El paro es convocado ante el acuerdo salarial inconsulto llevado adelante por la actual conducción CONADU. El acuerdo deja los salarios docentes por debajo de la inflación. La Izquierda Diario dialogó con Laura Vilches, ex legisladora y concejal (MC) y docente adscripta de la carrera de Letras en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba; Paula Schaller, historiadora y docente adscripta en la Facultad de Ciencias Sociales de la misma casa de estudios. También conversamos con Susana Roitman, docente e investigadora en la Universidad Nacional de Villa María.
LID: ¿Cuáles son los motivos del paro universitario?
Paula Schaller: El paro nacional que estamos haciendo hoy es porque rechazamos el acuerdo miserable firmado por la conducción de CONADU que nos deja 28 puntos por debajo de la inflación. Esto es directamente una aceptación de la política de ajuste que viene imponiendo el Gobierno a pedido del FMI, que hace pocos días se expresó en el recorte de $ 50.000 millones al presupuesto educativo. Si se impone está paritaria miserable se profundizaría la perdida de salario que venimos sufriendo en los últimos años desde el gobierno de Macri.
Entonces, por un lado, estamos rechazando los salarios de pobreza pero también las condiciones laborales cada vez más precarias que sufre la docencia. Con la pandemia avanzó una enorme sobrecarga laboral que continúa, con la incorporación de más y más tareas administrativas a nuestras funciones como docentes (sostener la bimodalidad y realizar distintas tareas burocráticas por el mismo salario). Trabajamos cada vez más, pero por salarios que valen cada vez menos. Esta sobrecarga se profundiza con la falta de nombramiento de docentes, con la existencia de cátedras que directamente se sostienen en base al trabajo gratuito. Por ejemplo, en nuestro caso, en la cátedra somos tres docentes de los cuales dos somos adscriptos y por lo tanto no cobramos nada. Y nos hacemos cargo de una catedra que tiene una matrícula estudiantil que oscila entre 500 y 700 estudiantes por año. Por eso la pelea de fondo es por aumento de presupuesto, por el nombramiento de más planta docente.
LID: En la última sesión del consejo de Artes donde participó John Boretto, rector de la UNC, reconoció la falta de presupuesto para ampliar la planta docente pero responsabilizó al gobierno nacional. Mientras, las autoridades de la facultad alineadas con el gobierno del FDT denunciaban la actual gestión radical ¿Cuáles son las responsabilidades específicas de cada sector frente a la falta de presupuesto universitario y las condiciones de trabajo y estudio en la UNC?
Laura Vilches: Por un lado estamos viendo un ajuste a nivel nacional. El presupuesto universitario viene en declive desde hace más de 5 años atrás. Por ejemplo, esto significa menos becas de materiales, menos planta docente, salarios miserables, más precarización, menos raciones al comedor universitario. Ese ajuste hoy es impulsado por el gobierno del Frente de Todos, pero si el Rector dice esto en artes la pregunta que cabe es ¿Por qué el rectorado no encabeza la pelea por presupuesto? Porque están de acuerdo con el ajuste y administran la miseria. Porque cuando pueden ajustan ellos, como pretendieron hacer con el comedor, lo intentaron. Entonces la derecha radical asociada a Juntos por el Cambio que dirige la UNC es parte de la misma política, aunque quiera ocultar su responsabilidad. Por eso tenemos que actuar en común, docentes y estudiantes, como también junto a les no docentes que señalan la necesidad de nueva infraestructura, aulas que quedan chicas, o que se caen a pedazos. Históricamente la defensa de la educación pública se ha dado en común en unidad docentes y estudiantes. Tenemos que retomar ese camino.
LID: ¿Cómo se logra esa unidad para pelear en común?
LV: En primer lugar tanto ADIUC, el sindicato docente, como los centros de estudiantes tienen que llamar a asambleas y ponerse a la cabeza de un plan de lucha que se proponga organizar ese malestar que se multiplica por miles, pero que está disipado. Y creo que eso tiene mucho que ver con el trabajo que hacen las conducciones que no quieren incomodar al gobierno nacional. En el paro de hoy por ejemplo ADIUC levanta la consigna de "Están en deuda con la educación", y yo diría que lo que hay que decir claramente es que eligen pagar la deuda al FMI y por eso ajustan a la educación, que es una denuncia que se niegan a hacer. Se denuncia cuando ajusta el macrismo, pero cuando lo hace el peronismo pareciera que deja de estar mal. Mirá, yo formé parte de la lucha universitaria de 2018, fui parte de los miles que nos movilizamos en defensa del presupuesto universitario, y creo que ese es el camino que tenemos que retomar hoy. Porque no sólo se trata del ajuste que sufre la universidad en particular o la educación más en general, sino de un duro ajuste que está impactando sobre trabajadores y familias humildes. Y veo con mucha preocupación el rol que desde el Gobierno pretenden que juegue la Universidad frente a este contexto de desempleo y hambre que avanza. Es vergonzozo y repudiable que pretendan que seamos los propios docentes y estudiantes los que auditemos a quién le corresponde seguir cobrando o no programas sociales, mientras la pobreza afecta a más del 40 % de la población.
LID: Como docentes que ven y escuchan a les estudiantes todos los días ¿En qué situación se estudia hoy? ¿Qué escuchan de los reclamos estudiantiles?
Susana Roitman: La situación que prevalece es de un estudiante trabajador. Y precarizado, pobre, con vidas complicadas, con dificultades para estudiar, porque tienen que parar la olla suya o la de su familia que necesita sumar ingresos para sobrevivir. Como se dice, estamos frente al fenómeno del trabajador pobre que afecta especialmente a la juventud. Juventud que de todas manera se esfuerza para ir a la universidad, que no facilita las cosas porque las becas cada vez son menos y más finitas, casi simbólicas. Les pibes pierden como todes en términos salariales pero los apuntes siguen la inflación. El 2018 con esas luchas inmensas, que conmovieron al país parece lejano. La pandemia hizo abandonar espacios de socialización y ahora cuesta mucho retomar la militancia estudiantil. La pasivización atraviesa todos los sectores universitarios, aunque aquí y allí aparecen experiencias interesantes.
LID: ¿Qué medidas consideras fundamentales para enfrentar el ajuste a la educación en curso?
SR: Creo que hay que enfrentar el ajuste en forma unida y desde abajo. La desmovilización es la principal enemiga, pero la fragmentación de las luchas también es desgastante y peligrosa. Nuestros planes de lucha tienen que nutrirse de apoyo estudiantil y viceversa. Lo mismo con los no docentes. Pero también tenemos que abrevar en el río más ancho de la rebeldía colectiva.de trabajadores formales, informales, desocupados. Tenemos que generar iniciativas en sentido solidario, ganarle al individualismo y a la pasividad. Desde la posición de intelectuales comprometidos es nuestra obligación la reflexión y la práctica para cambiar las reglas de juego. Dar vuelta el derrotismo, el ”no hay alternativa” o peor aún el culpabilizar a los sectores que la están pasando mal. La universidad auditando planes sociales va en esta dirección de control y supervisión a las organizaciones sociales. Tenemos que enfrentar eso y poner blanco sobre negro lo que significa la dependencia con el Fondo, la redistribución regresiva de la renta a favor del capital, el modo en que se enriquece la banca, el agropower, las alimenticias, las mineras. |