Se acercaba la hora del partido y, con ansiedad, todo el país se preparaba para verlo en bares, en la calle, en el bondi desde el celu, y algunos en sus lugares de trabajo.
En la fábrica de membranas Megaflex, que hace un mes está en conflicto producto de 16 despidos discriminatorios e injustificados, la situación fue otra: mientras la patronal les preparó una sala especial para ver el partido, con sillas, masitas y globos, los laburantes le hicieron el vacío, se negaron a ir y se organizaron para ver el partido en otro lugar de la fábrica, por fuera de la mirada patronal.
Lógico. La empresa quería aprovechar el mundial y como pretexto mostrar que “todos somos amigos” y que “no hay ningún conflicto”, pero los trabajadores se le plantaron. No se podía “hacer como si nada” ante una empresa que les declaró la guerra con 16 despidos injustificados (aún trabajadores con ART) que dejan en la calle a 16 familias y que además se encuentra en la ilegalidad desconociendo la conciliación obligatoria y negándose a reincorporarlos. Había que dejar en claro el mensaje, también en el futbol y con la selección argentina de protagonista. Y los trabajadores lo dieron.
“La gente está con la sangre en el ojo” nos cuentan los delegados de la Comisión Interna de Megaflex (del Sindicato de Químicos y Petroquímicos)”. Y continuán: “El lunes nos avisaron que la empresa iba a habilitar el comedor de la planta para ver el partido. Incluso se apuraron y pusieron Direct TV, cuando no había ni canales de aire… y ahí se fue maquinando la idea. La mayoría acordó en que con la patronal está todo mal… ¿No dejan entrar a los compañeros y quieren que finjamos una amistad? ¿No respetan la conciliación obligatoria que se dictó y quieren hacer como que todo está bien? Así no funcionan las cosas…”
La empresa, que se preparó hace meses para este conflicto stockeandose material y despidiendo trabajadores, quería barrer los despidos bajo la alfombra y mostrar una foto de concordia y conciliación justo en el momento que juega la selección. “Era un acting para la foto. Para mandarla a los CEO de Latinoamérica. Pero la gente se dio cuenta y ya esta cansada de todo esto. Posar para la foto ya no va. Menos en el estado de lucha en el que estamos.”, agregan los delegados.
Y en la medida que se corrió la voz se empezaron a preparar otros sectores de la planta para verlo entre trabajadores, sin patrones. Y ahí, vinieron los golazos de Mac Allister primero y de Alvarez después, que llenaron las gargantas de los obreros que saltaban y se abrazaban, pero entre ellos. Entre los que con su fuerza y sudor hacen las membranas y los productos químicos; entre los que vienen peleando duramente contra una multinacional como Saint Gobain que quiere derrotarlos y seguir precarizando el laburo. Pero no lo van a permitir.
Una tarde de sonrisa por el triunfo de la selección, pero también de alegría y determinación, que muestra que la lucha sigue, que la fuerza está, y que la solidaridad, el apoyo, la difusión y coordinación del conflicto con otras luchas como la de salud o subte, combinado con medidas duras, es el camino para derrotar los ataques y lograr la reincorporación de todos los despedidos.
Y en una de esas, se da también en Qatar. Quién te dice… |