Recomendamos este texto del Lanka Sama Samaja Party (LSSP) sobre la situación de la isla en la segunda guerra mundial y las tareas de los revolucionarios en esa turbulenta época.
Desde hace ya meses, Sri Lanka se volvió el centro de atención del mundo por la revuelta masiva que se ha desarrollado. Con el país quebrado y sometido a los dictados del FMI, la clase dominante ajustando brutalmente a la mayoría trabajadora y sin poder asegurar cosas tan básicas como el alimento, la gran mayoría del pueblo explotó, harto de su carencia y su pobreza mientras sus gobernantes se daban todos los lujos, y terminó echando a su presidente y al primer ministro.
Usando esta auténtica rebelión de las masas como disparador, aprovechamos para poner la lupa en un momento de la historia de este país cuando contaba con un partido de vanguardia revolucionario que buscaba organizar a la clase obrera: en su momento, y aunque parezca sorprendente para algunos, Sri Lanka contó con uno de los partidos trotskistas más influyentes de la IV internacional. Tenía una presencia fuerte en esta isla desde antes de que fuera un país independiente, contando con numerosos militantes y una fuerte influencia política. Este era el Lanka Sama Samaja Party (LSSP), Un Nuevo Partido Socialista, en español.
Sin embargo, un poco de contexto es necesario para entender este hecho.
El surgimiento del trotskismo en Sri Lanka
Durante la Segunda Guerra Mundial, la dominación imperial de Gran Bretaña en el subcontinente indio y en Sri Lanka, en ese momento llamado Ceilán, se encontraba fuertemente cuestionada: las masas indias dieron una constante y fuerte lucha por su liberación hasta su independencia en 1947, lucha que tuvo como episodios levantamientos como los de 1919 y 1922 y nuevos auges en 1930 y entre 1942 y 1945. Sin embargo, estas peleas fueron encabezadas por el movimiento nacionalista burgués que tenía a Gandhi como líder, que lo traccionó a una línea de “no violencia” y que no dudó en negociar e incluso cooperar con el imperialismo británico, en parte por el temor hacia la pelea de los trabajadores y campesinos indios y en parte para mantener su posición de privilegio frente al dominio imperialista.
En paralelo, el Partido Comunista de la India se había formado en 1920 de la mano de M.N. Roy, enviado de Moscú y ex dirigente nacionalista que se ligó al ala derecha del PC de la URSS dirigida por Bujarin. Debido a esto, Roy y el resto de la dirección del PC indio siguieron una línea de integración con el Partido del Congreso, la principal organización nacionalista burguesa de la India, situación similar a la que se estaba dando con el PC chino y su integración al Kuomintang.
Posteriormente, el PC se alineó con el estalinismo y siguió su orientación a rajatabla, pasando a la política del “tercer periodo”, llevándolo al sabotaje de cualquier existencia de frente único obrero para luchar contra el imperialismo, negando la posibilidad de cortar cualquier lazo con el Partido del Congreso y de marcharse de los sindicatos controlados con esta fuerza.
Semejante oscilación llevó a que surgieran críticos de la política estalinista. En la década del 30’ surge en Sri Lanka el “grupo T”, fundado por estudiantes de familias acomodadas que estudiaron en Europa y Estados Unidos y que entraron en contacto con grupos de la oposición de izquierda.
Este grupo estableció contactos con los obreros de la industria textil, especialmente de la Wellmate Mills (la empresa más grande del sector) donde dirigieron una importante huelga contra la patronal tras un intento de baja de salarios masiva en plena depresión, huelga que terminó triunfando después de una larga lucha. También establecieron contactos con los campesinos de la isla, organizando ayuda para estos durante epidemias de malaria e inundaciones que les permitió recorrer todo el campo. Para 1935 conforman el Lanka Sama Samaja Party (partido con un programa de veintidós puntos que daba respuesta a las necesidades inmediatas y que se presenta a elecciones para el Consejo de Estado, logrando ingresar a este dos de sus cuatro candidatos). Mismo año en el que el PC adoptó la estrategia del Frente Popular, que en el subcontinente significaba nada más ni nada menos que la colaboración con el imperialismo inglés con el pretexto de establecer una “alianza” “democrática” contra el fascismo, dejando subordinada la lucha por la independencia nacional de la India y cualquier política imperialista a un lugar secundario.
Para 1936 toman reivindicaciones más avanzadas, como la jornada de 8 horas, la nacionalización del petróleo y la independencia nacional y se vuelven los principales defensores de las minorías étnicas (especialmente los tamiles) y los inmigrantes indios mientras establecen lazos más estrechos con el marxismo y, posteriormente, con el marxismo trotskista, en parte por los sucesos de la revolución española y la lectura de La Revolución Traicionada entre sus militantes. Para 1938 toman contacto con los trotskistas indios organizados en la Revolutionary Socialist League de India y el SWP británico y terminan rompiendo definitivamente con el estalinismo tras la firma del pacto de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania nazi (1939). Ya empezada la guerra, la denuncian como un conflicto interimperialista sin ningún bando progresivo y se niegan a votar los créditos de guerra, siguiendo la misma línea que Trotsky había propuesto en “Carta Abierta a los Trabajadores de India” en donde se rechazaba el frente popular y se plantea el utilizar la guerra para “dar un golpe mortal a todas las clases dirigentes”. Esto y su propaganda antibélica los hacen blanco de una persecución política por parte de las autoridades británicas y varios de sus principales dirigentes son arrestados. Para 1941, ya el LSSP se encontraba fuertemente consolidado en el bando de la IV internacional y el trotskismo.
Sin embargo, en la década de los cincuenta y sesenta pasó a tener posiciones más conciliadoras con los partidos del régimen y de centroizquierda, lo que lo llevó a integrarse en 1964 al gobierno de centroizquierda del burgués SFLP (reconocido por su política destinada a oprimir y marginalizar a los tamiles) y tirando así por la borda el principio básico del trotskismo de la independencia de clase. Pero esa es otra historia.
“La situación real en Ceilán” es una descripción de la situación de Sri Lanka bajo el dominio británico en plena Segunda Guerra Mundial, planteando un derribamiento de la concepción de la isla como una colonia idílica, próspera, democrática y leal a Londres y proponiendo una crítica feroz al supuesto de que el bando del imperialismo británico peleaba a favor de la “democracia”. Para esto realizan una descripción muy detallada de la situación de explotación y miseria de la clase trabajadora y del campesinado, denunciando la farsa del gobierno “representativo” establecido por los británicos, así como la desnuda dominación imperial de estos y criticando el rol colaboracionista de la burguesía local con los ingleses y de aquellos que veían con simpatía al imperialismo japonés. Finalmente, realiza un llamado internacionalista a la clase obrera inglesa para que peleen con la clase obrera ceilandesa por la independencia del país, especialmente aquellos enrolados en el ejército y presentes en la isla.
Dejamos este texto, entonces, con el objetivo no solo de mostrar el desarrollo del trotskismo en el subcontinente indio volviendo a explorar estos procesos políticos, sino también para mostrar que el trotskismo ha sido capaz de echar raíces en diversas partes del mundo y crear partidos que, en su momento, tuvieron una importante influencia política y peso de masas.