Es importante mencionar que pese haber estado dos años con clases virtuales y un movimiento estudiantil desarticulado durante ese periodo, al entrar nuevamente a la presencialidad fuimos cientos los que salimos a movilizarnos por nuestra alimentación como lo es la lucha por el aumento de la BAES. Esto muestra una potencialidad del movimiento estudiantil, pero con el tiempo hemos visto que ha bajado la intensidad de esta lucha. Esto no es casualidad, ya que hay responsabilidades concretas de los organismos estudiantiles como la CONFECH que terminó subordinándose al oficialismo del gobierno de Boric aceptando migajas para les estudiantes, con un aumento de $4800 pesos.
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A su vez los organismos estudiantiles locales como el CCE (Consejo de centros de estudiantes) y la COSEA (coordinadora secundaria Arica) no han venido organizando activamente estas movilizaciones, como por ejemplo levantar instancias previas de discusión donde se plantee la necesidad de acciones ascendentes que no solo queden en el hito. Sin embargo, han habido centros de estudiantes y estudiantes de base que han intentado organizar en sus propias carreras esta pelea, incentivando a la participación. Pero, si por su parte la mesa directiva sigue negociando por arriba con las autoridades sin la discusión con las bases, seguirá siendo un método infértil para las conquistas de nuestras demandas.
En la coordinación de la última movilización por la lucha BAES, estuvo como vocero un integrante del CEC de Historia y Geografía, quien ha ocupado métodos de organización espontánea como por ejemplo en temas más organizativos como los recorridos de las marchas, donde termina teniendo propuestas improvisadas a medida que esta avanza, llevando a una desorganización sin objetivos claros.
Por otro lado, también se expresa en otras cosas mucho mayores, como lo es tener un diálogo a puertas cerradas en la última marcha, junto al representante de la COSEA (Coordinadora Secundaria), con el Seremi de educación Francisco Valcarce, donde no cuestionan la clara promesa del mismo Seremi sobre que va a “tener las puertas abiertas al diálogo”. Frase que hemos escuchado mucho en movilizaciones anteriores por parte de autoridades de gobierno, porque es una forma de apaciguar los ánimos de los estudiantes que luchan por un aumento que cubra las reales necesidades de alimentación y que estén acorde a la alta inflación actual.
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Necesitamos que la organización estudiantil sea independiente a las autoridades universitarias y del gobierno ¡vamos por un plan de lucha, a través de un petitorio único y la mayor coordinación para conquistar nuestras demandas!
Como ya mencionamos arriba, ante la falta de espacios de organización y en medio de una crítica a la Mesa Directiva del CCE, se levantó un pleno autoconvocado desde la carrera de Historia y Geografía, donde incluso la Mesa Directiva llamó a no participar, lo cual es sumamente antidemocrático. Pese a ello, se abordaron algunos temas importantes como salud mental, alimentación, acoso y violencia de género. Dentro de la instancia participaron alrededor de 50 estudiantes entre base y centros de estudiantes. En este contexto, si bien se impulsó una instancia paralela, es importante tener presente que la exigencia a las direcciones estudiantiles debe continuar, ya que son las responsables de brindar los espacios necesarios de discusión.
En este pleno, lo que más estuvo en las preocupaciones y problemáticas de los estudiantes es que aún hay muchas demandas sin resolver, entre ellas las denuncias de casos de acoso en diferentes carreras como por ejemplo en Pedagogía en Inglés, donde se sale a cuestionar el rol que cumple la Dirección de Equidad de Género de la UTA (DEGEN), ya que han aplicado sus propios protocolos que no llevan a ninguna solución real.
Cabe preguntarse porqué el cuestionamiento a la DEGEN, si las autoridades se llenan la boca hablando de que en la UTA se combate la violencia de género y que su protocolo contra el acoso es la mejor herramienta para ello, pero podemos seguir viendo como los caso de acoso siguen sin soluciones concretas, con extensos procesos de investigación en donde la última decisión sigue cayendo de la mano de unos pocos como rectoría y decanaturas. En el mayo feminista del 2018 y desde mucho antes, se han librado distintas luchas del movimiento de mujeres, disidencias sexo genericas y feministas dentro de la Universidad, por demandas de género y podemos ver que actualmente estos organismos buscan coptarlas.
Para volver a poner sobre la mesa nuestras necesidades como estudiantes es clave impulsar un petitorio único de demandas que sea discutido en plenos y jornadas, en donde desde los organismos estudiantiles vigentes se busque la mayor articulación y difusión de estos espacios, también entregando facilidades para la asistencia como por ejemplo que se haga respetar el horario protegido y así puedan participar todes les estudiantes de las diferentes facultades, pero buscando avanzar a claustros triestamentales donde se integren funcionaries y docentes.
Ejemplo de eso viene siendo la lucha que llevan en la Universidad de Chile en el campus Juan Gomez Milla, quienes acaban de finalizar una toma, donde levantaron diferentes instancias y jornadas de discusión, como asambleas bi estamentales y una asamblea triestamental con la participación de profesores. Se levantaron contra la precarización laboral que viven les funcionaries, por mejor infraestructura, mejores condiciones para las y los estudiantes y Justicia por Margarita Ancacoy, funcionaria que fue asesinada en el trayecto a su trabajo en la Facultad de Ingeniería de la U de Chile.
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Lo de fondo es volver a la discusión de la democracia estudiantil contra una estructura como lo es la Universidad que se mantiene autoritaria y ante eso una demanda importante es la lucha por el cogobierno, que básicamente se trata de que los organismos de las instituciones de educación superior sean paritarios, triestamentales y que los estamentos tengan su organización propia, pero al participar de un organismo que sea también colegiado, responda a las decisiones que de este emanen. De esta forma, el poder no reside en una cúpula, sino en las bases de la comunidad universitaria. |