En la FES Iztacala también se sumaron a esto con un paro, sin embargo, no solo para apoyar las protestas iniciadas en el IPN, sino también para evidenciar múltiples abusos por parte de los directivos de la facultad.
Primeramente, algunos estudiantes planearon hacer un concierto, con músicos de la comunidad estudiantil, para apoyar el movimiento del tianguis y hacer un evento cultural. Sin embargo, la dirección no permitió que se realizará el evento debido a que supuestamente no cumplía con los lineamientos de seguridad, insistiendo en que debía haber una ambulancia y personal civil del municipio de Tlalnepantla para que se pudiera realizar.
Además de que, para detener el evento, los directivos de la facultad hostigaron y acosaron a los estudiantes que lo estaban organizando, llamándolos a “hablar” con ellos en una oficina llena de directivos para mostrarles que tenían sus datos personales desde su horario de clases hasta su número telefónico y perfil de Facebook.
Más recientemente, durante el paro del 28 de septiembre, la comunidad pintó algunos murales para conmemorar el asesinato de los normalistas de Ayotzinapa y al entregarse las instalaciones de la facultad, las autoridades dañaron dicho mural diciendo en un comunicado que había sido un error de comunicación con el personal de intendencia.
Igualmente, en la facultad se ha visto un incremento de casos de acoso y violencia sexual, tan así que algunos docentes han hecho énfasis que les estudiantes vayan acompañades a los baños, además de que varios estudiantes argumentan que los botones de pánico instalados no sirven, de ahí que se pusieran pintas en los baños con la frase “Peligro violación” como una forma de evidenciar la violencia a la que están expuestos las estudiantes dentro de la facultad.
Todo esto viene a demostrar nuevamente el rol de las autoridades, que en años anteriores han buscado atacar a docentes, estudiantes y trabajadores que se organizan, así como sucedió en el #UNAMNoPaga.
Por eso es importante que los estudiantes, docentes y trabajadores nos organicemos, contra la violencia hacia las mujeres, contra la antidemocracia en la universidad y por recuperar los espacios públicos (cómo se hizo con los murales y el Iztatianguis) que las autoridades han buscado arrebatarnos, negándonos así espacios para la recreación y discusión y así fomentar el pensamiento crítico.
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