Las movilizaciones que convocaron las madres Sandra Corbalan y Verónica Arias, los viajes para difundir la lucha, la coordinación con otros casos de gatillo fácil o jóvenes asesinados en el confinamiento en pandemia y las innumerables notas en medios que dieron los familiares para difundir su caso, junto con el apoyo de organizaciones sociales, políticas y de DDHH, lograron en el juicio patrocinado por la CPM, en su carácter de mecanismo local de prevención de la tortura, que se llegara a la condena.
El juicio duro tres intensos días donde los familiares y amigos no dejaron de exigir Justicia. Fueron acompañados por otras madres de víctimas de violencia Policial, Como Laura Coronel, su hijo fue torturado en la comisaria de la Capital de Santiago del Estero el primero de mayo del 2020, terminando con la muerte de Mauro Coronel joven de 22 años. Se hicieron presentes Cristina Gramajo, madre de uno de los siete jóvenes que murieron en la comisaria de Pergamino el 2 de marzo del 2017, Cecilia Gomez también de la provincia de Santiago del Estero, quien denuncia la desaparición de su sobrino Chenque, en manos de las fuerzas policiales. Laura Coronel comenta a este medio:
“Estoy aquí para acompañar el juicio de Ezequiel y Ulises, porque soy familiar también, madre de víctima, soy la mamá de Mauro Coronel. Mi hijo también fue asesinado y torturado por las manos de la policía de Santiago del Estero y exigimos aquí como familiares que se haga justicia por los chicos, para que no quede impune y para que los responsables queden presos. Estamos acompañando a Sandra Corbalán y Verónica Arias. Las madres vinimos a dar fuerzas, en mi caso no hay ningún imputado, los asesinos andan libremente, y nadie tiene derecho a quitarle la vida así a los chicos. Como madres nos sentimos bien en acompañar y darles fuerzas en este momento tan difícil, porque no queremos que ninguna mamá vuelva a pasar lo que pasamos nosotras, nos sentimos más fuertes y con ganas de salir a la calle, por todos los chicos que mató la policía. Pido que nadie se calle, seguir adelante. Basta de represión y ajuste. Una familia no puede vivir hostigada. No se callen, sigamos luchando, pidiendo y exigiendo justicia por todas las víctimas. Basta de impunidad, gatillo fácil y femicidios. Queremos frenar esto, voy a seguir porque mi lucha es la lucha de todos.”
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Hay que destacar que en las jornadas que se llevaron adelante durante el juicio, también se contó con la solidaridad y acompañamiento de estudiantes secundarios, como un hecho que sienta precedentes y que sólo se había visto en juicios de lesa humanidad. Decenas de jóvenes junto a sus docentes, salieron desde las escuelas a presenciar el juicio en la sala, poder difundir su experiencia en las escuelas y abrazar a las Madres en lucha contra la Impunidad.
Como quedó demostrado en el camino de exigir justicia, no se trató de un caso aislado, ni de un sólo policía, sino de toda la institución. Según un informe presentado por Correpi, de 411 personas asesinadas por el estado durante esta gestión, 348 casos ocurrieron en pandemia en un solo año. Y el 40% de los asesinados en manos del Estado tenían menos de 25 años, haciendo la juventud de los barrios el blanco principal de las fuerzas represivas. Llevando la delantera la provincia de Buenos Aires de Kiccilof y Berni, seguidos por la Santa Fe de Perotti, Córdoba, CABA y Mendoza
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En un momento de ajuste económico, donde se les niega a la juventud la posibilidad de trabajo, salud y educación en condiciones dignas, la salida no puede ser la militarización de los barrios con las fuerzas represivas. Por todos los pibes que nos arrancó el Estado Facundo Castro, Lucas Veron, Luciano Olivera, Jonatan Herrera, Franco Casco, entre tantos pibes que nos faltan. La lucha de las madres Sandra Corbalan y Veronica Arias, y la condena lograda por Ulises y Ezequiel, es sin dudas un gran ejemplo de que el Estado es responsable de la violencia institucional y de la impunidad que la encubre, pero que aún así no hay impunidad que pueda quebrar la fuerza de su lucha. Las mujeres, la juventud y las / los trabajadores en la región las abraza, en el camino de seguir la organización y en las calles por el castigo a todos los responsables.
Un solo grito recorrió la tarde del jueves en San Nicolás: ¡Ulises y Ezequiel presentes! ¡Ahora y siempre!
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