Esta semana Chubut registró en toda la costa atlántica un frente de tormenta con lluvia y nieve. Las ciudades más afectadas fueron Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Camarones, todas ubicadas sobre la línea del mar desde el centro al sur de la provincia.
A 5 años de la peor inundación que sufrió la ciudad, nuevamente se hizo evidente lo que ningún gobierno dice: Comodoro Rivadavia sigue siendo inundable. Especulación inmobiliaria, falta de vivienda y zonas de sacrificio hacen que el pueblo trabajador de la “Dubai” de la Patagonia sufra las consecuencias de la intensa lluvia que se desató durante 36 horas.
El dinero para viviendas y obras públicas va para pagar la deuda externa fraudulenta con el FMI y los acreedores internacionales. Se hace evidente que además de la falta de obras para solucionar esta situación y la destrucción ambiental provocada por la explotación del petróleo agudizan el problema. La lluvia es natural, el abandono del gobierno municipal y provincial no.
Un temporal inesperado, una lluvia que todo se lleva
Después de 2017, esta es la mayor catástrofe que tuvo la ciudad, ya que en los últimos días llovió la mitad de lo que suele llover en un año. La lluvia caídos durante un corto periodo de tiempo en Comodoro Rivadavia provocaron un caos en la ciudad más importante de la provincia de Chubut. A causa de las inundaciones hubo familias evacuadas, calles inundadas y canales saturados. Por las intensas y copiosas lluvias se debió derribar un puente transitorio debido a la acumulación de agua para evitar que algunos barrios queden incomunicados.
Tras el temporal que azotó a Comodoro Rivadavia en el que cayeron un acumulado de 160 milímetros, más del 50% del promedio anual, se puso en marcha un intenso operativo de remediación en las zonas afectadas.
El miércoles 21 hubo desprendimientos de voluminosas rocas del Cerro Chenque sobre la ruta nacional 3, que conecta la zona norte de la ciudad con el centro y hacia el sur. La lluvia cedió y el temporal dio un respiro a Comodoro. Ese mismo día, el intendente Juan Pablo Luque, anunció en conferencia de prensa que declararán la emergencia climática en la ciudad.
“Comodoro, es una ciudad donde sus cañadones y bajadas de agua van en buscan del mar. Por esta razón, con fuertes lluvias, las inundaciones serán episodios recurrentes y si no se hacen obras con capacidad para manejar los caudales de registros históricos, la ciudad volverá a colapsar”, anticipaban especialistas en 2017. Y agregaban “La precariedad de la infraestructura, la falta de regulación en la construcción y la pobreza es determinante en estos eventos y la razón por la cual los barrios más afectados son los de menos recursos. Hay que forestar las laderas, ayuda a minimizar el gradiente de las corrientes, porque, además, el tramado de las raíces sostiene el suelo”.
El 2017 quedará grabado en la memoria de Comodoro Rivadavia, la ciudad más poblada de Chubut, como el año de la mayor catástrofe urbana, un verdadero “crimen social” producto de la falta de obras, de la desinversión del Estado, provocada por las inundaciones a raíz de un temporal de lluvia que dejó un muerto, 8.000 evacuados, más de 3.000 viviendas afectadas y el colapso de los servicios públicos.
En 2017, tras las lluvias que ocurrieron entre el 29 de marzo y 8 de abril de 2017 en Comodoro Rivadavia, donde cayeron más de 300 milímetros de agua, en el informe “Sistemas Fluviales efímeros e inundaciones repentinas de la ciudad de Comodoro Rivadavia: Causas, procesos y mitigaciones”, elaborado por investigadores, docentes y alumnos de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, señalaba que “Las precipitaciones extremas acontecidas en la ciudad de Comodoro Rivadavia entre el29 de marzo y el 08 de abril de 2017 han producido cuantiosas pérdidas materiales y económicas, y han generado una fuerte sensación de vulnerabilidad en la sociedad ante la incertidumbre de que sea un proceso recurrente. Este tipo de manifestación climática con lluvias intensas que en pocos días superan la media anual ha ocurrido en numerosas localidades de Chubut desde fines del siglo pasado, destacándose Trelew (Abril de1998), Arroyo Verde (2011), Comodoro Rivadavia (2011, 2017), y es el resultado de una alteración en los patrones de circulación atmosférica. La planificación urbana y el desarrollo económico de la ciudad han demostrado ser altamente vulnerable al efecto negativo producido por estas modificaciones climáticas reflejadas en cambios en la distribución de las temperaturas del agua de mar y del continente, y en la variabilidad de las precipitaciones, con incremento en la frecuencia de eventos de precipitación extrema, menor cantidad de días de lluvia y períodos secos más prolongados”.
Por esto, para que cada temporal o situación de emergencia no se transforme en una tragedia social es necesario que se hagan las obras hídricas e hidráulicas propuestas por los especialistas de la universidad, dar respuesta a las familias en situación de emergencia habitacional y desarrollar verdaderos planes de contingencia social. Para que esto suceda hay que dejar de pagar la deuda externa, cobrar impuestos a las grandes empresas como las petroleras, las pesqueras, Aluar a los terratenientes y aumentar los presupuestos de Infraestructura, Desarrollo Social, Salud y Educación.
Los fenómenos climáticos extremos serán cada vez más recurrentes. Ya lo dijo el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), organismo Naciones Unidas, y encendió todas las alarmas. Sin embargo, ningún Gobierno se muestra dispuesto a tomas las medidas para amortiguar esos efectos que ya están en curso. Si bien muchos de los fenómenos no se pueden predecir ni evitar, si se pueden eliminar o reducir al mínimo los casos de muertes y heridos.
Las tormentas y ciclones, las sequias e incendios serás cada vez más severos y van a afectar en particular a las poblaciones más pobres. Esto no tiene que ver con una cuestión regional sino con las condiciones de vida precarias y la poca capacidad de hacer frente a estos fenómenos.
El capitalismo es responsable de la crisis climática en curso, con las emisiones de CO2 y Gases de Efecto Invernadero, que se explican en su mayoría por las principales economías imperialistas, las multinacionales y un puñado de multimillonarios.
Poner el foco de atención en el papel del capitalismo en la generación de la crisis es parte de pensar el papel de la clase trabajadora, que es quien tiene la fuerza para imponer una salida a favor de las grandes mayorías, pensando en las necesidades sociales de los trabajadores y el pueblo pobre y al cuidado del ambiente, y no en las ganancias de unos pocos.
