Foto: Clarín.
Mientras atravesamos el vía crucis hasta el próximo sábado a las dieciséis horas y, a pesar de la fe en el materialismo histórico, prendemos velas y atamos a Poncio Pilatos para exigirle que Messi se ilumine, aprovechamos este newsletter como ensayo de algunas respuestas sobre el problema del dólar que nos amenaza cada día.
Empecemos por la coyuntura para después ir a lo estructural. La tensión cambiaria que se desarrolla estos días deja expuesto que quedó desfasado el esquema para contener la suba de las cotizaciones paralelas del dólar que armó Sergio Massa apenas asumió como “superministro”
Un pilar fundamental de este esquema fue el aumento de la tasa de interés de referencia del Banco Central. La última alza se implementó el 15 de septiembre: ese día, la entidad monetaria ubicó la tasa efectiva anual en 107,35 %, lo cual equivale a un 6,3 % mensual. El aumento de la tasa de interés buscó hacer atractivo al peso argentino y por un momento lo logró.
Se trata de una política acorde a lo que exige el FMI: que la tasa de interés real sea positiva (es decir, que le gane a la inflación). Ese aumento, opera como una “paritaria” del sector financiero, de los grandes fondos de inversión, de los bancos. Pero, la persistencia de la inflación en niveles elevados erosionó el atractivo de esa suba de la tasa de interés. Ahora los “mercados” exigen más y, mientras tanto, se deslizan hacia el dólar.
Hasta aquí un anticipo. Si te interesa leer completa esta entrega de El juguete rabioso o que te lleguen los newsletters del programa radial El Círculo Rojo y La Izquierda Diario ingresa en este link
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