El Banco Central (BCRA) anunció una serie de modificaciones en el sistema de acceso a la financiación en moneda extranjera para las importaciones de bienes y servicios. Las nuevas medidas tendrán vigencia por un trimestre. La resolución fue tomada en el marco del incremento de importaciones de varios rubros, particularmente de petróleo y gas.
“Las importaciones de energía crecieron un 207 por ciento en los primeros cinco meses del año y creemos que en junio van a llegar a 2 mil millones de dólares, sobre un total de 8 mil millones. Y esto está trayendo dificultades en la balanza”, afirmó el titular del Directorio del BCRA, Miguel Pesce. Y agregó que esperan “ampliar las reservas en mil millones de dólares”.
Cristina Kirchner, en su discurso en el acto de la CTA, había hablado de un “festival de importaciones” y las maniobras de las empresas que aprovechan el acceso al mercado oficial para conseguir divisas baratas. La vicepresidenta lo había adjudicado a un “Estado estúpido”, pero el problema real es que la atrasada economía argentina depende del exterior para funcionar y el Estado lejos de realizar cambios de fondo, es uno de los garantes de que esa estructura se mantenga.
La nueva normativa, centralmente, implica que las empresas importadoras deberían conseguir financiamiento de parte de bancos, entidades del exterior, casas matrices y proveedores si realizan compras por un monto total que supere en más del 5 % a las del mismo mes del 2021. Establece, según el tipo de importación, plazos de financiamiento obligatorio de entre 180 y 360 días para gran parte de las importaciones, aunque con excepciones. Las pequeñas y medianas empresas tendrán un trato más laxo y también las compras de bienes de capital -máquinas y otro equipamiento para producir.
Al mismo tiempo, se facilitará la prefinanciación de exportaciones lo cual acelerará el ingreso de divisas especialmente del complejo cerealero, pasando la obligación de liquidar las divisas que se ingresen de 5 a 15 días. Un nuevo beneficio para los empresarios del campo que vienen haciendo grandes ganancias con la suba internacional de los precios de los alimentos.
Las principales resoluciones
Las importaciones se verán afectadas de distinta manera dependiendo de cómo se encuentran administradas por el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo. Las SIMI de categoría A, corresponden a las licencias automáticas de importación y las de categoría B a las no automáticas.
En el nuevo esquema de pagos, las SIMI de categoría A podrán acceder a divisas para pagos sólo por un monto equivalente a un 5 % por sobre lo importado en el mismo mes del 2021. Perdiendo así la habilitación que tenían de adelantar compras por un 20 % extra. Las SIMI categoría B, podrán acceder al mercado de cambios a partir de 180 días del despacho a plaza.
Las importaciones relacionadas a bienes equivalentes a los producidos en el país tendrán acceso al mercado a partir de 180 días y la de bienes suntuarios podrán acceder a partir de los 360 días. Las importaciones de servicios se equiparan en el tratamiento a la de bienes permitiendo el acceso al mercado por el mismo monto que en 2021 y en caso de superar el importe el saldo a 180 días.
Las pymes quedan exceptuadas de las exigencias vigentes de financiar sus importaciones por un incremento de 15 por ciento respecto al año anterior, con un límite de hasta 1 millón de dólares.
Una medida para intentar cumplir con el FMI
En mayo el Indec confirmó un nuevo salto de las compras al exterior. Según el último informe de Intercambio Comercial Argentino las importaciones aumentaron a US$ 7.870 millones, un máximo histórico, un 53,1% en relación al mismo mes del año pasado y en lo que va del año alcanzaron los US$ 32.722 millones, un alza del 44,2% en comparación al mismo período de 2021. Si se analiza la composición de dichas importaciones predomina el aumento de combustibles y lubricantes básicos y elaborados, que aumentó un 205,3 % en los primeros cinco meses del año en relación al 2021, también los bienes de capital (+36,7 %) y bienes intermedios (+34,8 %).
Incluso con ese gran crecimiento, que incluye las maniobras de las empresas importadoras denunciadas por Cristina, las exportaciones siguen superando a las compras al exterior. Aun así en el país escasean dólares porque existe una sistemática fuga de capitales a guaridas fiscales, además hay empresas que simulan pagos de deuda al exterior para sacar dólares baratos del país, dólares que provee el Banco Central. A eso se suma que los pagos de deuda externa del Estado insumen una gran cantidad divisas y otro tanto ocurre con la remisión de ganancias de las empresas extranjeras que operan en el país.
Este lunes, luego del anuncio, el dólar blue batió su récord nominal y superó por primera vez los $ 230. El dólar paralelo saltó $ 6 y alcanzó los $ 232, mientras que el contado con “liqui”, el más utilizado por las grandes empresas, cerró en $ 248, un aumento de casi $ 10. Son señales de que las grandes empresas y los especuladores apuestan y presionan por una mayor devaluación de la moneda argentina. El Gobierno se encuentra muy lejos de cumplir con el compromiso de acumulación de reservas pactado con el Fondo Monetario y los mil millones de dólares que espera lograr Pesce es difícil que alcancen para cumplir con esa meta.
Una medida de carácter transitorio que podría perjudicar levemente a algunos empresarios, beneficiar a otros y con un alcance limitado, sólo podría permitirle al Gobierno tener que recurrir a otras más regresivas, como un salto en la devaluación del peso. Pero con más del 40 % de la población sumergida en la pobreza, la prioridad no puede ser la fraudulenta deuda externa y el Fondo Monetario. Es necesario poner por delante las necesidades de las grandes mayorías, realizando un desconocimiento soberano de la deuda.
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