Antonella Gonzalez
| Estudiante Psicología UNLP
militante de Tesis XI en el FilPsi
Comenzó en la mañana del lunes, luego de que se hayan hecho numerosas denuncias por intoxicación y un fuerte olor en el aire. Se trata de un barrio en una zona de quintas del cordón frutihortícola más importante del país. La responsabilidad del gobierno de Kicillof.
El uso indiscriminado de agrotóxicos en el cordón frutihortícola bonaerenses es cada vez mas notorio, pero esta vez llegó al extremo de intoxicar a los pobladores de un barrio lindero.
Este hecho se da el día de la Pachamama, fecha que el gobierno de Axel Kicillof eligió para volver a alentar el llamado Ambientalismo Popular que promueven desde su nuevo Ministerio de Ambiente.
Si bien existe desde 1998 la Ley provincial N°10669 que regula el uso de los agroquímicos, según estudios realizados por el Centro de Investigaciones de Medioambiente de la UNLP (CIM) el uso de glifosato, entre otros herbicidas y fertilizantes aún más tóxicos, es moneda corriente en esta y otras zonas del país, donde el monocultivo se extiende destruyendo ecosistemas enteros. Además, afecta la salud de sus trabajadores y pobladores del barrio lindero, dónde las familias denunciaron que el tóxico con el cual fumigaron les causaba vómitos, irritación de ojos, garganta y boca.
Esto demuestra que el Ambientalismo Popular que levanta el gobierno de Kicillof no se sostiene en la realidad, mientras siga permitiendo el uso de estas sustancias tóxicas en la Provincia.
La cantidad de consultas médicas por intoxicación con plaguicidas es importante en la región. Habiendo miles de consultas diarias, no existe una regulación sanitaria que permita testear el grado de intoxicación y es por eso que no hay datos oficiales respecto al daño que generan dichos químicos en los organismos. Y esto es responsabilidad de todos los gobiernos, tanto del Frente de Todos cómo de sus opositores de derecha, quienes se cuidan de no afectar los negocios de los grandes terratenientes mientras desfinancian la salud pública.
Es por eso que quienes denuncian este envenenamiento, lo hacen de forma particular y en algunas ocasiones organizados colectivamente, debiendo costear los análisis clínicos que prueben dicha intoxicación, lo cual hace que la mayoría de las veces queden en la nada o se desconozca el efecto de dichos químicos sobre la salud de los habitantes.
Pero en este caso, fueron las denuncias de vecinos por el mal olor y los casos de intoxicación ante el Municipio que tuvo que poner en aviso a la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancia Peligrosa -dependiente del ministerio de Seguridad de la Provincia- quienes dispusieron la evacuación del barrio.
Esta es una nueva muestra de las consecuencias del negocio agropecuario de extender las zonas de cultivo y tratarlas con distintos agroquímicos que destruyen todo a su alrededor, incluso la salud humana.
A través de estas políticas, proponemos un vínculo más sano, consciente y soberano con nuestro suelo, por la salud, el Buen Vivir y el desarrollo de nuestra provincia. 🌎
Un modelo extractivista que favorece a los dueños de la tierra
La semana pasada, en medio de la crisis política del gobierno que llevó a renuncias y nuevas designaciones en gabinetes y ministerios, como el de Economía con Massa a la cabeza, las patronales rurales que concentran las tierras del país y vienen teniendo ganancias extraordinarias por la fuerte demanda de commodities que provoca la guerra entre Rusia y Ucrania, fueron beneficiados con un dólar más barato y otro tipo de beneficios económicos.
Se trata de los dueños del país, quienes lejos de pensar cuales serian los mejores cultivos para alimentar a un pais con mas del 40 % de pobreza o favorecer el consumo interno con precios favorables a las grandes mayorías trabajadoras, especulan guardando los granos para presionar por mayores beneficios y quienes colaboran con la formación de precios de los alimentos en base a los precios a los que se exportan.
Más allá de sus discursos o promesas de ambientalismo popular, el desarrollo que pregonan apunta sólo a este puñado de personas: empresarios extractivistas que en su afán de acumular y concentrar mayores riquezas, destruyen y contaminan todo a su alrededor.
Así lo vimos con la aprobación del uso del trigo transgénico HB4 que utilizará herbicidas más tóxicos que el glifosato, o el proyecto de exploración marítima off shore, entre otras tantas avanzadas extractivistas en todo el pais.
Se trata de favorecer a los grandes empresarios que a medida que se enriquecen, van dejando destrucción ambiental y pobreza del otro lado de la brecha social, con el afán de seguir recolectando dólares que no van a ir a salud, educación o mejorar los cultivos de alimentos y las condiciones de trabajo de quienes realizan dichas tareas, sino para pagar la deuda odiosa con el FMI.
Un sistema irracional que merece perecer y una salida desde abajo
La intoxicación que sufren los vecinos platenses no es un caso aislado, sino que se suma a otros tantos que se conocieron en el país por las denuncias de quienes se vieron afectados por las consecuencias del monocultivo y el uso de agroquímicos.
Cómo tampoco son casuales los datos que divulgó la ONU respecto al calentamiento global y la contaminación, enfermedades y destrucción de ecosistemas que ello conlleva.
Ningún gobierno y mucho menos los grandes empresarios que se enriquecen a diario están dispuestos a cambiar los modos de producción ya que se verían afectadas sus ganancias.
Este hecho en La Plata demuestra que es aún más necesario cambiar de raíz la organización de la sociedad, donde sean las y los trabajadores junto a las comunidades de los territorios quienes definan democráticamente qué alimentos deben producirse y cómo, ya que hay alternativas agroecológicas que prueban la posibilidad de mejorar la producción de alimentos acordes a las necesidades vitales de toda la humanidad sin dañar el ecosistema, sino por el contrario ayudar a su recuperación y conservación.
Por otro lado, y para enfrentar la especulación de los grandes terratenientes para llenarse de dólares que luego serán fugados por los puertos que son privados o reinvertidos en la especulación financiera, es preciso nacionalizar el comercio exterior y son las y los trabajadores quienes deben controlarlo y así definir que se exporta e importa y por otra parte favorecer con precios razonables, el consumo de alimentos de buena calidad para el conjunto de la población, y no para favorecer a los dueños de la tierra y sus negocios.
En el día de la Pachamama, este hecho da cuenta de que sólo mediante la lucha en las calles de las organizaciones y asambleas socioambientales, junto a las y los trabajadores ocupados, desocupados y precarizados, el movimiento de mujeres y todas las disidencias que son oprimidas por este sistema, en unidad y organizados de manera independiente del gobierno y cualquier variante política patronal, se podrá torcerle el brazo a los capitalistas y encarar la tarea histórica de dar vuelta las prioridades sociales y liberar a la humanidad de la miseria que solo trae el capitalismo y sus empresarios.