La enorme movilización que recorrió las calles de la ciudad, uniendo hospitales públicos y privados, personal sanitario de todos los sectores, residentes, enfermería, médicos, camilleros, etc. fue una demostración rotunda del hartazgo que se vive en cada eslabón del sistema sanitario cordobés. Un sistema sanitario que no solo viene de soportar dos años de pandemia, sino que ha resistido los embates de años de políticas de ajuste que de la mano del PJ provincial se han aplicado sin respiro durante más de dos décadas.
En estos años la receta fue siempre la misma: recurrentes recortes presupuestarios, falta de personal, privatización y tercerización en sectores enteros de los hospitales en el sector público, y beneficios para enormes negociados con el sector privado que engloba a los grandes precarizadores como el Sanatorio Allende o el Privado, los jugosos negocios de las obras sociales y un común denominador que está presente en todo el sistema: la precarización brutal de las y los trabajadores de la salud.
Un ajuste que se fue profundizando ministro tras ministro de salud, hasta llegar a la renuncia de Cardozo, dejando al desnudo los entramados detrás de un ministerio que ha favorecido negocios enormes en detrimento de la salud de la población. Vale recordar que por este ministerio pasó también Oscar González, responsable con su accionar impune del fallecimiento de una docente y emblema de los políticos que hacen uso de sus privilegios siendo completamente ajenos a la realidad de las y los trabajadores.
Pero nada de esto hubiese sido posible sin la complicidad necesaria de la burocracia del SEP, que de la mano del también legislador por el PJ provincial, José Pihen, permitió que año a año el sistema sanitario se deteriorara cada vez más hasta convertirse en una olla a presión que cargó sobre sus espaldas un vaciamiento sistemático.
El SEP siempre juega un rol central a la hora de garantizar la división que necesita el gobierno para encerrarnos en la trampa de negociar sector por sector, perdiendo la unidad que nos hace fuertes. Si demostramos que somos capaces de poner en pie nuestra fuerza sosteniendo un gran paro y la más amplia movilización, la pregunta es cómo esa fuerza se transforma en una organización permanente que nos permitan enfrentar la política divisionista del gobierno y el SEP.
Construyamos una gran Asamblea que coordine la más amplia unidad de toda la salud
Esta enorme movilización no cayó de la nada, con asambleas en todos los hospitales y con enormes movilizaciones de la salud cómo las de CABA cómo ejemplo a seguir, se empezó a organizar una marcha que tiene que ser el comienzo de un plan de lucha que nos permita ir por todo.
La negociación paritaria muestra que el gobierno solo está dispuesto a dar migajas. La ministra Barbás cómo vocera del PJ busca dividir como estrategia de negociación, llamando a cada sector por separado. También han iniciado una campaña de desprestigio sobre lo que cobra el personal de la salud, algo que es fácilmente refutable con los recibos de sueldo que muestran los propios trabajadores.
Por eso, es momento de golpear con un solo puño. Porque un salario de miseria es la punta del iceberg de un sistema sanitario que se sostiene con curitas. La unidad de todos los sectores debatiendo desde las bases, en asambleas por hospital donde todas y todos puedan votar es fundamental, ninguna decisión puede ser tomada en una mesa chica.
Es necesario también poner en pie una gran asamblea provincial de la salud, con delegados y delegadas mandatados por sus compañeros en cada hospital y centro de salud, que coordine entre todos los sectores para definir un plan de lucha que exija un verdadero paro provincial garantizado por todos los sindicatos. Invitando a los usuarios a defender junto al personal de salud una salud pública, gratuita y de calidad ya que ellos nuestros aliados y quienes sufren también las consecuencias de un sistema sanitario en terapia intensiva.
Todos los sectores que reivindican tener representación sindical deben ponerse al servicio de esta perspectiva, que es la que realmente necesitamos para triunfar. Porque no se trata de arrogarse representaciones sin capacidad real de movilización y organización, sino de apostar a una verdadera organización democrática para que todo se decida desde las bases.
Residentes, el triunfo de CABA marca el camino
Venimos de un enorme triunfo después de 9 semanas de paro, movilizaciones y asambleas, donde las y los residentes de CABA mostraron que luchando se puede. Lograron arrancarle al gobierno de Larreta un aumento y ahora van por más, incluyendo en sus reclamos a las y los concurrentes. La lucha de las y los trabajadores de salud, sigue, por las demandas pendientes.
Esto muestra que la pelea es por y para todo el personal, nadie puede quedar afuera.
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