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La detención de Hernández se produjo el 10 de Diciembre de 2019, cuando pasadas las 21:00 horas, una camioneta con siete agentes de la OS9 interceptó al joven entre las calles Curicó con Portugal para mencionarle que lo habían filmado durante esa tarde lanzando bombas molotov, por lo que lo detuvieron y trasladaron hasta la 33° Comisaría de Ñuñoa. «Lo tiraron al suelo, le pisaron las manos, le pegaron combos y le rompieron la nariz», recuerda su prima.
El caso lo tomó la fiscalía Oriente de Santiago, quienes presentaron vestimentas y fotografías como evidencia material, mientras que su familia apela a la inocencia con pruebas que no encontraron hidrocarburos en los guantes utilizados por el joven.
En el año 2020, fue el primer condenado relacionado a causas de la rebelión, bajo la Ley 17.798 de Control de Armas con una pena de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo.
Luego de arduas jornadas de visibilización, por parte de la familia y batallas judiciales para la libertad condicional de Francisco, debido a su buena conducta al interior del penal, que fue negada en 8 oportunidades por el Ministerio público, hoy se da la noticia de su liberación en donde podrá volver con su familia a la comuna de Cerro Navia, en el sector poniente de la capital.
Es sumamente necesario, continuar la pelea por la liberación de todos los presos políticos de la rebelión, que pasaron de ser presos políticos del gobierno anterior al gobierno de Gabriel Boric.
Aún se registran 64 presos políticos de la rebelión popular. La mayoría sin condena alguna, llevan más de dos años en prisión preventiva. La nueva Constitución fue redactada sobre la sangre de los asesinados por el Estado y sobre las rejas de los presos políticos. La nueva Constitución es, además de derechos sociales nominales, un manto para la impunidad de Carabineros y las Fuerzas Armadas, amparado por el actual Gobierno. | 
