Según información a la que pudimos acceder desde En Clave Roja y la Juventud del PTS, a través de nuestra Secretaría de Derechos Humanos del Centro de Estudiantes de Abogacía, la deserción en el Ciclo de Inicio Universitario (CIU) en el primer cuatrimestre fue del 47%. De 11000 ingresantes, alrededor de 6000 son los que esta segunda parte del año comenzarán sus carreras, mientras que los 5000 restantes se vieron forzados a abandonar principalmente por la crisis económica y social.
En una universidad donde el 90% somos primera generación de universitarios, trabajadores o hijos de familias trabajadoras, la crisis nos golpea de lleno. Esta primer etapa del año estuvo marcada por una creciente inflación (ver datos y marcar récord interanual) que se acumula a la de años anteriores y de esta manera se licúan nuestros salarios. A su vez, el empleo al cual accedemos los jóvenes es precario. Nos quieren contratar para que trabajemos cada vez más horas por menos plata. Mientras tanto, otros miles de estudiantes sin trabajo intentan subsistir o aportar en sus hogares con changas y alguna ayuda social del Estado.
Desde que comenzó el año, la situación económica y social se ha agravado. El gobierno y Juntos por el Cambio que decían que el acuerdo con el FMI que votaron en el Congreso traería más "calma" y estabilidad cambiaria y económica han fracasado. FMI siempre ha sido sinónimo de miseria, como lo demostró el 2001, y esta vez no es la excepción. Para cumplir con dicho acuerdo, y lograr el famoso "equilibrio fiscal", hasta marzo el gobierno se ha ahorrado más de 55 millones de pesos subejecutado el presupuesto que se destina hacia las universidades. Esto hace que haya menos recursos para becas, ampliar la oferta horaria de comisiones, infraestructura, como así también salarios docentes, entre otros "gastos de funcionamiento".
Sin embargo la situación no es para todos igual. Mientras las grandes mayorías padecemos las consecuencias del ajuste y somos cada día más pobres, los terratenientes y los mercados presionan a una devaluación cada vez mayor para obtener mayores ganancias.
Ante esta situación que vulnera nuestras condiciones de vida y nuestro derecho a la educación, los centros de estudiantes de la UNPAZ dirigidos por distintas agrupaciones que responden al peronismo no han hecho absolutamente nada. Ni Descamisados que preside la mayoría de los centros ni la Cámpora que preside el de abogacía se han pronunciado contra el recorte a los fondos universitarios y el ajuste más en general que aplica el gobierno del Frente de Todos de la mano del FMI. En toda la cuarentena en la que se cursó de manera virtual y que obligó a muchos estudiantes a abandonar o retrasar sus estudios por no contar con los recursos tecnológicos necesarios, combinado con la degradación de las condiciones de vida, no han convocado a una sóla reunión o asamblea para poder debatir cómo organizarnos frente a esos problemas y la situación. La ausencia de espacios de debate y deliberación estudiantil también se expresó en la reforma del plan de estudios de la carrera de Abogacía. Los estudiantes tendríamos que ser los protagonistas de las modificaciones de nuestra propia carrera, tendríamos que poder decidir sobre ella, sin embargo no existió ni un espacio serio de consulta e intercambio para ver qué pensamos sobre nuestra carrera y el contenido de la misma.
Desde el 24 al 26 de agosto habrá elecciones de centro de estudiantes de abogacía y desde En Clave Roja queremos presentar una lista con otras agrupaciones de izquierda y todos los estudiantes independientes que quieran pelear por un centro democrático, que convoque a asambleas y reuniones para empezar a organizarnos contra el ajuste del gobierno nacional y del FMI, y de lucha, que se movilice junto a todos aquellos que salen a enfrentarlo.
Desde la Secretaría de Derechos Humanos del centro de estudiantes de Abogacía, como lo hemos hecho siempre desde este espacio acompañando la lucha de las y los trabajadores, este miércoles 27 nos vamos a movilizar con los movimientos sociales que saldrán a la calle para exigir trabajo genuino y con derechos entre otras demandas. La única forma de derrotar el plan del FMI es con la máxima unidad en las calles: trabajadores ocupados, desocupados, jóvenes estudiantes y precarios, etc peleando por una salida obrera y socialista.
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