El problema del desabasto del agua que escala a la devastación medioambiental no es de carácter individual como se quiere hacer creer sino que tiene raíces estructurales que se perpetuarán hasta no acabar con este sistema. En esta nota se enlistan una serie de datos que revelan categóricamente el carácter estructural de la coyuntura y qué podemos hacer para eliminarla de una vez por todas.
Movilizaciones y cierres de calles acompañan el desbasto de agua en Nuevo León revelando el terreno definitivo de esta coyuntura, el de la lucha de clases. Esto porque desde hace años más de 12 multinacionales, 34 personas físicas y el gobierno han acaparado 44 mil 690 millones 222 mil litros de en promedio al año, según datos de Datos del Registro Público de Derechos de Agua (Repda) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la organización Frente Nuevo León.
Los 1 mil 33 millones 950 mil litros de agua que se usan al año para uso doméstico frente a los 44 mil 690 millones que se saquean demuestran categóricamente dos cosas: el consumo necesario individual nunca se va a comparar con el saqueo de un puñado de empresarios que apoyados por el gobierno explotan los recursos para enriquecerse, por lo que si se quiere pensar una solución radical, no se puede pensar individualmente. Esto por las razones expuestas a continuación.
Empresas que acaparan el agua
La lista de empresas que llevan a cabo dichas acciones son:
Ternium México con 14 mil 654 millones 772 mil litros de agua anuales a la cabeza.
Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma con un consumo anual de 6 mil 980 millones de litros de agua anuales.
Vitro, con dos de sus concesionarias: Industria del Alcali que fabrica bicarbonato de Sodio para Vitro gasta de agua 4 mil 474 millones 600 mil litros y Vidrio Plano 1 mil 95 millones 720 mil litros de agua anualmente.
Coca Cola, con tres de sus subsidiarias: Bebidas Mundiales, con 2 mil 725 millones 271 mil litros de agua al año, Grupo Embotellador Noreste, 1 mil 400 millones, y Compañía Topo Chico, con 1 mil 210 millones 1 mil litros de agua anualmente.
Se tiene la idea de que por ser un lugar desierto y árido, en Nuevo León no hay agua, sin embargo especialistas como Raúl Rubio Cano aseguran que de hecho aún es un lugar con abundancia de este líquido vital. El problema es el acaparamiento de las empresas.
Siguiendo con el listado encontramos a partir del quinto lugar a inmobiliarias, compañías de embutidos y aceite.
Alfa Subsidiarias, con 3 mil 137 millones 888 mil litros de agua anuales concesionados. Empresa mexicana involucrada en la producción de embutidos de la marca San Rafael.
Parque Fundidora cuenta con 2 mil 245 millones 360 mil litros de agua anualmente. Es el horno más importante de acero de México que ha sido participe en ella construcción del Centro Internacional de Negocios Monterrey, la Arena Monterrey el Auditorio Banamex.
San Juan Compañía de Bienes Raíces, con 1 mil 958 millones 680 mil litros de agua al año, Operadora de Inmuebles de Oriente, con 1 mil 173 millones 679 mil; y Grupo Terralquimia, con 729 millones, también compañías de Bienes Raíces.
Ucar Carbón Mexicana tiene a su disposición 1 mil 255 millones 306 mil litros de agua anuales para la fábrica de pilas, baterías, productos de carbón.
Proteínas Naturales cuenta con 848 millones 382 mil litros de agua anuales para la producción de aceite de soya como Nutrioli que es una marca de esta empresa.
Comercializadora de Productos Básicos, con derecho de uso de 801 millones 563 mil litros de agua en la entidad, es proveedora de azúcar.
La presencia de estas compañías en el listado revelan también que el actual principio de la producción, la acumulación del capital para interés del/la empresario/a, produce y perpetúa la crisis de agua vivida actualmente. Ya que, a razón de este principio, la explotación de los recursos está completamente justificada sin importar a cuál rama de la industria pertenezca la empresa. Es por eso que el sistema capitalista en su conjunto, incluyendo al Estado, es responsable de esta situación.
Personas físicas que acaparan el agua
Entre las personas físicas que enlista el Frente Nuevo León se encuentran los empresarios Fernando Azcunaga Rodarte, Sigifredo Lozano Treviño, Gilberto Montemayor Cárdenas, Ramón Quintanilla González y el exgobernador de la entidad, Jorge Alonso Treviño Martínez.
Fernando Azcunaga Rodarte tiene una asignación de 1 millón 239 mil metros cúbicos de agua al año.
Sigifredo Lozano Treviño, obtiene 1 millón 236 mil 990 metros cúbicos de agua anuales a través de tres concesiones por “diferentes usos” y agrícola.
El exgobernador priísta Treviño Martínez tiene la concesión de 1 millón 233 mil 744 metros cúbicos de agua anuales por concepto de “uso agrícola”.
Montemayor Cárdenas –expresidente del Clúster Agroalimentario Nuevo León, AC– tiene permiso para explotar 975 mil 568 metros cúbicos de agua al año.
El expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Marcelo Canales Clariond, tiene concesiones por 618 mil 326 metros cúbicos de agua.
Y así se pueden enlistar el resto de empresarios/as.
Mientras tanto, el gobierno es cómplice, no sólo al tener todas estas concesiones otorgadas que fueron renovadas al inicio del sexenio en 2018, sino que además desperdicia muchísima agua, pues los 350 millones de metros cúbicos al año de agua residual generada por Agua y Drenaje de Monterrey se llevan a Tamaulipas por tratados que se tienen entre estos estados, por ejemplo.
¿Qué hacer para enfrentar el desabasto de agua?
Como se ha dicho antes, las cifras muestran categóricamente que la raíz del problema, y del mismo modo su solución, no es individual, es decir, ahorrar agua, cerrar la llave o no “desperdiciar” agua.
Sino que el origen y reproducción del problema es de carácter estructural, dicho de otra forma, son las empresas y personas físicas con las concesiones que el gobierno les da, quienes acaparan millones de metros cúbicos de agua.
El dejar de consumir o consumir menos no frena el problema. La devastación ambiental de la cual el desabasto del agua es sólo una arista no está ocasionada por el consumo de la población. Ejemplo de ello es el caso de las inmobiliarias, pues se construyen cada vez más propiedades a causa de la especulación en los mercados financieros dando paso al famoso fenómeno de “gente sin casa y casas sin gente”, que además propicia la tala ilegal de árboles e incendios forestales. Las responsables son inmobiliarias que también forman parte de esta lista de concesiones millonarias de agua.
Si realmente queremos frenar el desabasto de agua, la crisis hídricas, las sequías, así como el calentamiento global, el deshielo y los incendios forestales, que no son problemas producto “la mano del hombre”, sino que son los intereses de unas cuantas personas; debemos por medio de la organización y la movilización arrebatarle a las y los empresarios nuestro derecho a este líquido fundamental para la vida poniendo la infraestructura que utilizan para extraer y explotar, al servicio de nuestra clase, la trabajadora.
Que seamos el pueblo trabajador, campesino, las mujeres, lxs oprimidxs, quienes decidan cómo, cuándo, cuánta agua y a dónde va.
Esto a través de organismos amplios y democráticos construidos desde abajo e idnependientes a los partidos del régimen, el gobierno y los empresarios, donde sí tengamos participación política con directriz de priorizar una relación armónica con la naturaleza apoyándonos tanto de la ciencia como de la tecnología que hasta hoy el capitalismo ha utilizado para seguir enriqueciendo a la clase empresaria y a costa de las grandes mayorías no solo de humanos, sino también de especies.
Luchemos por construir una sociedad socialista que ponga la riqueza producida y la naturaleza al servicio de nuestras necesidades, no de los caprichos de un grupo de personas que se hacen pasar por dueños y dueñas de todo y todxs.
¡No es sequía, es saqueo!, ¡No hay planeta B!, expropiemos a los expropiadores, destruyamos al capitalismo.