Contanos cómo finalizó la huelga después de cuatro meses de lucha
El 19/9 los y las trabajadoras de la Universidad de San Pablo (USP) votaron aceptar los términos de la negociación entre la dirección del Comando de Huelga y la Rectoría, terminando así la huelga tras cuatro meses de dura lucha. Después de 116 días de huelga conquistamos 5,2% de aumento salarial y una bonificación de 28,6% por única vez, una derrota para el Rectorado porque no quería dar ningún aumento. Creemos que esta huelga y este triunfo, (nos pagaron los días de huelga) ya es un símbolo para la clase trabajadora brasilera. Porque veníamos de algunas huelgas enormes pero que fueron derrotadas como la del Subte de San Pablo que conmocionó al país días antes de la Copa del Mundo.
¿Qué les aportaron las luchas de otros gremios?
En la USP discutimos mucho también sobre la huelga de los barrenderos de Río de Janeiro, trabajadores precarizados que tuvieron el coraje de parar en medio de los Carnavales y fue una de las mayores victorias de la clase obrera brasilera de los últimos años. Tratamos de aprender de estas experiencias de lucha. En nuestra huelga, con un activismo obrero fue muy fuerte y partiendo también de la tradición de lucha de nuestro sindicato del que somos parte junto con el compañero Brandao, dirigente histórico de la vanguardia obrera brasilera, y junto a otros dirigentes históricos del gremio, impulsamos un Comando de Huelga con más de 100 delegados, que representaban a miles de activistas que participaban de las asambleas y acciones de lucha y otros miles más que se reunían en las asambleas por facultades. Hicimos marchas por la inmensa avenida Paulista con más de 2.000 compañeros.
Incluso los trabajadores del hospital universitario, que solo ellos son más de 1.000, hacía 20 años que no salían a la huelga. Salieron con una fuerza impresionante, muy combativos, enfrentando a la policía en los piquetes y siendo parte del Comando de Huelga.
¿Por qué resultó tan importante el Comando de Huelga?
Fue un organismo democrático de lucha que condujo la huelga consultando permanentemente a las bases a través de la Asamblea, con micrófono abierto para cualquier trabajador para hacer propuestas, críticas, opiniones. Esto fue muy importante porque es la forma que adquiere la auto-organización de los trabajadores, donde se pueden expresar todas las tendencias que hay en el movimiento obrero. Los delegados son electos por la base y revocables en cualquier momento por los trabajadores que lo eligieron. Una organización y métodos de lucha y de discusión y decisión, que se oponen completamente a los métodos que nos tiene acostumbrados la burocracia sindical en Brasil e incluso de sectores de la izquierda tradicional. Así, el Comando de Huelga se ganó la confianza y el apoyo activo de los trabajadores y pudo llevar la huelga a la victoria.
¿Qué es lo más novedoso que podés destacar de este gran proceso de lucha?
Nuestra huelga fue un efecto concreto de las Jornadas de Junio en Brasil en 2013 cuando millones salieron a las calles en las principales ciudades del país, contra el aumento del boleto, contra la corrupción y contra la represión. Más tarde se desató una ola de huelgas obreras en gran cantidad de gremios donde la fuerza y determinación de las bases, muchas veces en contra de las cúpulas sindicales que responden al gobierno, fue el factor fundamental. En la USP surgió una nueva camada de activistas jóvenes trabajadores que se fusionó con los viejos luchadores de la USP que hace 25 años recuperaron el sindicato de manos de la burocracia y nunca dejaron de pelear, como Brandao, Magno y muchos otros compañeros y compañeras. Esta combinación fue la mayor fortaleza que tuvimos, expresada en el Comando de Huelga y las Asambleas.
¿Cómo participaron la LERQI y demás organizaciones la izquierda brasilera?
El Comando de Huelga estuvo formado por varias organizaciones, y nosotros de la LER-QI tuvimos un rol fundamental junto a los compañeros del Movimento Nossa Classe con decenas de trabajadores. Intervinimos llevando propuestas para avanzar en la movilización siempre manteniendo la confianza en las propias fuerzas, que fue la gran conclusión que nos dejaron los barrenderos de Río. Llevamos las propuestas de solidaridad con otros gremios, como los metroviarios y la lucha por la reincorporación de los despedidos, la unidad de las filas obreras haciendo actos en defensa de los trabajadores tercerizados y también la solidaridad internacional con los obreros de Lear y Donnelley. De la izquierda brasilera debemos decir que la CSP-Conlutas, organización conducida por el PSTU principal partido de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT), lamentablemente estuvo ausente en esta huelga.
En medio de la lucha, el Movimento Nossa Classe organizó frecuentes reuniones para organizar a los trabajadores y avanzar en la construcción del movimiento, y también cursos de formación. Este 27/9, haremos una gran actividad para discutir las conclusiones de la huelga de la USP como forma de generalizar en otros sectores de trabajadores los avances que tuvimos llevando esas ideas de democracia obrera hacia las próximas luchas salariales en Brasil donde los trabajadores van tener que enfrentarse con las cúpulas de sus sindicatos que, al contrario del Sintusp, están vendidos a los patrones.
Fuente: La Verdad Obrera |