Tras la decisión de mantenerse en el bloque legislativo del Frente de Todos, el espacio de Grabois celebró los anuncios de Massa para las exportaciones agropecuarias. Justifican que la medida permitirá financiar “un refuerzo de ingresos para los más vulnerables”, pero todavía no hay precisiones de su alcance y será por tiempo limitado. En medio de la euforia de las patronales del campo, Patria Grande ratifica el apoyo político a las medidas neoliberales del Gobierno.
El Gobierno anunció con bombos y platillos el lanzamiento de mayores beneficios para las patronales del campo. Massa se encargó de anunciarlos en conferencia de prensa, informó que se pagará "un dólar a 200 pesos para la liquidación de exportaciones de granos” y además remarcó que quienes liquiden más de un 85% de lo que tienen, tendrán otros beneficios.
La medida muestra a un Gobierno que vuelve a ceder ante la extorsión de los grandes productores agropecuarios, que durante meses retuvieron la cosecha y presionaron por una devaluación y mayores beneficios, jugando con la crisis. Por eso el “dólar soja” fue muy bien recibido por el sector y por el capital financiero. Pero lo llamativo es que también recibió el apoyo público por parte de Juan Grabois y los referentes de Patria Grande.
El espacio que conduce el líder de la UTEP destacó que la medida dispone la creación del “Fondo Incremento Exportador”. Según el decreto publicado, tendrá la finalidad de “financiar una prestación monetaria extraordinaria” para las personas en situación de extrema vulnerabilidad. Sin embargo, asegura que al momento de otorgarla se tendrá en cuenta si las personas ya reciben algún otro programa social. Y, además, se establece que todas las decisiones sobre el alcance de esta nueva asistencia social, incluido el monto de la misma, serán definidas por el Ministerio de Economía. Es decir, de cuánto será la prestación y quiénes la recibirán será una decisión que quedará en manos de Massa, el superministro de Alberto y Cristina que viene acelerando el ajuste a pedido del FMI y que en estos momentos se encuentra en Estados Unidos para rendir cuentas ante el organismo de crédito.
A pesar de esto, los dirigentes de Patria Grande se apuraron en salir a manifestar su apoyo. La diputada Natalia Zaracho escribió en su cuenta de Twitter: “Massa anunció que una parte de la recaudación de la liquidación de la soja vaya a los más humildes”. Y destacó: “Es un paso importante hacia cumplir nuestro contrato con el pueblo de empezar por los últimos y las últimas”. Por su parte, el diputado Itaí Hagman aseguró que “el Frente de Todos tuvo la capacidad de incorporar nuestros planteos” y Federico Faggioli comentó durante una entrevista en Futurock: “Se resolvieron las demandas que veníamos pidiendo”.
Por su parte, Grabois publicó un comunicado en sus redes sociales en el cual afirma que el “corrimiento” del bloque de diputados que al final suspendieron “tenía como causa fundamental la falta de medidas redistributivas”, pero que estas “tardíamente aparecieron”. En ese documento, señala que lo anunciado es “insuficiente pero significativo”, que será “para menos personas de las que consideramos necesario, pero es un piso” y que con la medida pueden “al menos sentir la satisfacción que la acción colectiva firme y consecuente rinde frutos para construir justicia social”.
Lo anunciado por el Gobierno está muy lejos de ser una medida redistributiva o de “resolver las demandas” de los sectores más golpeados por la crisis, el hambre y la desocupación. Todo lo contrario: se acepta que el Gobierno siga concediendo beneficios millonarios a los ganadores de siempre, permitiéndoles un 40% más de ganancias con un dólar a $200. A esto se suma que el ministerio de Economía financiará esta diferencia en las operaciones emitiendo nueva deuda en dólares. Mientras tanto, se establece a cambio una prestación social de la cual no se conoce ni su monto ni su alcance, cuando estamos hablando de millones de personas que se encuentran en situación de indigencia.
Las declaraciones de los referentes de Patria Grande sirven como una cobertura por izquierda para esa política económica neoliberal que aplica el Gobierno. Incluso había sido el mismo Grabois quien a fines de julio había apuntado contra el “dólar soja” considerando que era una humillación “mientras se mueren de hambre los niños”.
A los que les interesa el tema de la lucha de clases, aprendan de los mejores. Esta clase lucha y gana... y en el día de Evita para humillarnos. Mientras tanto se nos mueren de hambre los niños en Salta desmontada. Dale que va ¿Cuánta indignidad somos capaces de soportar? pic.twitter.com/XFKFE8p1PD
Ahora la situación es otra, y el posicionamiento de Patria Grande también. Se busca hacer creer que, si las grandes patronales obtienen mayores ganancias, eso va a derramar hacia los sectores populares y así todos ganan algo. Pero es al revés: se termina convalidando que los grandes ganadores se lleven una parte cada vez más grande de la torta y sigan aumentando su fortuna, mientras se renuncia a la pelea por afectar sus intereses y se les pide a los millones que pasan hambre que se conformen con lo que hay, porque es lo único que se puede hacer en este contexto de crisis.
En diálogo con Lautaro Maislin en el programa RoscanRoll, la diputada nacional Myriam Bregman había asegurado que “el anuncio de Massa es la teoría del derrame de nuevo, es un Guzmán recargado”. Y efectivamente, se había referido a que eso es lo que se pretende convalidar: “Hay una aceptación del dogma neoliberal, que solo se puede salir de esto con ajuste. Y esta vez Massa está sostenido por las tres patas del Frente de Todos: por la que encabeza Cristina Fernandez de Kirchner, la que encabeza Alberto Fernandez y por el Frente Renovador.”
Más allá del discurso “crítico”, la política de Grabois y de Patria Grande termina avalando la orientación económica del Gobierno. Así lo han hecho a lo largo de estos 3 años, votando medidas de ajuste como la reforma jubilatoria de 2020, el recorte del IFE para 2021, o ayudando a que el acuerdo con el FMI finalmente se apruebe aunque haya salido sin sus votos.
Una posición que a pesar de los amagues de distanciamiento y las declaraciones para la tribuna, termina siendo funcional al clima de resignación que el Frente de Todos fue construyendo en su propia base, legitimando la herencia macrista y profundizando el ajuste.