Roberto Fernández, Sec. Gral de la Unión Tranviaria Automotor. Foto Mundo Gremial.
Ambos surgieron del semillero sindical de Juan Manuel Palacios, fundador del MTA junto a Hugo Moyano. Hoy se acusan mutuamente de defender intereses empresariales. Mientras arde la interna, los salarios pierden frente a la inflación y la vida de los trabajadores de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) se precariza aún más.
El actual Secretario General de la UTA, Roberto "Gallego" Fernádez, disputará los primeros días de diciembre su dirección en el gremio. El principal opositor es su ex Secretario de Organización, Miguel Ángel Bustinduy, quien en 2018 rompió con él y creó la agrupación “Juan Manuel Palacios”.
Como perros rabiosos, Fernández acusa a Bustinduy de obedecer las órdenes del grupo DOTA, el más importante de los grupos empresariales del transporte de pasajeros. Bustinduy acusa a Fernández de macrista, amigo del ex ministro Guillermo Dietrich.
Se calcula que solo en el AMBA diariamente se transportan casi dos millones de personas. La UTA cuenta con más de 70.000 afiliados en todo el país. Tiene una fuerza enorme, podría parar gran parte de la producción del país, eso lo hace un gremio estratégico. Veamos quién es quién en este fuego cruzado.
Roberto “Gallego” Fernández, el sucesor de Palacios
Cuando Hugo Moyano fundó en 1994 el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) lo hizo junto al dirigente Juan Manuel "Bocha" Palacios que llevaba diez años como Secretario General de la UTA. En 2004, Moyano se puso al frente de la CGT como Secretario General y Palacios fue su aliado fundamental a cargo de la Secretaría de Prensa.
En 2008, investigado por la compra de terrenos, campos enteros valuados por 11 millones de dólares, Palacios tuvo que dejar de lado su carrera política sindical. En ese momento tomó su lugar Roberto Fernádez, parte de la conducción del gremio y al que también se acusaba de ser socio en los negocios “turbios” que llevaba adelante su padre político.
Fernández demostró habilidad para bancar gobiernos de turno y allanó el camino para que empresarios del transporte de colectivos pudieran concentrar poder. Así es como el grupo DOTA o La Nueva Metropol vieron crecer sus ganancias y la toma de decisiones fue quedando cada vez en menos manos.
Su principal alianza es con dueños de la Nueva Metropol, los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski, acusados de realizar maniobras fraudulentas para cobrar subsidios del Estado. Aunque se la llevan en pala, mantienen a los trabajadores en condiciones de precarización laboral. “En la Metropol te tienen por contrato, te suspenden y despiden por cualquier cosa”, denunció un chofer a este diario.
“A Macri lo veo más peronista que a muchos peronistas”, dijo Roberto Fernández en 2015
Cuando en el 2018 hubo elecciones en la UTA, el Ministro de Transporte de Mauricio Macri, Guillermo Dietrich, declaró: “más vale malo conocido que bueno por conocer”, apoyando la candidatura de Fernández.
El apoyo explícito al gobierno de Cambiemos y al millonario Macri (no fue el único en la CGT) a quien veía “más peronista que muchos peronistas”, se transformó en complicidad con el ajuste económico. Fue tan así que ante el tarifazo del 100% para el boleto de colectivos Fernández declaró: “para subir al colectivo hay que pagar”.
Acá Fernández se parece más a un perro faldero. En agosto de este año, no dijo una sola palabra durante el chantaje público que hacían las empresas de colectivos del AMBA que, dejando a miles de pasajeros sin servicio nocturno, presionó al gobierno por subsidios.
Las preocupaciones del “Gallego” son más propias de un jefe de RRHH que de un representante sindical. Catorce años de entrega, persecución sindical, vaciamiento de la obra social, patotas y aprietes, sumado a precarización laboral, despidos y paritarias a la baja.
“Está a la vista la mala remuneración de los choferes, así como también las malas condiciones (de trabajo). Todavía tenemos compañeros trabajando a porcentaje. Hay ciertas empresas como la 720 (de Tigre) que siguen trabajando a porcentaje, este método de trabajo ya no se debería utilizar, queda fuera del convenio colectivo de trabajo. Condicionando así a los choferes a la presión de levantar pasaje para salvar el plato del día", comenta otro chofer cómo las patronales promueven la competencia y el trabajo a destajo.
Bustinduy, hombre del moyanismo
El descontento contra la figura de Fernández hizo que sectores de la propia burocracia sindical, agrupados en la histórica lista fundada por Palacios, comenzaran a pensar que era hora de un recambio. La persona que hizo esta lectura y vió una oportunidad fue Miguel Ángel Bustinduy, el segundo parto del “Bocha” Palacios.
Lo hizo con una política clara: conservar la estructura sindical peronista, organizada de forma verticalista, frente a la amenaza que eran los procesos que surgían desde las bases como el cuerpo de delegados de la línea 60, autoconvocados en diferentes provincias, etc.
Se presenta como la renovación dentro de la UTA. En 2018 rompió con Fernández y encabezó la pelea por el poder. En diciembre de 2019, impulsó un paro por fuera de la conducción oficial, teniendo alta participación en las empresas del grupo DOTA -a excepción de la línea 60-. En el marco del paro, movilizó sus fuerzas hasta la sede central del gremio donde se encontraba Fernández. Ocuparon la sede por varias horas y, desde entonces, la figura de Bustinduy pasó a tener un lugar relevante en el sindicato.
Renovación no significa cambio. Miguel Ángel Bustinduy comenzó como chofer de la línea 28, madre del grupo DOTA. Muchos choferes reconocen que Bustinduy tiene vínculos estrechos con este grupo empresarial dirigido por la familia Faija.
Fue elegido como delegado en 1991, desde esa fecha nunca más trabajó. Cuatro años después, comenzó a formar parte del Consejo Directivo de la UTA dirigida por Palacios y su hombre de confianza, Roberto “Gallego” Fernandez. Todos agrupados en la lista Celeste y Blanca.
Cuando vino el ocaso de Palacios y Fernández asumió la conducción del sindicato, Bustinduy siguió ocupando el cargo de Secretario de Organización. Atención, porque sus funciones principales eran: afiliación, elección de delegados, conflictos de encuadramiento sindical, en general, los que afecten el ámbito de la entidad. O sea, jugaba un rol de defender al “sindicato” contra toda oposición que surgiera de abajo.
Bajo el mando de Fernandez, Bustinduy estuvo a capa y espada en contra de los conflictos más duros, como el Subte, los de la línea 60 o todo proceso que intentara recuperar el sindicato para los trabajadores y trabajadoras.
¿Cómo fue la ruptura entre los muchachos peronistas?
Más allá de sus declaraciones, Bustinduy también fue parte de permitir que el gobierno de Macri ajuste y devalúe. En ningún momento se opuso a Fernández… ¡Ni una palabra! Incluso cuando, con represión y miles de policías y gendarmes en el Congreso, el gobierno de los CEOs votó la Reforma Previsional afectando a millones de jubilados.
Armando su propia lista para las elecciones 2018 y aprovechando la pasividad de la CGT y la CTA, que había generado bronca y descontento ante la crisis, Bustinduy vió una oportunidad para despegarse de Fernández y eso lo llevó a ocupar la sede del sindicato en 2019. Con consignas muy sentidas por los trabajadores y trabajadoras del sector buscaba mostrar que él es la alternativa combativa dentro del gremio.
Hoy, con el amparo del moyanismo, se levanta como “apuesta política” tras la salida de Fernández de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Hace tan solo unos días, desde la CATT dejaron correr que “no está la UTA, pero está Bustinduy que maneja un montón de líneas de colectivos”. Dime con quién andas y te diré quién eres.
Con el gobierno del Frente de Todos la crisis continuó y los ricos son más ricos que antes. Surge la misma pregunta ¿cómo hacemos para tener un sindicato independiente de los partidos patronales?
Recuperar los sindicatos debe servir para organizar de forma democrática, o sea con asambleas, la unidad y la defensa de nuestras conquistas. Por ejemplo, el triunfo del SUTNA marca este camino.
El sindicalismo combativo y la izquierda han protagonizado grandes peleas contra los despidos, por salarios y por derechos, eso se ve cuando recupera internas, cuerpos de delegados y sindicatos. También discute abiertamente que los trabajadores y trabajadoras, en unidad con el pueblo pobre, podemos darle una salida a la crisis y que la crisis la paguen los capitalistas. Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias. Una salida que solo puede surgir desde abajo. Ese es el aporte que buscamos hacer con La Izquierda Diario.