El sindicalismo de base (USB, por sus siglas en italiano) ha convocado para este viernes y sábado a dos días de lucha y movilización contra el alto costo de la vida, la guerra y las políticas del nuevo Gobierno de derecha encabezado por Giorgia Meloni.
Las jornada comenzaron este viernes con un paro general durante todo el día, convocado de forma conjunta por el sindicalismo de base, en un esfuerzo por unificar las luchas y superar las convocatorias separadas que se han dado en varias ocasiones en los últimos años. Se realizaron varias concentraciones frente a los almacenes de logística y distribución, donde se concentra especialmente el sindicato SI Cobas, así como actos locales y eventos en distintas ciudades.
Por otra parte, el sábado se realizará una manifestación nacional con el lema “Contra la guerra y el alto costo de la vida: ¡brazos abajo, salarios arriba!”.
Se trata de un paro y una manifestación que tienen el objetivo de converger con las necesidades y aspiraciones de la clase obrera frente a la crisis y el desarrollo de sus efectos sobre los sectores más expuestos de la población.
Estas acciones tienen lugar a solo una semana de la contundente manifestación transfeminista del sábado pasado y al mismo tiempo que se acelera el la política represiva del Gobierno de Meloni por el temor a que el contexto social se caldee demasiado. Pero también son parte de una serie de acciones que se han venido dando a nivel local o sectorial como lo muestra la confluencia de jóvenes, trabajadores y sectores de izquierda en las manifestaciones del 22 de octubre en Bolonia y la del 5 de noviembre en Nápoles, o como en la movilización en La Sapienza de Roma.
Todo esto ha mostrado el potencial de movilización social, incluso radical, que por ahora se ha mantenido en acciones más bien reducidas y localizadas entre los sectores que se han mostrado más dispuestos a salir a la lucha. Pero el gobierno es muy consciente de que la crisis energética y los efectos del alto costo de la vida combinados con los recortes en el estado de bienestar, que continuarán con Meloni, incluido el de la Renta de Ciudadanía, pueden conducir a un una situación explosiva hacia el próximo año.
Los industriales y el gobierno, sin embargo, todavía pueden contar con la actitud conciliadora y pasiva de las grandes sindicatos burocráticos como la CGIL-CISL-UIL, que se reservan el derecho de movilizarse muy poco o cuando ya sea demasiado tarde.
En este contexto, donde aún prevalece la paz social de estos sindicatos y la pasividad entre sectores amplios de trabajadores y trabajadoras, las dos jornadas de lucha convocadas por los sindicatos de base, aunque puedan ser pequeñas, intervienen en la realidad política italiana para señalar los elementos de crisis, la inflación y los altos precios de la energía, pero también las maniobras belicistas y las políticas de rearme de los distintos gobiernos en el marco de la guerra en Ucrania, o el racismo antiinmigrante, entre otros.
Ante esta convocatoria y la necesidad de convergencia de las luchas Giacomo Turci, de la Frazione Internazionalista Rivoluzionaria (FIR) y editor de La voce delle lotte señala que "es necesario salir a la calle el sábado en Roma y participar en la huelga de este viernes, como fue necesario salir a la calle con las miles de mujeres el pasado sábado, con la juventud universitaria, con los trabajadores de la empresa metalúrgica recuperada GKN o los movimientos contra las políticas gubernamentales en materia de cambio climático. La lucha es una: hoy se articula en los temas de oposición a la discriminación racial y de género, los altos precios y el empobrecimiento, la guerra en Ucrania y el rearme imperialista". Turci dice que como decenas de organizaciones de trabajadores, jóvenes y mujeres, desde la FIR participarán de las movilizaciones con un programa propio que "incluya la necesidad de una renta indexada para los desocupados, y medidas complementarias como becas para universitarios; un salario mínimo de 1500 euros netos y la estabilización de los contratos; escala móvil que fije los salarios de acuerdo con el precio de la canasta básica; reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales con igual salario, para repartir las horas de trabajo disponibles entre ocupados y desocupados; alto a la intervención militar italiana y al comercio y envío de armas al extranjero; sacar las tropas italianas y de la OTAN inmediatamente de Europa del Este; ¡Alto al rearme imperialista, por el recorte de los gastos militares!". |