El jueves 29 de septiembre pasado se presentó el libro Tras las huellas del marxismo occidental, de Santiago Roggerone, en la Casa Marx de Neuquén.
Con un público compuesto por artistas, obreros, docentes de la Universidad y secundarios, activistas sindicales y militantes políticos y sociales, se desarrolló el debate con una mesa panel compuesta por el autor, quien es docente de la UBA e investigador del CONICET, junto con Mariana Giaretto y Ariel Petruccelli, docentes de la UNCo.
Abrió la charla Ariel Petruccelli, destacando la importancia del libro y de su publicación por Ediciones IPS. Resumió los dos aspectos que este libro abarca: el análisis de la trayectoria de Perry Anderson y los debates sobre el llamado “marxismo occidental”, así como el mapeo de la situación del marxismo actual. Asimismo, destacó la importancia de la tradición del “marxismo clásico” en tanto aspiración a la unidad de un pensamiento teórico y una práctica política revolucionaria, tomando como un caso paradigmático el de Trotsky entre 1917 y 1921.
Mariana Giaretto hizo eje en diversos aspectos del mapa trazado por Perry Anderson respecto del llamado “marxismo occidental”, señalando el carácter arbitrario de la construcción realizada por el historiador británico, especialmente en lo que tiene que ver con los ejes geográficos, temporales y temáticos. Destacó la importancia de leer a autores como los de la Escuela de Franfkurt directamente, independientemente del mapeo andersoniano, que consideró como una mala puerta de entrada a la problemática, cerrando con una reivindicación de las figuras y obras de Rosa Luxemburg y Henri Lefebvre, como casos límite de cada tradición.
Santiago Roggerone retomó diversos aspectos de las intervenciones de Petruccelli y Giaretto, volviendo sobre la importancia de debatir la intervención de Anderson en su contexto y sus derivas posteriores, planteando a su vez la pregunta por la situación actual del marxismo y las formas posibles de vinculación entre el marxismo que reivindica la tradición “clásica” y el que proviene del “marxismo occidental”.
El debate continuó con las intervenciones del público y una segunda ronda de intervenciones, cerrando luego con un brindis.
