Tres operarios perdieron la vida en una refinería de New American Oil (NAO) en Plaza Huincul. En la madrugada de este jueves se produjo la primera explosión y luego se desencadenó un incendio. Según informó el diario Río Negro, la empresa tenía advertencias por parte de la Subsecretaría de Ambiente por distintas irregularidades. Sin embargo, permitieron que siguiera funcionando.
Nuevamente las muertes evitables de trabajadores ponen sobre la mesa la responsabilidad patronal y la connivencia estatal. En el incendio perdieron la vida Gonzalo Molina (31), Fernando Jara (34) y Víctor Herrera (58). Según se supo, comenzó en uno de los tanques de almacenamiento de crudo de la refinería y se extendió a la flota de camiones.
Trabajadores de la empresa relataron a La Izquierda Diario que estaban produciendo al límite y que ese mismo tanque que explotó ya había tenido un incidente en diciembre del año pasado.
Los sindicatos petroleros de todo el país llamaron a un paro por tiempo indeterminado. Este jueves por la tarde se desarrolla una reunión entre el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa que conduce Marcelo Rucci, con las compañías operadoras y de servicios petroleros.
La Subsecretaría de Ambiente había intimado a la empresa por una pileta de hidrocarburos descubierta en cercanías de una antorcha. Esta irregularidad habría sido detectada a partir de una inspección realizada en julio.
La refinería está ubicada en el Parque Industrial de Plaza Huincul y tiene un movimiento de 9.000 camiones por año (trasladando aproximadamente 300.000 metros cúbicos de combustible). La Ley Nacional 13.660 establece que es la secretaría de Energía de la Nación la que tiene a su cargo la inspección y control de las instalaciones de almacenamiento y procesamiento de hidrocarburos.
Para las actividades que realiza la planta existen distintas autoridades de aplicación, siendo la Secretaría de Energía de la Nación la de mayor peso, pero a nivel provincial se realizaron algunas inspecciones de rutina. Una de ellas data del 14 de julio último cuando la cartera ambiental de la Provincia reportó una serie de irregularidades sobre el acopio de materiales metálicos fuera de protocolos, el almacenamiento descubierto de diferentes residuos o tanques con aceites sin tapa.
El diario local accedió al acta de inspección número 1138 en el que se afirma que el día 15 de septiembre pasado, la Subsecretaría de Ambiente intimó a NAO para que presente un plan de trabajos para resolver las irregularidades detectadas, incluida la adecuación del Plan de Gestión Ambiental a una pileta que recolecta todos los drenajes de la planta, que a esa fecha tenía una dimensión de 25 metros de largo por 15 de ancho y una profundidad de 2,5 metros que estaba al 75% de su capacidad y una laguna cercana con presencia de hidrocarburos muy cercana a una antorcha. Sin embargo, las autoridades provinciales permitieron que la planta siguiera funcionando.
NAO contaba a esa fecha con 38 personas trabajando en diferentes turnos, trata el crudo de Neuquén, Río Negro, Mendoza e incluso de Salta de diferentes operadoras, con excepción de YPF. El recurso llega por tierra, un aproximado de 22 camiones por día se acercaban a esta planta en Plaza Huincul para producir nafta virgen, gasoil (para equipos petroleros, barcos y tractores) y fueloil (para barcos).
Las autoridades de Energía de Nación todavía no hicieron declaraciones. Por el momento el Gobierno provincial conformó un Comité de Crisis. "El Comité de Crisis de Plaza Huincul y Cutral Co, encabezado por el Intendente Gustavo Suárez y José Rioseco respectivamente se conformó en el Cuartel de Bomberos de la ciudad ante el incendio en la refinería de New American Oil (NAO)", informaron a través de un comunicado.
Las muertes y accidentes laborales se multiplican mientras Vaca Muerta bate nuevos récords de producción de gas y petróleo. No se trata de hechos aislados, sino de una tendencia en ascenso. Precisamente por eso, lo ocurrido constituye un verdadero crimen social, responsabilidad de las empresas que sólo piensan en aumentar sus ganancias.
El paro de los trabajadores y trabajadoras del petróleo debe continuar hasta conquistar verdaderos comités de seguridad e higiene, para que sean los propios operarios los que controlen los procesos de producción y la seguridad en cada uno de los lugares de trabajo. Es urgente. No se puede perder ni una vida más porque las vidas obreras valen más que sus ganancias. |