Nacida el 6 de diciembre de 1912, Paloma Efron o Blackie, es considerada la primera cantante de jazz profesional del país. Tras vivir en EEUU volvió a Argentina y conquistó la radio y la televisión.
Cada 6 de diciembre se celebra en Argentina el Día Nacional del Productor de Radio y Televisión. Se festeja en esta fecha en conmemoración al nacimiento de Paloma Efron, conocida como Blackie, importante periodista y conductora pionera de radio y televisión.
Nació un 6 de diciembre de 1912 en Basavilbaso, Entre Ríos, en una colonia de migrantes judíos. Se la considera como la primera cantante de jazz profesional en el país.
Su familia era numerosa. Fue la menor de cinco hermanos. Sus padres, de vasta formación cultural, propiciaron un ámbito que le permitió aprender a leer, a escribir, a tocar el piano y a cantar a muy corta edad. Su padre fue Yedidio Efron, maestro de profesión e inspector de las escuelas judías en la Argentina. Su madre, Sara Steimberg, provenía de una familia famosa que albergó la primera biblioteca de la zona.
A los cinco años se mudó con su familia a Buenos Aires. Al terminar sus estudios comenzó a trabajar como bibliotecaria en el Instituto Cultural Argentino Norteamericano. Allí descubrió algo que le cambió la vida: discos de Negro Spirituals.
No pudo finalizar su educación superior por tener que cuidar a su madre enferma. Sin embargo, "como autodidacta, llegó a dominar, además del español, el idish, el hebreo, el inglés, el francés, el italiano, el portugués y el alemán. Le interesaron la música y la actuación, y a los 20 años se fue a vivir sola", cuenta Myriam Escliar en una entrevista a Página 12 del año 2008.
Según el perfil de Blackie publicado en el sitio del gobierno nacional, en 1934, con 21 años, se presentó a un concurso de canto organizado por Jabón Federal en Radio Stentor y lo ganó con su interpretación de un clásico de jazz, Stormy Weather. Entonces, comenzó su carrera de cantante de jazz. Y según diversas crónicas de su vida, ese día el público la bautizó con su nombre artístico, “Blackie”.
Apoyada por su familia, viajó a los Estados Unidos para conocer con mayor profundidad la cultura afroamericana. Blackie contó con la aprobación de su padre, quien sostenía que la independencia económica era un recurso de libertad para las personas. El señor Efrón, al aceptar la elección profesional de su hija, le dijo: “Usted es una mistificadora: está cantando la música de un pueblo que no conoce. Vaya y vea por usted misma”.
Durante su estadía en Estados Unidos estudió Antropología en la Universidad de Columbia y se codeó con artistas como Louis Armstrong y Ella Fitzgerald.
Cuando volvió a la Argentina continuó con su cerrera artística. Compartió teatro con Pepe Arias en la Revista del Maipo, donde conoció a Carlos Olivari, periodista y guionista de teatro que fue su esposo durante diez años. En ese tiempo Blackie se dedicó a la actuación en teatro y en cine, y fue productora y representante de la dupla Olivari-Pondal Ríos, responsables de los guiones de películas como Los martes, orquídeas.
Inauguró su carrera televisiva como cantante en el programa Tropicana. A partir de entonces, fue una figura indispensable de la pantalla chica argentina. Estimulada por su esposo, comenzó a escribir sus relatos de viajes y fue conquistando el ámbito periodístico, tanto de la televisión como de la radio.
En poco tiempo, Blackie perdió a sus padres y a Carlos Olivari, de quien se había separado recientemente. Se abocó de lleno al trabajo y se convirtió primero en productora y luego, en Directora General del Canal 7. En televisión también trabajó en la producción de programas como Titanes en el ring. Impulsó las carreras de importantes figuras, como Tato Bores, María Herminia Avellaneda, Los Huanca Huá (grupo folclórico), Roberto Galán, Marikena Monti, y de muchos más.
Su debut en la radio fue con el programa radial La historia del jazz; siguió con Derecho a réplica, el primer programa radial de política en el país; después vio Diálogos con Blackie, La mujer y la tarde, Domingos estelares y otros.
Blackie, fue una mujer que aún con contradicciones y polémicas, desafió todos los mandatos que en esas primeras épocas se imponían para las mujeres en los (pocos) casos en que lograban acceder al mundo de la radio, y luego, de la televisión. Allí donde solían aparecer como cantantes, como actrices de radioteatro, como locutoras, como lectoras de las tandas publicitarias, pero nunca, nunca, como conductoras de programas. Y a Blackie, eso, no le gustaba, escribió en 2020 para este medio la periodista Sol Bajar.
“Yo no soy autoritaria, tengo autoridad, que es muy distinto. Y mi autoridad se debe al respeto que provoco debido a que trabajo más que nadie, soy organizadora y nadie puede pescarme en un renuncio; yo nunca voy a pedir a otro lo que no he intentado hacer yo. El primer día que entré a un estudio de televisión donde debía dirigir a cuarenta hombres se hizo un silencio de muerte. Me di cuenta de inmediato de la situación y lo primero que hice fue soltar una palabrota refiriéndome al calor que hacía y todos se aflojaron. Ahí descubrí que mi costumbre de ser mal hablada era un arma que podía utilizar en el trabajo diario con hombres, que me ubicaba en un plano de igualdad”, recordaba Blackie del año que fue directora artística de Canal 7 (Serargentino.com).
La autora de Blackie, con todo respeto, una biografía novelada que se mete en la intimidad de esta mujer de familia judía y anteojos oscuros, destaca un rasgo de mucha actualidad para quienes se animan a meterse en el mundo de la radio: "estaba todo el tiempo rompiendo barreras, y con eso les abrió las puertas y sobre todo los ojos a muchas mujeres de la época. A fin de cuenta, si ella, en su doble calidad de mujer y judía, había podido, las demás también podíamos.
Hinde Pomeraniec le dedicó un libro, Blackie, la dama que hizo hablar al país, y Alberto Ponce, realizador de Concordia (Entre Ríos, donde nació Paloma), le dedicó un documental: Blackie, una vida en blanco y negro, que la recuerda destacando una de sus habilidades para la conversación, de la que hay pocos registros. La que protagoniza el documental, que combina testimonios con recreaciones y material de archivo, cruzando lenguajes y líneas temporales para reconstruir la vida de esta mujer, es Dora Baret.
A partir de 1976 logró tener programas con éxito y evitar la censura gracias a que tampoco enfrentó a los funcionarios de la dictadura. Según el periodista Mariano Oropeza en el sitio Serargentino.com, Paloma Efron defendió su ciclo Vamos, ánimo, inspirado en uno de sus latiguillos más populares, ante la dictadura en el poder: “En mi programa hablan todos”, enfatizó ante un militar de escritorio. Como también había resguardado sus espacios en televisión estatal y Radio Continental, el veterano Diálogos con Blackie. De acuerdo a Hinde Pomeraniec en Página/12, era “demócrata de sangre, logró atravesar los diferentes ciclos políticos de la Argentina con destreza, sin inmolarse pero también poniendo sus condiciones. Cuenta Ricardo Horvath, quien trabajó con ella y fue su primer biógrafo, que durante el gobierno de Videla, luego de firmar contrato con una radio para hacer uno de sus célebres programas de la siesta, le advirtió al militar interventor de turno: ‘Pero, ojo, en mis programas no hay prohibidos’.
No tuvo mucho tiempo para pelearse con ningún funcionario de la dictadura. Murió el 3 de septiembre de 1977, cuando parecía recuperarse de una cirugía de urgencia a raíz de unas úlceras”. Tenía 64 años.
Paloma, Blackie, sentó un importante precedente. A pesar de esta historia de pioneras como ella y del desarrollo del movimiento de mujeres a lo largo de la décadas, el mundo de la radio y la televisión sigue siendo esquivo en algunos ámbitos para las mujeres.
