Integrantes del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (SINDJA) denunciaron que Agrícola Fragaria, Rancho Nuevo Produce S.A., Rancho Agrícola Santa Mónica y 60 empresas dedicadas a la exportación de alimentos en el Valle de San Quintín, han incumplido en el pago de utilidades a sus trabajadores a pesar de que las actividades en los campos agrícolas no se detuvieron durante la pandemia, por ser consideradas actividades esenciales.
Lorenzo Rodríguez, secretario del SINDJA denunció que: "las empresas no pueden decir que no tuvieron utilidades en 2021, pues este sector, el agrícola, fue considerado como un sector esencial y no paramos labores ni un día". Las pocas utilidades pagadas a jornaleros fueron de entre 20 y 400 pesos, mientras que las empresas exportadoras de berries tienen ganancias por más de mil 395 millones de dólares.
«"Las berries en estados Unidos se venden de 4 a 6 dólares la libra y nos dieron 20 pesos de utilidades. ¡Es una burla! Por eso desde hace dos meses hacemos paros laborales"», dijo en conferencia de prensa un jornalero de San Quintín.
Además, la mayoría no cuenta con seguridad social, vacaciones ni pagos por horas extras gracias a la complicidad de los charros de la CTM y CROCC, que mantienen la titularidad del contrato colectivo y permiten todos estos atropellos.
"Se obligó a los jornaleros a votar en la legitimación del contrato colectivo por la CTM. Pero fue una farsa: de 600 trabajadores en la empresa Rancho Nuevo Produce, solo tomaron en cuenta a 200 trabajadores de confianza y se les obligó a votar por la CTM". Denuncia un integrante del SINDJA
Por tal motivo, la semana pasada jornaleras y jornaleros realizaron un paro de labores en cuatro plantaciones. Después del paro, continúan realizando mítines, repartiendo volantes e invitando a más jornaleras y jornaleros del Valle de San Quintín a afiliarse al SINDJA para luchar por sus derechos humanos y laborales.
Exigen a las empresas hacer públicas sus Declaraciones Anuales del ejercicio 2021, pues su argumento es que “no tuvieron utilidades” y por lo tanto no hay utilidades para repartir. Por su parte las autoridades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) estatales y federal, se han limitado a actuar como mediadores entre jornalerxs y empresarios, sin dejar caer el peso de la ley sobre los patrones explotadores que constantemente violan la libertad sindical y boletinan a quienes deciden organizarse.
«"La autoridad laboral de Baja California no tiene participación, le falta interés para actuar ante las violaciones de derechos humanos y laborales y de la STPS federal no vemos respuesta contundente"», denuncio una jornalera en la prensa local.
Ante la explotación, la organización
Han pasado 7 años de la gran rebelión de jornaleras y jornaleros en San Quintín. Un martes 17 de marzo de 2015, más de 35 mil jornaleros en el Valle de San Quintín en Baja California estallaron el paro de labores, levantaron barricadas y bloquearon la carretera Transpeninsular, única vía de cruce entre Tijuana y Los Cabos, durante 26 horas y a lo largo de 200 km.
La noticia rápidamente tomó relevancia a nivel nacional e internacional, destacándose la participación de miles de jornaleras con sus hijos en brazos, provenientes de comunidades mixtecas y triquis, respondiendo con rabia y dignidad ante la barbarie de las empresas y la represión del gobierno: "Si no cumplen ¡Yo no respondo!", "¡Ya estamos hartos de tanta injusticia!".
Esa rebelión puso sobre la mesa la vigencia sobre las condiciones de esclavitud laboral del tipo neoporfirista, así como el enorme peso estratégico de su trabajo en la economía de la región y el potencial de su organización por fuera de las traidoras burocracias sindicales. La respuesta de los patrones, los gobiernos y las burocracias fue una salvaje represión y arresto de 200 jornaleros. Sin embargo, el fantasma de la rebelión y organización no se fue del Valle de San Quintín.
Luego de años de arduo trabajo de base por parte de las y los integrantes del SINDJA, hoy nuevas jornaleras y jornaleros buscan su afiliación al sindicato independiente y cada vez hay más voces alzándose y buscando la organización independiente.
Continúan también las prácticas esclavistas y antisindicales por parte de las empresas agrícolas –muchas de ellas estadounidenses-, por lo que la solidaridad de clase con trabajadoras y trabajadores del otro lado del Río Bravo y en lucha por derechos laborales, como el caso de Amazon y Starbucks, puede ser un gran aliado y fortaleza para la lucha por derechos humanos y laborales, tanto en México como en Estados Unidos.
Para pelear por el contrato colectivo y por sindicatos al servicio de las luchas de trabajadores, es necesario que las centrales sindicales como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y sus dirigentes, pasen de los dichos a los hechos y rodeen de solidaridad activa a las y los integrantes del SINDJA, pues ya en otras ocasiones gobiernos, patrones y burócratas han demostrado hasta donde están dispuestos a llegar para continuar enriqueciéndose a costa de la explotación de miles. |