La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, y el líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, han anunciado formalmente este lunes que Suecia solicitará el ingreso en la OTAN. “Hay una clara mayoría parlamentaria que respalda la adhesión”, ha asegurado Andersson en rueda de prensa.
La decisión llega un día después de que Finlandia —país con el que Suecia ha mantenido una estrechísima cooperación en materia militar durante el último decenio— informara formalmente de su intención de adherirse al bloque militar. La mandataria sueca ha reconocido en el Riksdag que la decisión final de Estocolmo ha estado “profundamente influenciada” por los acontecimientos en Helsinki.
Por su parte, Vladimir Putin ha señalado que Rusia tolerará que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN, pero ha advertido que el Kremlin responderá si la alianza instala bases o equipos militares en cualquiera de los dos países. Según la agencia de noticias Interfax, Putin dijo hoy que la propuesta de ampliación de la OTAN no suponía "ninguna amenaza directa para Rusia". Añadió que no tenía "ningún problema" ni con Finlandia ni con Suecia, al tiempo que advirtió que "la expansión de la infraestructura militar en este territorio provocaría una respuesta por nuestra parte [...] basada en las amenazas que crean para nosotros".
Sus comentarios parecían indicar que el Kremlin podría aceptar la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN siempre que la alianza militar no enviara armas o tropas a ambos países, como hizo en los Estados bálticos y en Polonia en el periodo previo a la invasión rusa de Ucrania.
Militarmente, Finlandia y Suecia tienen unas fuerzas armadas grandes y capaces, por lo que no tendrían necesidad del envío de medios y tropas desde el extranjero, como a las repúblicas bálticas de la ex URSS, donde también hay grandes minorías de habla rusa, como potenciales quintas columnas.
Después de las declaraciones grandilocuentes de los funcionarios rusos, desde quienes hablaban de "respuestas técnico-militares" (la misma fórmula adoptada en la preguerra con Ucrania) hasta quienes amenazaban con desplegar armas nucleares tácticas en los 1.300 kilómetros de frontera con Finlandia y en Kaliningrado [NdE: territorio ruso ubicado al norte de Polonia y oeste de Lituania sobre el Mar Báltico], las declaraciones de Putin son un paso atrás. Las mismas muestran que Rusia es extremadamente cautelosa a la hora de ampliar el campo de rivalidad con el frente occidental. Una muestra de profunda debilidad. |