Fotografía: Angelines Lago
Un nuevo paro nacional de 24 horas, en este caso sólo de los maquinistas de trenes afiliados a La Fraternidad, tendrá lugar este miércoles 26 de agosto.
La medida de fuerza se confirmó ayer luego del fracaso en las negociaciones que tuvieron los gremialistas con funcionarios del Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Transporte, para destrabar el tema de paritarias, actualmente en puja.
Al respecto, Omar Maturano, Secretario General de La Fraternidad, decía: "No hubo acuerdo de ninguna clase y ratificamos el paro para el próximo miércoles". Igualmente, Maturano dejó una puerta abierta esperando que una nueva convocatoria de parte de los funcionarios pueda encontrar una solución evitando la medida de fuerza, afirmando: "Seguiremos esperando una nueva convocatoria del gobierno nacional".
Sobre los reclamos, Maturano agregó: "No estamos pidiendo una reapertura de la paritaria, porque todavía no la cerramos". Desde La Fraternidad exigen un aumento de 32 por ciento y el retroactivo respectivo a marzo último. Además, Caminos agregaba con respecto a la exigencia: "Estamos reclamando un pequeño adicional a los conductores. No entendemos la posición de intransigencia que tiene el Gobierno. No es tanta plata".
Si bien la semana pasada la medida de fuerza anunciada para el 20 de agosto se levantó con la expectativa puesta en la reunión de ayer, al no haber ningún tipo de acuerdo, desde el gremio ratificaron la medida de fuerza de alcance nacional que afectará a los trenes del país.
El reclamo es justo ya que se trata de lograr una mejora en la negociación paritaria de los trabajadores para que no quede por detrás de la inflación, pero seguramente la medida tendría más fuerza si fuese convocada desde las bases, con asambleas donde los trabajadores puedan decidir cuándo y cómo ir al paro. Sólo los trabajadores tienen intereses genuinos en cuidar sus derechos, pero las burocracias sindicales, que desde hace años dirigen los gremios como es el caso de Maturano, van al paro para mantener sus propios intereses; usando su poder de fuego para presionar a los funcionarios de turno. |