La comuna recientemente fue calificada como zona de rezago, de abandono, de atraso, una declaración que sin embargo oculta que detrás de ese atraso está el saqueo empresarial histórico a nuestra región y el sacrificio de pueblos alejados de las grandes ciudades como el puerto de Tocopilla.
Orígenes mineros
Tocopilla nace como subproducto de la creciente actividad minera a finales de la primera mitad del siglo 19. Cuando, en el año 1843, el prefecto del puerto boliviano de Cobija encomienda a Domingo Latrille el trazado de la ciudad, debido a la creciente dinámica de la actividad económica de la zona tras el arribo de diversos emprendimientos mineros, que implicaron la extracción, fundición y exportación de mineral, sumado a la explotación guanera de Paquica, al norte de la ciudad.
De tal modo, que los primeros poblamientos se conforman por pequeños caseríos que van desde Punta Algodonales (donde se encuentra actualmente la planta de Engie) hasta Caleta Duendes y todo el llamado pueblo bajo, que comprende la población Barros Arana.
Sin embargo, tal como Gatico, Tocopilla era grito y plata para los ricos y miseria para los trabajadores y los pobres, quienes luego de la ocupación militar chilena durante la guerra del pacífico no vieron mejorar sus condiciones de vida.
Durante este tiempo la ciudad siguió creciendo con la llegada de nuevos pobladores, especialmente migrantes llegados al comercio y la actividad salitrera. La nueva vida cosmopolita no calmó los ánimos de trabajadores pobres de la ciudad, que con el auge del salitre y la proliferación de oficinas, gracias a los nuevos métodos de extracción del salitre expandió su producción.
Con lo anterior la organización obrera no se podía quedar atrás, proliferando las mancomunales, que en Tocopilla alcanzó a organizar a más de 3.000 trabajadores, además de levantar un periódico que era dirigido por el mismo Luis Emilio Recabarren.
La mancomunal fue una nueva forma de organización obrera por la cual los trabajadores mantenían un socorro, además de otras prestaciones, bienes más baratos que en las pulperías, de educación etc., pero además tuvo un carácter defensivo a la hora de responder a los ataques patronales.
Así, la mutual creció y fue haciéndose más poderosa, sin embargo en 1904 se vio enfrascada en un juicio, que implicó incluso la prisión de Recabarren, quien respondió a las acusaciones en un famoso alegato, en donde desarma, piedra por piedra, los argumentos ilegales que buscaban perseguir y desarmar la mancomunal, ante la mirada atenta de patrones y dueños que veían en ella la quimera de la organización obrera.
Tras una serie de masacres, como la de 1906 en Antofagasta o en 1907 en Iquique, las mancomunales cayeron en crisis, debiendo adecuarse los trabajadores a nuevas formas de organización.
No fue hasta 1915, cuando la familia Guggenheim, mediante la Chile Exploration Company, empezó la explotación del mineral de Chuquicamata, para lo cual se necesitaba la instalación de una planta generadora de electricidad para alimentar el novísimo negocio y Tocopilla fue el lugar predilecto para ello.
Esto no hizo mas que sellar el destino del puerto salitrero, el cual ahora pasaba no solo a ser exportador de salitre y mineral, sino que además sería el motor eléctrico del importante yacimiento cuprífero.
La termoeléctrica llegó a la ciudad a imponer el mando yanquee, con turnos y villas exclusivas para sus trabajadores, quienes en 1920 se cansaron de soportar los malos tratos de los gringos, el sistema de fichas y los bajos salarios, lo que se tradujo en una huelga sin mayor efecto.
Sin embargo, en 1922 los trabajadores de la empresa Chile Exploration Company se unieron a los trabajadores de la empresa Anglo Chilean Nitrate & Railway, trabajadores portuarios, formando la Gremial Mar y Tierra, quienes empezaron un proceso de concientización y protestas en el puerto salitrero, las cuales ascendieron a una huelga el año 1923.
Durante la huelga la gremial informó el boicot a la termoeléctrica y a productos de origen estadounidense, determinando que no se descargan mercancías estadounidenses, ni tampoco desembarcaron mercaderías que fuesen destinadas a locales que vendieran productos gringos generando una importante agitación en la ciudad.
Sin embargo, la huelga fue clausurada ante la amenaza patronal de recurrir al sanguinario regimiento Esmeralda, el cual solo unos pocos años antes, en 1921, había cobrado más de 70 vidas en la oficina San Gregorio.
Esto derrotó a los trabajadores, quienes se vieron expulsados del pueblo junto a sus familias, y la Gremial Mar y Tierra desmantelada y sus dirigentes apresados. Los gringos no les perdonaron a los trabajadores haberse osado levantar la voz en contra de ellos, para lo cual las autoridades se entregaron de lleno a cumplir los deseos de sus jefes.
Posteriormente, durante los años 1960, con la caída del negocio se reorganiza la industria salitrera formándose la Sociedad Química y Minera de Chile, de propiedad estatal, que además montó un brazo mecánico, con lo cual se redujeron los tiempos de carga, pasando a cobrar una nueva importancia el puerto. Durante este periodo crecieron las organización obreras, con el Partido Socialista y Comunista conquistando diversos cargos de autoridad.
A principio de los años 70 la alcaldía sería dirigida por el comunista Marcos de la Vega, quien durante el golpe fue arrestado y desaparecido, tal como muchos otros activistas, luchadores y organizadores, incluyendo estudiantes, docentes, interventores del gobierno, médicos, obreros, etc.
La dictadura buscó golpear duramente al pueblo de Tocopilla con casos ejemplares que fueron posteriormente corroborados. En la comuna la dictadura dejó en manos del paco Luciano Astete Almendras la represión, quien junto a los pacos Álex Adalberto Cantín Leyton y Juan Bonilla Castro, y otros, empezaron las detenciones y desapariciones.
Según los diversos relatos obtenidos años después, muchos de los detenidos pasaron por la comisaría de Tocopilla en donde tras ser interrogados y torturados eran conducidos a las afueras de la ciudad para su fusilamiento, tanto en la mina La Veleidosa como en la pesquera.
Cuando la larga noche de la dictadura acabó el pueblo tocopillano mantenía una profunda herida, debido a los horribles crímenes perpetrados en la comuna y que familiares y amigos se encargaron de sacar a la luz exigiendo justicia y verdad.
Pero esto no fue lo único que cambió en la comuna.
Pesca y saqueo del mar
Con la entrada de los años 90 los grandes empresarios pesqueros encontraron en la bahía y mar adentro el lugar perfecto para saquear nuestros mares, instalando la Pesquera Coloso la cual, finalmente, terminó siendo un terreno baldío que aún pertenece a los dueños de la pesquera.
Finalmente, tras años de saqueo descontrolado del mar, y gracias a la ley de pesca que terminó de matar la fauna marina, los pescadores de la comuna se han visto afectados por agotamiento de los recursos marinos, debiendo recorrer mayores distancias, con los consecuentes gastos que importan, para hacerse de la pesca.
Minería: otra huella del saqueo y el abandono
Tocopilla desde sus orígenes ha estado ligada a la actividad minera. Desde su puerto se exportaba cobre y guano. Luego, con la innovación del salitre el puerto cobró una especial relevancia. Actualmente, la principal actividad portuaria tiene que ver con la extracción de nitrato y litio de los salares del interior de la región y su trabajo en Coya Sur, donde somos el último eslabón del gran negocio de Ponce Lerou, uno de los magnates más grandes del país, en donde reina el subcontrato y los bajos sueldos.
No solo destruyen nuestro medio ambiente, sino que además exprimen por generaciones a las familias tocopillanas.
Electricidad y la salida de las termoeléctricas
La generación de electricidad fue un negocio de la familia Guggenheim, el puerto de Tocopilla, en plena bahía, a metros del mar, fue el mejor lugar donde instalar un enorme generador eléctrico para abastecer el negocio de una de las familias más ricas de EE.UU.
Ahora no solo se exportaba mineral, sino que además se importaba combustible para alimentar las turbinas eléctricas, elevando la actividad portuaria y el descontento entre los trabajadores que sufren vejámenes y malos tratos de los jefes gringos.
Sin embargo, tras más de 100 años de operación, actualmente está en marcha un plan de descarbonización que pretende sacar las termoeléctricas, plan que no contempla la generación de empleo, y que significó que cientos de trabajadores fueran despedidos, especialmente contratistas, o reubicados en Mejillones, con la complicidad de las burocracias sindicales.
Actualmente se han cerrado 2 unidades (U12 y U13) y este 2022 se contempla el cierre de las unidades U14 y U15, todas de la empresa Engie, por su parte, respecto de Aes Gener, se espera el cierre de las unidades NTO1 y NTO2 para el año 2040.
Producto de la generación eléctrica la ciudad vivió por años los efectos de la contaminación atmosférica, resultando en que en Tocopilla los riesgos de contraer enfermedades respiratorias y cáncer son 4 veces más altos que la media nacional, siendo un 172% de veces más probables contraer tumores malignos de tráquea, bronquio y pulmón.
Sin embargo, esto recién fue reconocido el año 2007, tras el cual se elaboró un Plan de Descontaminación para reducir las emisiones de peligrosas sustancias que son arrojadas a la atmósfera, afectando la salud de niños y ancianos de la comuna.
Este plan ha tenido importantes efectos en la reducción de emisiones contaminantes, sin embargo, según el programa Chile Sustentable, sigue estando por sobre las medidas internacionales de contaminación que mantienen altos niveles de morbilidad y mortalidad en Tocopilla.
Otras caras del abandono: empleo, vivienda, salud y educación
A pesar de la enorme riqueza que el pueblo tocopillano ve pasar por sus manos, vivimos en una zona de abandono. No solo faltan oportunidades laborales, sino que tenemos un déficit habitacional ya que hace años no hay planes de vivienda para la comuna, como falta de oportunidades de estudio al no existir instituciones de educación para los jóvenes que terminan la educación media.
Adicionalmente, otra importante deuda con la comuna es la salud. Contamos con un hospital de los más modernos y nuevos de la comuna, sin embargo, no cuenta con especialistas, por lo cual muchos tocopillanos deben viajar a la ciudad de Antofagasta para atenderse ante la falencias en el hospital Marcos Macuada.
Sin posibilidades de estudio, sin posibilidades de trabajo la juventud tiene dos opciones. Abandonar la ciudad para buscar oportunidades en Antofagasta o en Calama, o bien quedarse en la ciudad, presa de trabajos precarios en Mantos de la Luna, en SQM, sea en el puerto o en Coya Sur, o la descomposición social.
Una juventud sin futuro que sólo tiene como opciones ser esclavos de Ponce Lerou o de la pasta base.
Estalla el conflicto
Tras los años 90 la alegría no llegó. SQM ya estaba completamente privatizada y el año 1994 se privatizó la termoeléctrica, perteneciente hasta entonces a Codelco. Las pesqueras saquearon y se fueron. Tocopilla cayó en un largo retardo quedando rezagada del desarrollo minero en la región. Sin embargo el 2007, con el terremoto, el abandono salió a flote. Cientos de familias vieron cómo sus casas se venían abajo, lo que obligó al gobierno a invertir de una vez por todas en la comuna, desarrollando planes habitacionales y subsidios para reponer las miles de viviendas afectadas.
Estos planes tardaron en hacerse efectivos, debido al desastroso modelo de licitaciones con constructoras que caían en quiebra, desaparecían, se transformaban, etc., lo que demoró enormemente la entrega de viviendas.
A la vivienda y el desempleo, incentivado por la crisis económica del 2012, se sumó la crisis de salud. Lo cual para el año 2013 terminó estallando en una pueblada en donde por casi 2 semanas cientos de trabajadores, mujeres y jóvenes salieron a protestar ante la precaria situación en la comuna.
Los efectos del abandono formaron la base del descontento de la pueblada del año 2013, protesta que mediante toma de la comuna, cortes de calle, desobediencia civil y otros actos de protesta, costó el puesto a Pablo Toloza (intendente de Antofagasta), además de que obligó al Ministro Mañalich a apersonarse en la comuna y negociar con los representantes de la asamblea ciudadana.
Esta asamblea ciudadana es un aspecto innovador, aunque por la importante legitimidad de Sanroman como alcalde le permitió mantener el control del proceso, restándole combatividad y desarticulando, en los hechos, la asamblea ciudadana.
El punto de contacto entre el balance de la pueblada y el estallido es la ausencia de la clase trabajadora como sector estratégico diferenciado y actuando con sus métodos propios, en donde en uno y otro proceso el puerto de SQM siguió funcionando, en lo cual jugó un rol fundamental la burocracia sindical.
Sin embargo, a pesar de la iniciativa desplegada por los habitantes de la comuna, la ausencia de los trabajadores de Engie o de SQM y la falta de un organismo democrático que concentrara a los sectores en lucha, para determinar los pasos a seguir y los objetivos de la movilización, dejó la dirección del movimiento en el alcalde Fernando San Román, quien tras negociar con el entonces Ministro de Salud, Jaime Mañalich, dio por terminada la movilización con un petitorio de mesas de trabajo y compromisos parlamentarios que no quedaron en nada.
En vez de desarrollar la movilización y la acción independiente de la población, sumando a trabajadores estratégicos, Sanroman se montó sobre la movilización para desviarla a un cauce institucional en vez de permitir a los vecinos, trabajadores, y jóvenes que sostenían la lucha, el tomar protagonismo y decidir por ellos mismos los pasos a seguir, el protagonismo de Sanroman terminó ahogando la movilización y las demandas convertidas en promesas.
Por otro lado, destaca también la problemática ambiental, especialmente para pescadores, quienes se ven afectados por la contaminación de los puertos, de la termoeléctrica, por el efecto que pudiera generar la desalinizadora, etc., con marchas, cortes y exigencias al gobierno.
Debido a la falta de soluciones el descontento se mantuvo los años siguientes con conflictos de diversa índole. El año 2014 se sucedieron manifestaciones de trabajadores contratistas de SQM y movilizaciones de estudiantes y profesores. El 2015 hubo cacerolazos por las alzas en las tarifas eléctricas, además de protestas y cortes de calle en las afueras de las empresas termoeléctricas, como así mismo en agosto pescadores artesanales marchan por la ciudad reclamando contra la contaminación del mar por la empresa E-CL (actual Engie) debido al desplazamiento de cenizas al mar por temporales, movilización que terminó con la toma de la Gobernación por parte de los pescadores durante 3 horas.
Otro de los principales reclamos en la comuna dice relación con la violencia hacia la mujer y la igualdad de derechos, lo que ha promovido la participación de mujeres en diversas organizaciones que responden en la calle ante diversos casos de violencia.
Adicionalmente, se pueden contar la ausencia del fomento a las actividades culturales y deportivas, las cuales emergen por la propia autogestión de artistas, colectivos, grupos y clubes que deben sortear, generalmente en base al autofinanciamiento, las dificultades económicas que implica desarrollar actividades de manera independiente y sin cooptación por parte de las autoridades locales.
Política de la burguesía
Mientras la burguesía y autoridades locales por años ha mantenido en el abandono a nuestra ciudad, hoy impulsan un plan de desarrollo para zonas de rezago, que vendría a incluir algunas de las demandas de la comunidad, sin embargo la crisis en Tocopilla es estructural, requerimos un centro de formación profesional y técnica, dejar de depender de empresa explotadoras y contaminantes como las termoeléctricas o SQM. En tal sentido, este proyecto de desarrollo implica cerca de $460 mil millones de pesos que serán ejecutados en un lapso de 8 años.
Así mismo, otro importante proyecto del empresariado se relaciona con el llamado Corredor Biocéanico, este es un megaproyecto que busca crear un eje de conectividad en el cono sur, uniendo la zona centro y oeste, conectando regiones de Brasil hasta los puertos del norte de Chile, atravesando Paraguay y dos provincias de Argentina. El corredor apuesta a eliminar cualitativamente los tiempos de transferencia de cargas, y crear una cadena de valor agregado para las exportaciones e importaciones, tanto a nivel intra regional, pero centralmente de cara al Asia y América Pacifico, donde los puertos de la región de Antofagasta tienen una ubicación estratégica. La implementación de este corredor contaría a Tocopilla dentro de los puertos del Pacífico.
El proyecto es presentado como una maravilla, como posibilidad de desarrollo, progreso y empleo, sin embargo los principales beneficiarios del mismo, conforme a la historia de cómo los capitalistas invierten en sus negocios a costa de profundizar el abandono y de convertir los territorios en zonas de sacrificio, serían el grupo Luksic, Von Appen, Ponce Lerou, Albemarle y la gran minería.
Este megaproyecto vendría a profundizar la dependencia nacional del capital extranjero y de la exportación de recursos naturales y commodities.
Adicionalmente, este proyecto tiene déficit. Por un lado no se encuentra cabalmente desarrollado el conjunto de la logística vial y portuaria para soportar el nivel de exportación que implicaría la implementación del corredor, lo que significaría la construcción de una mega carretera que terminaría eventualmente afectando importantes zonas de la selva paraguaya, el Salar de Atacama, la reserva del Parque Nacional Los Flamencos y Aguas Calientes, sin ninguna conversación o diálogo con las comunidades.
Finalmente, conforme a la tradición del saqueo, los beneficios del saqueo quedan en manos capitalistas y los habitantes de los territorios ven sus condiciones de vida y ambientales degradadas, con superexplotación y entrega de nuestras riquezas nacionales.
Alcaldesa junto a Joao Parkinson, Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, en en el Foro de Intergración sobre el Corredor Bioceánico
Este proyecto es ampliamente auspiciado por las autoridades locales los cuales operan como agentes del entreguismo y la dependencia. El gobernador regional, Ricardo Díaz, viene recorriendo la región presentando las bondades del proyecto, lo mismo la alcaldesa de Tocopilla Ljubica Kurtovic.
¿Se puede acabar con el saqueo y el abandono?
No queremos ser siempre una zona de sacrificio al servicio de las ganancias capitalistas. Las familias trabajadoras y pobres de la comuna, y de la región, merecemos una vida que valga la pena ser vivida, pero esto no será posible si el conjunto de la vida social, política y económica siguen en las manos de quienes explotan nuestros territorios y nuestra gente.
Acabar con el abandono implicaría disponer de importantes recursos para la construcción de centros de estudios superiores, mejoras a la infraestructura actual de escuelas, liceos y del Hospital, como así mismo la implementación del desarrollo de actividades culturales, deportivas y turísticas.
Así mismo hay que acabar con el negocio privado de las grandes empresas en la comuna, para lo cual es necesaria la expropiación de empresas como Engie, Aes Gener, SQM y Mantos de la Luna, bajo control de sus trabajadores y las comunidades, adoptando las medidas necesarias y efectivas para que no sigamos siendo depositarios del sacrificio ambiental y económico.
Medidas como esta no se van a desarrollar sin la resistencia de los capitalistas, por lo que la organización de los trabajadores, actualmente encorsetados por sus dirigentes sindicales, será fundamental para enfrentar esa resistencia. La acción conjunta de los trabajadores y el pueblo, algo que no se logró desarrollar en la pueblada del 2013 ni en la rebelión del 2019, puede abrir camino a una nueva época de nuestra región, acabar con el saqueo y devolverle el futuro a nuestras familias.
Sin embargo, esta unidad no nacerá espontáneamente, se requiere la acción decidida y consciente de una organización política que busque unir lo que el régimen separa, que busque organizar a trabajadores, mujeres, activistas, a las y los más lúcidos, perspicaces y combativos, que se inserten en las empresas estratégicas, que se relacione con la juventud y los trabajadores de la educación, que tenga una perspectiva ambiental que no nos subordine al sacrificio y la contaminación, que pelee por los derechos de las mujeres y de los jóvenes, que a nivel nacional luche por un gobierno obrero que ponga las prioridades populares al centro por sobre la ganancia de un puñado de ricachones.
Esta perspectiva es la que buscamos organizar desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios y desde la Izquierda Diario, para ello ponemos nuestros esfuerzos a disposición para levantar una organización política en la comuna, que tenga como objetivo acabar con el saqueo, con el sacrificio, y que nos devuelva el derecho al futuro.