La Juventud del PTS dio inicio a la Cátedra Libre el pasado jueves. Disertaron Chipi Castillo y Laura Vilches sobre las bases del marxismo y su importancia para pensar la actualidad.
Este jueves 15 de septiembre en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC se reunieron más de 250 personas, en su mayoría jóvenes precarios/as y trabajadores/as para dar inicio a la Cátedra Libre Karl Marx. La apertura estuvo a cargo de Chipi Castillo quien es sociólogo, docente de la UBA y la UNLP, y dirigente del PTS a nivel nacional y de Laura Vilches, legisladora y concejala por el PTS-FIT (MC), docente de literatura y referente de Pan y Rosas y el PTS en Córdoba.
A continuación dejamos los videos para ver la cátedra completa:
Pasadas las 19 horas, en un repleto Auditorio Rojo de la FAUD, Victoria –estudiante de sociología en la FCS y militante de Tesis XI-Juventud del PTS- explicó el porqué de una cátedra sobre el pensamiento de Marx en la actualidad.
“A la juventud le quieren hacer creer que tenemos que ver cómo el futuro se vuelve peor y que tenemos que resignarnos” -dijo Victoria y continuó- “No es así. Queremos analizar la realidad desde las herramientas que nos da el marxismo para transformarla”.
Esta frase remite inevitablemente a la Tesis XI de Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Luego, Laura Vilches tomó el micrófono para iniciar la cátedra. Destacó que la importancia del aporte de Marx es pensar “el conjunto de la totalidad de los fenómenos”. Y, en debate con la idea vulgarizada de un marxismo economicista que no problematiza aspectos relacionados a la opresión o la relación entre el mundo social y natural, se centró en dos problemáticas: la opresión de género y la degradación ambiental. Dos cuestiones que tienen gran actualidad y que para ser comprendidas en profundidad deben ser pensadas desde su imbricación con el capitalismo.
Vilches señaló la relevancia que le dio Marx al vínculo de la sociedad con la naturaleza, destacando como uno de sus aportes fundamentales, el concepto de fractura metabólica, en referencia a la relación problemática que comenzó a darse en las sociedades capitalistas respecto a la tierra y la superexplotación del suelo en función de la desapropiación originaria de los campesinos del trabajo de la tierra para ponerla a disposición del mercado capitalista y la explotación privada.
Este problema que pensó Marx en el siglo XIX hoy tiene una magnitud mucho mayor, en la medida en que el capitalismo profundizó y extendió a una escala inédita en la historia el uso de la naturaleza como mercancía, con lo que cualquier perspectiva que busque detener la degradación ambiental debe proponerse cambiar de raíz la organización social y económica.
En relación a la opresión de género destacó que el marxismo realizó aportes teóricos comprensivos de la problemática de la relación entre capitalismo y patriarcado, dentro de los que destacó Los orígenes de la familia, la propiedad privada y el Estado de Engels. Vilches señaló que si bien el sistema jerárquico patriarcal es milenario y por lo tanto previo al capitalismo, este último integra y refuerza esta condición de desigualdad preexistente con el objetivo de abaratar el costo de la fuerza de trabajo, dividir a los productores de la riqueza social y garantizar que la reproducción de la mano de obra tenga un componente de trabajo gratuito con el trabajo doméstico y las tareas de cuidado. Explicó cómo el capitalismo feminiza los oficios relacionados con garantizar las tareas de cuidado (limpieza, educación, enfermería) y que justamente por esto son trabajos mal remunerados.
Al comprender la realidad social como una totalidad, el marxismo ofrece salidas de raíz. “El marxismo es una teoría para la acción” dijo Laura Vilches. Permite pensar estrategias para terminar con este sistema de opresión y explotación, y para que las “batallas enormes que damos las mujeres, las diversidades, por el ambiente, contra el racismo” no queden en luchas parciales sino que permitan conquistar una sociedad donde se pueda “disfrutar de la vida”.
Finalmente, tomó la palabra Chipi Castillo: “nos hemos ganado bien el odio de los liberales”. Es que la batalla entre la izquierda y los liberales no empezó ahora. Marx en su tiempo demolió la idea liberal de que la sociedad estaba compuesta por individuos atomizados como proponía David Ricardo. Todo lo contrario, la sociedad capitalista depende de la cooperación y la socialización de la producción.
Ahora bien, dentro de esta sociedad hay “determinadas relaciones sociales”. Estas determinan quienes tienen que vender su fuerza de trabajo y quienes se la apropian. En este punto se encuentra el hallazgo de Marx: la plusvalía. Como ejemplificó Castillo, nadie elige trabajar 14 horas o cartonear: “no es elección, es estar atado a vender tu fuerza de trabajo”.
Es decir, “los exitosos no lo son por mérito propio, sino por una estructura social que condena a otros a la pobreza”. Esta discusión es clave en el mundo actual, donde las derechas difunden un feroz “sálvate solo” individualista a través de “emprender” y competir con el de al lado.
Pero la verdad es que el “emprendedurismo” conduce a frustraciones. Es que el capitalismo “elimina toda competencia” y tiende al monopolio. Como ejemplo, basta ver quién es dueño de las principales redes sociales o quienes manejan la producción automotriz, de celulares o de la alimentación. Son unas pocas empresas a nivel mundial.
¿Cómo se hacen tan grandes y ricas estas empresas? A través de la ya mencionada plusvalía. La diferencia entre el valor de lo que cada trabajador/a produce y lo que cobra es lo que se apropia el capitalista. A nivel mundial, los capitalistas de los países más ricos se adueñan de la plusvalía de sus trabajadores/as y la de los países que dominan.
A su vez, estas empresas que forman “el mercado” deciden qué, cómo, cuándo y para quién se produce. Esto lleva a una “anarquía de la producción social”. “En Argentina hay tres millones y medio de personas en emergencia habitacional (…) ¿están así por qué no hay capacidad de producción de viviendas? No. Hace 10 años eran dos millones y medio ¿El mercado resolvió el problema? No, lo agravó” explicó Chipi Castillo.
Adam Smith proponía la existencia de “la mano invisible del mercado”, Marx lo refutó. El mercado no resuelve las necesidades sociales asignando correctamente los recursos.
Hay sectores políticos, como el peronismo, que plantean “regular el mercado” a través del Estado. Pero la verdad, es que logró poco. En 2020 fuimos testigos de cómo la policía de Kicillof pasaba topadoras en la toma de Guernica para construir un country con canchas de golf en esos terrenos.
Ante estas dos propuestas, la de dejar actuar sólo al mercado y la de regularlo a través del Estado, Chipi Castillo opuso otra: la del socialismo. “Queremos introducir la razón en la esfera de las relaciones humanas como decía Trotsky” parafraseó. Porque si pudiéramos decidir qué producir, nadie elegiría hacer un country con canchas de golf para los ricos si hay familias sin techo.
¿Cómo se consigue esto? Con la “revolución social”. Como explicó Castillo, las clases dominantes sólo ceden ante la posibilidad de revolución o con la lucha. Así fue el caso de la Revolución francesa, la Revolución rusa, la Reforma Universitaria o ejemplos como la conquista del derecho al aborto en Argentina. “Necesitamos organización” que como dijo Laura “no será fácil, pero es el único camino que vale la pena” porque nadie se salva solo.
Marx no fue sólo un teórico. Fue también un militante político revolucionario, que sabía que sólo la clase trabajadora y los/as oprimidos/as pueden transformar esta sociedad de raíz para eliminar todo tipo de explotación y opresión.
La Cátedra Libre Karl Marx está siendo impulsada en decenas de universidades del país como la UBA, UNLP, UNLA, UNT, UNJu, UNGS, UNR, UNC y más. Queremos que más estudiantes y laburantes discutan ideas para transformar la realidad ¡Sumate!