riquezas del suelo. Con ese dinero se podrían resolver los problemas que aquejan a los trabajadores en temas como salud, educacion y vivienda, entre otros. |
