Ayer lunes, el presidente Gabriel Boric firmaba la promulgación del reajuste del salario mínimo que aprobó el Congreso, que aumentará del bruto de 350 mil pesos a $380 mil desde este mes (U$S456) y a $400 mil en agosto (U$S480), con la eventualidad de subirlo a $410 mil en enero (U$S492), en el caso que la inflación en doce meses supere el 7% en diciembre.
En la ceremonia, Boric recalcó que este reajuste es “el más alto en 29 años”, tratando de ocultar que su gobierno está dando un aumento menor a la inflación interanual que es de 10,5%, ya que este aumento "histórico" para el gobierno, es de un 8,6%, inferior a la inflación. El pueblo trabajador de chile, sigue perdiendo.
Un sueldo mínimo históricamente insuficiente, mantenido bajo por los gobiernos de los últimos 30 años, siguiendo los lineamientos de ataque a las condiciones de vida de las mayorías populares que impuso la dictadura pinochetista y los sucesivos gobiernos constitucionales continuaron.
Esa herencia pinochetista (resumida en este país con los odiados "30 años") el presidente Boric la reivindicó mientras firmaba la promulgación de este aumento -necesario pero absolutamente insuficiente y que solo recibirán 850.000 personas-: “No podemos solazarnos de esto como si fuera un logro solo nuestro, porque esto se hizo sobre la base de lo que en su momento construyeron Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, Piñera, y los diferentes gobiernos con los esfuerzos que pudieron hacer en su momento, por lo tanto acá quiero insistir con este punto, que a mi me interesa mucho recalcar, estamos construyendo sobre la base de lo que hicieron quienes nos antecedieron, no podríamos hablar de un sueldo mínimo de 400 mil pesos, si no fuera por esfuerzos que se hicieron anteriormente”.
Gabriel Boric ganó las elecciones porque representaba, en una forma distorsionada, la enorme rebelión popular que exigió en las calles, enfrentando a las fuerzas represivas, terminar con esa herencia neoliberal -que los partidos de la vieja concertación y la derecha cuidaron muy bien-. Herencia que ahora reivindicó en su discurso. Algo que no es menor, ya que los grandes empresarios se enriquecieron y se hicieron aún más millonarios, principalmente sacando cada vez mayor tajada del trabajo de chilenas y chilenos (una distancia sideral entre el valor de las mercancías que producen y el pago salarial que reciben)
Por supuesto, todo esto con las direcciones de la CUT (Central Única de Trabajadores), que impávidas dejaban pasar ataque tras ataque contra quienes mueven el país.
Por esto, para enfrentar el aumento de precios hay que tomar medidas de fondo, pero partiendo de defender los salarios, aumentando el mínimo para que se equipare al costo de una canasta básica, los sueldos deben ajustarse mensualmente para que no los coma la inflación. Esto necesitará una organización y lucha del pueblo trabajador, sobre todo en estos momentos donde la inflación a nivel mundial escala, los precios de productos alimenticios básicos están por las nubes a nivel mundial (en gran parte producto de la guerra en Ucrania y las sanciones imperialistas), lo que ya viene produciendo a su vez luchas y movilizaciones para poder acceder a alimentos y combustibles.
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