A las 6:25 (hora argentina, 17:25 en Indonesia) el presidente Alberto Fernández y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva se reunieron en Bali. El encuentro era sumamente esperado por el gobierno del Frente de Todos ya que, en medio de la profunda crisis económica, social y política que “gestiona”, llevarse bien con el establishment financiero internacional es una prioridad del peronismo para mantener las políticas de ajuste sobre la población.
La reunión (realizada en el salón Tampa Ksiring del Hotel Meliá de Bali), es parte de la agenda del gobierno argentino en el marco de la reunión del G-20 que se desarrolla esta semana en la ciudad indonesia. Fernández estuvo acompañado por el canciller Santiago Cafiero, el ministro de Economía Sergio Massa y el embajador argentino en Estados Unidos Jorge Argüello.
La “patota” del FMI estuvo encabezada por Georgieva, quien estuvo junto a la directora gerente adjunta Kristina Kostial, la consejera Económica y directora del Departamento de Estudios Gita Gopinath, el director de Finanzas Christian Mumssen y el director del departamento de Asia y el Pacífico Krishna Srinivasan.
“Tan exitosamente”
Tras las reunión, en declaraciones a la prensa, Georgieva no se anduvo con ambigüedades. Dijo que “es muy importante que la Argentina mantenga el rumbo tal como lo hizo tan exitosamente durante los últimos meses”, en referencia clara a las políticas llevadas adelante por Massa, especialmente las dedicadas a profundizar el ajuste (con fuertes recortes en las cuentas públicas y el fomento de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados) con el objetivo de pagar la deuda externa.
La titular del FMI dijo que tuvieron “una conversación muy buena” con el Gobierno argentino, “sobre el impacto de la guerra en Ucrania” y “prestando atención a la importancia de que la Argentina siga con el objetivo de bajar la inflación”. Y agregó estar satisfecha porque se concluyó “la segunda revisión” del acuerdo de facilidades extendidas firmado en marzo “de forma exitosa gracias a la disciplina de Massa y su equipo”. Hasta sobrevaloró el ajuste al decir que “con un ambiente global tan dificil es importante continuar con esta disciplina”.
Según se informó, el presidente Fernández le volvió a plantear al FMI su “preocupación” por el problema de los sobrecargos, es decir las sobretasas que cobra el organismo a los países endeudados. A la vez que insistió con la necesidad de “una distribución más justa de los Derechos Especiales de Giro (DEG)” del Fondo y de “la puesta en marcha del Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad”. Según fuentes oficiales consultadas por la agencia Télam, sobre el tema de los sobrecargos Georgieva “se comprometió a tratarlo en el board en diciembre próximo”.
Queda más que clara la valoración que el FMI hace de la gestión del gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. Desde la óptica del organismo, todos los “esfuerzos” del Frente de Todos para ajustar a la población, depreciar el poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares, beneficiar a las grandes corporaciones y no dejar jamás de pagar la fraudulenta e ilegal deuda externa, merecen un reconocimiento supremo. Y así lo hacen Georgieva y compañía.
De todos modos, si bien no hay información oficial aún al respecto, es altamente probable que en la reunión de Bali las autoridades del organismo usurero internacional hayan planteado nuevas exigencias o ajustado las coordenadas de cara al futuro en el marco de la profunda crisis económica y social que atraviesa el país.
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