La reconocida feminista marxista norteamericana Lise Vogel, la economista Candelaria Botto, la Dra. en Filosofía Danila Suárez Tomé y la divulgadora científica Agostina Mileo de Econofeminita, la Dra. en Filosofía Diana Maffía y la diputada nacional Myriam Bregman, de Argentina, la politóloga decolonial Françoise Vergès, de Francia, la politóloga feminista Jule Goikoetxea del País Vasco y más de 200 feministas de distintos países ya firmaron en las primeras horas. En Uruguay, Nancy Baladán, madre de Milagros Cuello Baladán, desaparecida en 2016, Antonella Fialho, en nombre del Colectivo Campesinas Rebeldes de Melo, Cerro Largo e Irma Leites, ex presa política y militante por los derechos humanos, entre otras mujeres luchadoras ya han firmado.
Aquí transcribimos el texto del petitorio.
Las abajo firmantes, feministas y activistas LGTBI de diferentes países, nos solidarizamos con las mujeres que en Estados unidos están hoy luchando por el derecho al aborto seguro y gratuito.
El voto de la Corte Suprema de EEUU contra el fallo Roe vs Wade significará un retroceso histórico contra el derecho de las mujeres y las personas con capacidad de gestar para decidir sobre su propio cuerpo. Algo que afectará especialmente a las mujeres más pobres, a las mujeres negras, latinas y migrantes.
Desde hace años que organizaciones conservadoras y las Iglesias están intentando liquidar este derecho, o lo bloquean por diversas vías, en varios Estados. Ahora quieren ir un paso más allá, para prohibir el derecho al aborto. Sabemos que el aborto clandestino solo significa más muertes de mujeres por abortar, y por eso el movimiento de mujeres de todo el mundo sigue exigiendo: anticonceptivos para no abortar, aborto libre y gratuito para no morir.
La responsabilidad de este ataque está ahora en la Corte Suprema, con mayoría conservadora. Las nueve personas (seis varones y tres mujeres) que conforman el máximo tribunal, que la población no votó, tienen en sus manos la decisión sobre la salud y la vida de la mayoría de las mujeres y personas con capacidad de gestar. El Partido Republicano lleva tiempo atacando este derecho, como han hecho recientemente con la aprobación de una ley muy restrictiva en Texas. Y Donald Trump ha convertido esta batalla reaccionaria en bandera para su campaña electoral.
Pero si ahora la Corte Suprema puede avanzar con este ataque es porque el derecho al aborto nunca se transformó en Ley federal en el Congreso de Estados Unidos. Algo que el Partido Demócrata se negó a votar cada una de las veces que tuvo mayoría legislativa.
No solo está en juego el derecho al aborto para millones de mujeres. La sentencia reaccionaria por parte de la Suprema Corte podría abrir camino para avanzar sobre otros derechos democráticos y de la comunidad LGTBI.
Feministas de diversos países en los últimos años nos hemos movilizado en la “Marea verde” de Argentina y América Latina, por el derecho al aborto en Polonia e Irlanda, en las huelgas de mujeres y en las movilizaciones contra la violencia machista y homófoba en muchos países. Porque sabemos que la única manera de conquistar todos nuestros derechos es con la movilización en las calles.
El camino lo muestran cientos de miles de mujeres y activistas que se han movilizado estos días en las ciudades de Estados Unidos cantando: "Mi cuerpo, mi decisión" y también "No vamos a volver atrás". La tendencia a la confluencia entre este movimiento por el derecho al aborto y por los derechos LGTBI con los nuevos activistas sindicales en empresas como Amazon y Starbucks puede ser muy potente.
Por eso llamamos a una activa solidaridad internacional con las mujeres que se movilizan en EE.UU.
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