Este lunes, entre dos mil y cuatro mil migrantes centroamericanos partieron del estado fronterizo de Chiapas con destino a Estados Unidos. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) estimó que se trata de 3 mil 700 personas.
Integrantes de esta nueva caravana citados por distintos medios confirmaron que esta movilización se da tras dos semanas de espera infructuosa de una respuesta por parte de autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) para la emisión de permisos temporales para transitar por el territorio y aliviar así un poco la violencia institucional que pesa sobre la población migrante durante su tránsito.
Según informes de la CNDH, esta caravana está compuesta por personas originarias de países como Venezuela, Haití, República Dominicana, Paraguay, Ecuador, Cuba, Panamá y también del continente asiático.
Por su parte, activistas denuncian la venta de tarjetas migratorias en costos que alcanzan los 40 mil pesos y operativos que cuentan no sólo con la participación del INM, policía, Guardia Nacional y Fuerzas Armadas mexicanas, sino también de agentes federales de Estados Unidos, así como del Centro y Sur de América, como la llamada "Operación Sting". Analistas del DHS citados por Univisión destacaron que este operativo ha detenido al menos 900 migrantes al día en su tránsito hacia Estados Unidos; la Casa Blanca, por su parte, registró al menos 20 mil acciones producto de estas operaciones.
La CNDH lanzó una petición a instancias del gobierno mexicano para brindar "protección" a esta nueva caravana, como el INM, la Guardia Nacional, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, al Sistema Nacional para el Desarrollo de la Familia y a distintas secretarias locales y municipales. Por su parte, el INM sostiene que el trámite de los permisos necesarios deben realizarlos en la ciudad fronteriza de Tapachula, Chiapas.
Pese a que el tema migratorio ha formado parte de la agenda en espacios de discusión internacional, como la reunión entre AMLO y Joe Biden del pasado 12 de julio, el éxodo continúa porque la pobreza, la precarización del trabajo y la violencia se ha agudizado de la mano de las consecuencias de la pandemia en la región.
El fin del programa "Quédate en México" anunciado por el presidente de Estados Unidos tras el hallazgo en Texas de un camión con 53 migrantes muertos, está lejos de significar una mejora en la situación que miles enfrentan día con día.
Aunque ahora los solicitantes de asilo no están obligados a esperar respuesta fuera de Estados Unidos, el flujo migratorio sigue tratándose como un problema de seguridad a ambos lados de la frontera. Las condiciones en las que miles de hombres, mujeres y niños recorren el país siguen exponiendo sus vidas a la violencia, a fenómenos de clima extremo y a las violaciones a sus derechos por parte de autoridades e instituciones.
Sólo la movilización independiente de la clase trabajadora y los sectores populares puede forjar los lazos de unidad y solidaridad de clase indispensable para luchar por plenos derechos y libre tránsito para las personas migrantes.
Con información de Euronews, Univisión y Proceso. | 
