La fecha límite para la aprobación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación se acerca. La Cámara de Diputados tiene hasta el día 15 de noviembre del presente año para aprobarlo, el cual entrará en vigor el primero de enero de 2023.
¿Pero por qué es preocupante? Para empezar hay una clara intención de aumentar el presupuesto a la Sedena, con una diferencia del 2.4% respecto al año anterior, lo que con la reciente aprobación de la integración de la Guardia Nacional a la Sedena, significa un apoyo directo al Ejército.
En un contexto donde hay múltiples sectores con amplias necesidades y problemáticas que podrían ser atendidas con dicho presupuesto, como lo son el sector educativo y de salud. Sectores que se encuentran afectados por el desmantelamiento de gobiernos neoliberales, los efectos de la pandemia (donde vimos el desborde del sistema de salud), la estanflación y demandas pendientes vinculadas a las terribles condiciones que enfrentan las y los trabajadores de dichos sectores.
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El sector educativo históricamente desatendido, todavía enfrenta problemáticas derivadas de la vuelta a las aulas después de casi 2 años en virtualidad, con condiciones que tanto para el estudiantado, académicos y trabajadores son insuficientes e inadecuadas (hacinamiento en aulas, falta de recursos para garantizar la vida educativa).
En específico, la realidad de las Universidades públicas es preocupante. El úlitmo año, vimos manifestaciones por la falta de mantenimiento a las instalaciones, los despidos injustificados y la precarización de sus profesorxs y trabajadorxs. Destacan las 11 universidades en quiebra que no fueron rescatadas por la 4T. además, nuevos fenómenos como los tianguis estudiantiles pues millares de jóvenes no pueden terminar sus estudios sin un ingreso extra, que obtienen de la ompra venta de múltiples artículos mientras realizan sus estudios.
En el caso de las Escuelas Normales, tanto urbanas como rurales, enfrentan un ataque frontal por parte del gobierno de la 4T, con la disminución de presupuestos, las bajas matrículas, con planes de estudio que no responden a las necesidades del día a día y ataques a las conquistas del gremio como el derecho a una plaza al acabar estudios.
En una evidente persecución a normalistas, que recientemente tocó fondo con la represión en Panotla, Tlaxcala, en la que una estudiante de 21 años murió después de ser hospitalizada debido al impacto de una bomba lacrimógena lanzada por elementos de la policía.
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Aun cuando el gobierno la 4T alega un apoyo a la educación superior con sus universidades para el bienestar, también se ha visto que las condiciones y los presupuestos destinados para las mismas carecen de transparencia y son insuficientes, así como las condiciones inadecuadas de sus instalaciones y a la precariedad laboral a la que son orillados sus profesorxs y trabajadorxs que laboran sin contrato y con bajos salarios.
Aun así, son alrededor de 111 mil 911 millones 638 mil 277 pesos los que serán destinados a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para continuar una estrategia de militarización del país, mismo que la 4T concluye y defiende para combatir al narcotráfico y al crimen organizado. Es evidente que esta política no ataca las causas estructurales de la violencia, y es ya un hecho que los militares no volverán a sus cuarteles: estarán en las calles y contarán con el respaldo completo del presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno de la 4T.
Por lo tanto, exigimos la desmilitarización del país y que el presupuesto destinado al ejército, la policía y la Guardia nacional sea otorgado a educación, salud y vivienda.
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