“Banksy: Genius or Vandal?” en La Rural, contó más de 70 obras aportadas por coleccionistas y galerías, curada por Alexander Nachkebiya, el director de IQ Art Management.
Se realizó la muestra “Banksy: Genius or Vandal?” no autorizada en La Rural. Más de 50 mil personas pudieron visitarla en Buenos Aires luego de ser presentada en otras ciudades. Hubo reproducciones del misterioso artista, además de serigrafías, fotografías, instalaciones, objetos y lentes para un recorrido en VR (realidad virtual).
¿Quién es Banksy?
De las paredes de Bristol, Inglaterra, hasta convertirse en un artista que cotiza a nivel internacional, Banksy; hizo de la ironía su marca registrada con críticas a la policía, los gobiernos y la sociedad de consumo. A pesar de que su figura habilita la posibilidad de grandes negocios como dicha muestra, su identidad no revelada sigue generando misterios e incesantes especulaciones.
Sin embargo, la muestra no está exenta de contradicciones. Alexander Nachkebiya, plantea los objetivos de la exposición de la siguiente manera: “(...)Queremos que cada visitante de esta exposición pueda resolver por sí mismo quién es realmente Banksy: ¿un genio o un gamberro?, ¿un artista o un empresario?, ¿un provocador o un rebelde? Nuestra exposición pretende mostrar la profundidad del talento de Banksy, sus múltiples capas y dimensiones para que sean los propios visitantes quienes piensen y decidan(...)”.
El contenido de la obra del artista es bastante crítico del consumismo, pero se inserta en un mercado del arte que lo tiene como norma. Hay críticas a las instituciones artísticas, pero vive de ellas. Los museos, al no tener validación de la autenticidad de las obras, no pueden adquirirlas; lo que hace que toda la producción de Banksy se mueva en el ámbito privado, sujeto a la especulación. Por otro lado, obras que tienen su lugar en las calles, muchas veces fueron apropiadas y comercializadas de manera “no autorizada”. Al ser mundialmente conocido, luego de cada una de las apariciones del arte de Banksy en algún muro, se plantea lo comercial, y también se abren procesos de gentrificación que, muchas veces expulsan o hace muy difícil vivir a los sectores más populares por la suba de los precios.
Sus producciones traen a colación todo tipo de especulaciones, pero parece que a la hora del negocio nadie quiere quedar afuera. En el 2007, en una de las obras subastadas por miles de dólares en Sotheby´s, se podía leer la frase “No puedo creer que seas tan idiotas como para comprar esta mierda” enmarcada en oro. Lo antisistema no es un problema para el capitalismo que todo lo que toca sino que lo convierte en un valor de cambio; inclusive si te están llamando idiota aunque, cabe aclarar, en muchas ocasiones las ganancias de las obras del artista fueron para organizaciones sociales o causas solidarias.
Recientemente, Banksy ha publicado en sus redes sociales imágenes de siete murales pintados en varios lugares atacados de Ucrania.
La exposición
En la muestra, lo primero que vemos son las fotografías de Steve Lazarides. Estas se centran en la escena rave británica, cómo así también artistas callejeros de los años ´90. Desde 1997, luego de retratarlo, Steve fue amigo, fotógrafo, conductor y manager de Banksy. Juntos crearon el movimiento “Pictures on walls” y en 2006 Steve abrió un galería donde se podían comprar obras de Banksy y otros artistas. Hacia el 2008 dejaron de hacer colaboraciones juntos. Las fotografías nos muestran un poco del contexto en el cual se inscriben los stenciles e imágenes de Banksy, la reacción de la gente y también su aceptación.
Desde la curaduría se plantea la problemática con el tema de la identidad del artista. Siempre que asistimos a una muestra, se expone la biografía del artista, en este caso al no tener esos datos, se define a partir de la mirada y las palabras de los otros. Hay una instalación que simula el estudio del artista, con un muñeco como el enmascarado Banksy, tal cual se lo puede observar en el documental “Exit Through the Gift Shop” (2010).
"No podemos hacer nada para cambiar el mundo hasta que el capitalismo se derrumbe. Mientras, habrá que ir de compras para consolarse”
Uno de los ejes de la exposición, y del arte de Bansky es contra la sociedad de consumo. Compradoras que salen volando, donas de chocolates escoltadas por la polícia, código de barras, niños que juran lealtad a una bolsa de plástico de supermercado, changuitos y otras imágenes icónicas que el artista desarrolla para criticar el consumismo desmedido del sistema y la idea de “mundo civilizado”. También podemos ver el stencil “Los amantes del celular”, donde los protagonistas están obnubilados por las pantallas y las redes sociales, ni aún cuando están juntos pueden apartar sus miradas de la pantalla.
Otra serie presente, es alrededor de los supermercados “Tesco Express” una de las cinco mayores monopolios de distribución del mundo, que amenaza el pequeño comercio. En esta serie de carteles, se ve una botella tipo molotov con dicha marca, los mismos se vendían por 5 libras en una librería anarquista, y todos los ingresos fueron finalmente destinados a la asistencia legal de los detenidos. En el 2011, hubo protestas en Bristol contra la apertura de dicha cadena de supermercados, ya que los vecinos se oponían a que su barrio fuera inundado por grandes cadenas de consumo masivo, lo que iba a acabar con los pequeños comerciantes y productores locales. Cuando finalmente el supermercado abrió sus puertas, la gente se propuso destruirlo en una gran revuelta; hubo represión hacia los manifestantes.
“Los mayores crímenes del mundo no han sido cometidos por aquellos que se saltan las reglas sino por los que cumplen las normas. Son aquellos que obedecen las normas establecidas los que lanzan las bombas, acabando con la pura existencia de pueblos enteros”
Hay una sala completa dedicada a la guerra, sus horrores y sus políticos. Podemos ver una de las serigrafías más reconocidas del artista: “Napalm”. Está basada en una de las fotografías galardonada con el premio Pulitzer, “La niña de Napalm”, donde se mostraba a soldados de Vietnam del Sur corriendo atrás de unos niños con la piel calcinada, uno de los horrores más espeluznantes de la guerra, lo poco que vale la vida de los niños. En la imagen del artista callejero, a ambos lados de la niña, Kim; hay dos iconos de la cultura capitalista yanki, Ronald McDonal y Mickey Mouse, que se encuentran tomándola de las manos. Hay un gran contraste entre, la niña con su cara de espanto y dolor, y los personajes sonrientes; no se sabe si la quieren salvar o todo lo contrario.
Con la ironía que lo caracteriza, hay diversas imágenes antibelicistas y por la paz; no sólo contra el rol de los Estados Unidos, sino también de Gran Bretaña. La imagen de Wiston Churchill como una estrella punk, mujeres jugando con bombas, y referencias a la política internacional como el Brexit.
Una de las posturas más radicales del movimiento punk británico se expresó contra la monarquía, las imágenes del artista callejero acompañan esa crítica, como también hace uso de letras de bandas como The Clash. Dichas imágenes satíricas de la monarquía cuestionan la hipocresía del gobierno como así también los lujos y privilegios que contrasta con la realidad de la clase trabajadora. “Queen Vic”, es un stencil en fondo rojo en la que se ve a la reina arriba de otra mujer, haciendo alusión a los dichos de la Reina Victoria que “las mujeres no podían ser homosexuales”.
En 1997 Banksy retrató a Lenin en un baño público como un punk, y hacia el 2002 realizó 25 obras exclusivas donde el dirigente de la revolución rusa estaba sobre patines, que contenían el logo de Nike en rojo. Banksy se basó en la famosa pintura del artista soviético Vladimir Serov “V.I. Lenin proclama el poder soviético” de 1947.
No fue la única vez que Banksy homenajeó a revolucionarios, en uno de sus graffitis se ve la frase: “si el graffiti cambiara algo sería ilegal”, que es un homenaje a Emma Goldman, anarquista de principios de siglo XX y luchadora por los derechos de las mujeres, cuya frase fue: “si votar cambiara algo, sería ilegal”.
Ratas y ratis
Rudos, esnifando, alados, sonrientes o armados; de diversas maneras y formatos Banksy hace alusión a la violencia policial y el control que se ejerce sobre la población. Por medio de una instalación, de seis cámaras de seguridad que están en algunas salas de la exhibición podemos ser parte de una obra que pone de manifiesto dicha situación. En Reino Unido se estima, que las cámaras de seguridad graban a una persona al menos 300 veces por día. En 2008, "One Nation under CCTV” (Un país sujeto a un circuito cerrado de televisión) apareció en el muro lateral de la oficina de correos de Newman Street, en Londres; poniendo el foco de atención en el avance de la tecnología que cercena nuestro derecho a la privacidad antes los ojos vigilantes de las cámaras.
Love is in the air
Un manifestante en pleno vuelo con la cara tapada, que en vez de tener en su mano una molotov, tiene entre sus manos un ramo de flores. La apareció en el 2003 luego del primer viaje de Banksy a Palestina. La imagen puede leerse de muchas maneras, como un homenaje a los precursores del arte urbano, una visión pacifista de las revueltas o manifestaciones, o un poco más desesperanzadora, la idea de que protestar contra el capitalismo es tan inútil como tirar flores a un muro.
En el 2015 se llevó adelante un proyecto en Western-Super-Mare, una ciudad en la costa del Canal de Bristol, un parque temático no apto para niños, que ironizaba con la estúpida felicidad propuesta por Disney. Según Banksy, visitar el parque “ofrecería un escape del escapismo sin sentido”, con el trabajo de más de 50 artistas, el parque estuvo abierto durante un mes, se podía asistir por el precio de 3 libras. En la sala podemos ver la reproducción del video de difusión del parque, algunas noticias sobre el mismo, pero desde una instalación que nos permite estar en una reposera playera puertas adentro como si fuera una sala de teatro a oscuras, en sintonía con la propuesta cripi del parque.
En otra de las salas, podemos ver fotografías del hotel “The Walled Off”, mejor conocido como el hotel con “las peores vistas del mundo”, un hotel en Belén, donde en cada una de las habitaciones hay murales de Banksy con denuncias, pero las vistas al muro de separación construido por Israel en el 2003.
Virtual reality VR y salida por el gift shop
En un extenso recorrido virtual 360° de aproximadamente 15 minutos, vemos las ciudades de Londres, Bristol, una París nocturna y con revueltas, Los Ángeles, Nueva York y Palestina. Desde una sala y con los lentes puestos se recrea esos escenarios donde el artista va dejando su huella y se recrean en un espacio digital sus imágenes más emblemáticas. Una propuesta que usa una de las tecnologías que permite recrear el espacio, donde las luces hacen que te sientas en diferentes momentos del día persiguiendo al artista. Sin embargo, es un recorrido individual que poco tiene que ver con la experiencia callejera ya que parece un contexto completamente desolado.
Para finalizar el recorrido, personal del lugar “disfrazados” de punks nos llevan hasta el gift shop.
Sin lugar a dudas, la muestra tiene mucho material y abrió diversas discusiones sobre su contenido y sobre el medio mismo. Expresiones de arte callejero prolijamente montadas en las salas de La Rural, por una entrada poco accesible cuando lo que pregona es todo lo contrario, un arte crítico y accesible para todos.