Comienza un nuevo año y los balances siempre aparecen. Quienes militamos en En Clave Roja nos propusimos hacer un repaso consciente de lo construído a lo largo de este año, para encarar los desafíos que se vienen, entre ellos pelear por un CEFyL independiente, combativo y organizado desde abajo.
Cuando empezamos a mirar para atrás, el 2022 parece haber sido dos años dentro de uno.
Quizá, el hecho de que haya sido el primer año de vuelta a la presencialidad total después de la pandemia hace que el tiempo se nos distorsione un poco. Pero la realidad es que “pasaron cosas” y la intensidad estuvo a flor de piel.
Nos propusimos arrancar el año con toda. Desembarcamos nuevamente en la universidad con fuerza, yendo a ver qué había dejado el encierro en la juventud: qué nuevas ideas surgieron al calor de la crisis pandémica, que tuvo su cara social, ambiental y de crisis económica. Nos preguntamos cómo era esa nueva generación de pandemials que pisaba por primera vez el piso de puan después de haber cursado dos años virtuales como ingresantes. Y qué pasaría con la enorme mayoría de jóvenes que estudian pero también trabajan en condiciones precarias: ¿podrían seguir sus estudios en este contexto?.
Rápidamente encontramos que en Filo estábamos todos llenos de preguntas, de dudas y también con mucho malestar con el Gobierno de Sergio Massa, Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Ese fue un primer gran cambio que vimos entre algunos de nuestros amigos y compañeros de cursada que habían votado al Frente de Todos y tenían algunas expectativas de mejorar con el peronismo después de cuatro años muy duros de macrismo. Ahora veían que se priorizó al FMI, a los sojeros y los empresarios por sobre los trabajadores, los sectores populares y la juventud. Muchos de ellos también apostaron por el Frente de Izquierda Unidad que se ubicó como tercera fuerza nacional en las últimas elecciones legislativas.
La elección de Sergio Massa como “superministro” fue el broche final. Los efectos del pacto con el Fondo los estábamos sintiendo en nuestras vidas: ajuste en los planes sociales, trabajos de miseria, menos presupuesto para las universidades. Los pobres son cada vez más pobres, a los trabajadores el sueldo no les alcanza para la canasta básica, pero los ricos son cada vez más poderosos (pueden aumentar precios sin ningún problema y consiguen dólares diferenciales). En el 2022 vimos cómo creció cada vez más la desigualdad social y es por eso que nos propusimos redoblar los esfuerzos para construir una alternativa para pelear por otra salida.
En marzo tuvimos una semana de clases y pum: elecciones universitarias. Lo dimos todo y quedamos a solo 85 votos de diferencia, (aún con el Nuevo Mas - Ya Basta rompiendo el frente y presentándose solos dividiendo a la izquierda) mostrando el enorme apoyo que hay en la Facultad hacia el Frente de Izquierda Unidad y sus ideas. Nos encargamos de decir lo que pensábamos planteando nuestros objetivos para el movimiento estudiantil sin ocultar nuestra identidad política. Esto no debería ser algo “reivindicable” pero en Puan, este año, fue una anomalía. El Colectivo que es la actual conducción del centro, tenía vergüenza de decir que era parte del FDT, del Gobierno y de las autoridades de la facultad. En sus volantes o afiches no aparecían los nombres de sus agrupaciones: La Cámpora, Patria Grande, Movimiento Evita. Durante toda la campaña electoral se encargaron de intentar despolitizar la discusión lo máximo posible para no discutir los grandes problemas de la juventud y el ajuste del gobierno.
Durante la campaña electoral El Colectivo recibió el apoyo explícito de las autoridades de la facultad, que enviaron un mail a todos los estudiantes un día antes de que terminen las elecciones anunciando que el próximo cuatrimestre se iba a abrir el nuevo edificio (algo que no sucedió). Lo que sí pasó, apenas terminaron las elecciones, es la repartija de cargos: los dirigentes de la lista de El Colectivo ocuparon cargos en la gestión de la Facultad que les brindaron las autoridades, perdiendo definitivamente todo tipo de independencia (si es que alguna vez la tuvieron). ¿Cómo es posible pelear por las demandas de los estudiantes si tenemos un centro de estudiantes atado de pies y manos para poder hacerlo?
Nuestra campaña fue distinta, desde el minuto uno planteamos la necesidad de un movimiento estudiantil que se mantenga independiente de las autoridades, los gobiernos y la oposición de derecha para que nadie nos ate las manos a la hora de defender la educación pública y enfrentar la crisis. Durante todo el año intentamos ser la voz de los reclamos estudiantiles en medio de una universidad cada vez más elitizada y con menos presupuesto: reclamamos que se abra de una vez por todas el edificio nuevo que conquistamos hace años con la lucha estudiantil, que se cumpla el acuerdo para que haya un jardín paterno-maternal para que las personas con niñez a cargo no abandonen sus estudios. Juntamos cientos de firmas y presentamos distintos proyectos en el Consejo Directivo para que se construya de una vez, pero las autoridades lo rechazaron. Si queremos que Filo esté a la cabeza de la ola feminista, este reclamo no puede ser ajeno. Además, pedimos más oferta horaria para que los que laburamos no tengamos que hacer malabares entre trabajar y estudiar, becas integrales y un boleto educativo contra la deserción. Creemos que esto es parte de nuestro compromiso por defender la educación pública y el acceso de los trabajadores y trabajadoras a la Universidad en todo el país.
Nuestra batalla en la universidad también es pelear para construir una perspectiva marxista en las carreras que estudiamos. Estamos convencidos de que se puede pelear por un modelo de universidad que esté al servicio de la clase trabajadora y los sectores populares. Creemos que a partir de un estudio científico y de una reflexión colectiva, miles de estudiantes pueden involucrarse en los grandes debates y por esa vía tomar partido por las posiciones teóricas que defienden los intereses de la clase trabajadora y los sectores explotados y oprimidos. Por eso invitamos y convocamos a todes les estudiantes a pensar en qué futuros profesionales nos vamos a convertir y cuáles queremos ser. Sabemos que el conocimiento no es “neutro” y puede estar al servicio de distintos intereses. Por ejemplo, hoy la UBA tiene decenas de convenios con empresas contaminantes, grandes bancos y farmacéuticas. A su vez, el gobierno buscó que las universidades auditen los planes sociales para recortarlos a los desocupados a pedido del FMI.
Como no solo decimos, sino que hacemos, lanzamos la Cátedra Karl Marx. Allí presentamos el libro de Santiago Roggerone "Tras las huellas del marxismo occidental" con el autor del libro y nuestra compañera docente Ariane Díaz, junto a profesores muy reconocidos de nuestra facultad como Omar Acha y Eduardo Gruner, allí se recorrieron los principales debates marxistas durante el siglo XX. También presentamos el libro de Jonh Bellamy Foster "La ecología de Marx" junto a Corina Luchía, que es profesora titular de Historia Medieval en puan, y participó del panel junto a Juan Duarte, docente del CBC y Guillermo Folguera que es filósofo, biologo, investigador del CONICET y activista ambiental. Allí debatimos acerca de cómo el capitalismo desde su nacimiento, se constituye al calor de la destrucción de las reservas naturales, y la separación cada vez más grande entre la forma de producir y la naturaleza. Por otra parte, hicimos una charla sobre feminismos con Claudia Korol y Andrea D’atri, de cara al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Actualmente estamos preparando la continuación de la cátedra para este año, donde queremos seguir acercándonos a los debates de las carreras.
A su vez, quienes formamos parte de nuestra agrupación comenzamos a escribir en el suplemento “Armas de la Crítica” que lleva 40 números publicados por estudiantes y jóvenes investigadores de más de 30 universidades del país. Nos proponemos seguir amplificando y peleando una perspectiva marxista de lo que estudiamos. También impulsamos en filo, junto a decenas de compañeres, el Observatorio de Fábricas Recuperadas y Luchas Obreras para combinar nuestro compromiso social y político con el apoyo interdisciplinario y actividades de investigación, enfocados a generar conocimiento que fortalezca a los trabajadores en su lucha cotidiana.
Desde el Consejo Directivo y con nuestras representaciones en las distintas juntas de carrera (como mayoría estudiantil en la Junta de Historia, y minoría estudiantil en el Consejo Directivo y las juntas de Filosofía y Artes), también nos sumamos a los reclamos de les estudiantes organizades y cuestionamos las reformas inconsultas de los planes de estudio en las carreras de Letras y Antropología por lo antidemocrático de las mismas y por lo alejado de la realidad de las problematicas que deberían discutirse en la universidad.
Pensando en la historia del movimiento estudiantil universitario, creemos que hoy en día se disputan dos modelos de centros de estudiantes. Por un lado, el que forjó la Franja Morada y el peronismo/kirchnerismo, donde los Centros de Estudiantes se reducen a la gestión de los espacios y evitan hablar de los grandes temas de la realidad. Esto es lógico, ya que estas agrupaciones formaron o forman parte de los gobiernos que recortan en educación y cínicamente se vanaglorian de tener la fotocopia barata en tal o cual lugar. Nosotros pensamos que en medio de esta crisis, un Centro de Estudiantes debería cumplir tareas muy distintas. Opinamos que los espacios de debate como las asambleas son fundamentales para dar continuidad a la organización estudiantil. También creemos que hoy es imposible defender la educación pública sin pelear por un presupuesto acorde a las necesidades que tenemos, como el aumento de los salarios docentes, que dejen de haber cargos ad honorem, que se inaugure el nuevo edificio y más. Pero también somos concientes de que para conquistar todas estas demandas es necesario pelear de forma coordinada con la clase social que mueve el país: lxs trabajadorxs.
Por esto mismo, buscamos organizarnos como En Clave Roja pero también en las asambleas del PTS junto a miles de luchadoras y luchadores en todo el país. Através de las asambleas buscamos generar espacios de discusión y organización para empezar a coordinar una fuerza que muestre que hay otra alternativa posible que viene desde abajo y está organizada de forma democrática.
Junto a docentes, vecinos de la 1-11-14, ferroviarios, trabajadores de comercio, desocupados, de call center hicimos 4 asambleas en el barrio de Flores a lo largo del año para organizar una fuerza en el barrio que potencie las luchas existentes y difunda las ideas de la izquierda. El año lo cerramos con una asamblea muy importante junto a Myriam Bregman y Alejandrina Barry en el complejo Art Media.
Fue por eso que cuando algunos decían que “todo estaba perdido” y que la inflación siempre iba a ganar, nos unimos con fuerza a los trabajadores del SUTNA que hicieron paro y frenaron la producción poniendo en jaque a los grandes empresarios de este país. No solo fuimos a sus movilizaciones, los invitamos a la facultad y pasamos por cursos con ellos. Hubo un ejemplo que nos parece más que significativo: nuestra compañera Brenda pasó con ellos y el docente se negó a darles la palabra. En ese momento, discutimos con él frente a toda la clase la tradición de lucha y solidaridad que siempre tuvo Puán y la importancia que tenía para el conjunto de los trabajadores (que venían con paritarias a la baja) lo que estaban haciendo los laburantes del neumático. Dijo que no, y nos cerró la puerta en la cara. A la semana, cuando los trabajadores consiguieron su aumento (la plata estaba, parece que solo había que presionar) se acerca a nuestra mesa un estudiante de esa materia a contarnos que el docente volvió la clase siguiente y pidió perdón a todo el curso por lo sucedido. Se había quedado pensando que tuvo una actitud que favorecía a un avance de ideas de derecha y que filo debía ser un lugar donde se desarrollen tendencias contrarias para cambiar la realidad que vivimos. Este pequeño ejemplo, nos hizo reflexionar mucho como agrupación de la necesidad de pelear y moldear otro clima en nuestra facultad contra la resignación del “no se puede”.
También acompañamos a los residentes y concurrentes que con su marea blanca inundaron las calles y mientras escribimos esta nota estamos bancando a los y las trabajadoras tercerizadas de Aerolíneas Argentinas que trabajan para la empresa GPS y reclaman por sus derechos laborales y su representación gremial.
El mismo día que circuló la noticia de represión y detención a las mujeres mapuches impulsamos junto a independientes y autoconvocados de la carrera de Antropología un pedido de firmas y nos encontramos en el patio de la facultad a pintar carteles por su inmediata liberación. La unidad obrera estudiantil es una de las banderas de En Clave Roja.
Desde la Universidad de Buenos Aires nos proponemos llenar de apoyo y solidaridad a las luchas en curso y que triunfen, ayudando en su difusión, juntando fondos de lucha y también uniéndonos a otros sectores sociales y movimientos como el feminismo, el ambientalismo, que tienen un gran componente juvenil dentro. En este sentido de “unir” a los que estudiamos con los que luchan, pusimos en pie el Observatorio de Fábricas Recuperadas que mencionamos anteriormente, para difundir las experiencias de quienes demostraron que la historia puede ser distinta: sin patrones se puede y es mejor. Peleamos por una universidad que sea crítica pero que también en la práctica muestre otra cosa desde nuestros conocimientos.
Como sí todo esto fuera poco, en octubre viajamos a San Luis para vivir el 35 Encuentro Plurinacional de Mujeres Lesbianas Travestis Trans Intersexuales Bisexuales y No Binaries 2022. Con decenas de compañeras de la facultad preparamos la pelea con Pan y Rosas y en el micro del CEFyL, exigiendole a la gestión de la facultad que garantice un micro para que todes les compañeres de filo que quisieramos viajar pudieramos hacerlo. Esos días en San Luis nos conocimos con nuevxs compañeres que se sumaron e intervinieron en común con nosotres: dimos debates en los talleres contra la criminalización y la cárcel a las mujeres mapuches, para que tengan protagonismo las luchas de las trabajadoras como de las fábricas recuperadas de Madygraf, Zanón y para denunciar el ajuste del gobierno del Frente de Todos que nos golpea con más fuerza a las mujeres y disidencias. Debatimos sobre estrategias en el feminismo en las comisiones y juntxs votamos en la asamblea del CEFyL que era importante que nuestro Centro de Estudiantes se movilice de manera independiente de los gobiernos, los empresarios y las Iglesias. Una vez de vuelta, sentimos orgullo por el reconocimiento a nuestra agrupación de mujeres y diversidad sexual, ya que, fuimos invitadas a participar del panel debate "Balance y perspectivas desde la Universidad" junto a reconocidas feministas como Dora Barrancos y Mónica Tarducci. Con esta fuerza participamos de las movilizaciones del Orgullo LGTBIQ y el 25 de noviembre estuvimos en las calles contra la violencia machista. Ahora en el verano la seguimos con todes elles en un taller sobre feminismo socialista.
También nos propusimos que el movimiento ambiental entre a Filosofía y Letras. Además de la charla donde presentamos el libro “La ecología de Marx”, hicimos en las vacaciones de invierno un curso presencial de Ecología y Marxismo e impulsamos una gran campaña de fotos en los cursos por la Ley de Humedales. En este camino conocimos amigas y amigos del CBC que nos ayudaron a pintar un hermoso mural en una de las paredes del pino que lleva en alto un carpincho para demostrar el entramado entre quemas, negocios inmobiliarios y agropecuarios y el cajoneo permanente de esta ley que nos permitiría proteger a los humedales.
Por otro lado, veníamos de dos años de “encierro” y nos parecía importante volver a recuperar la vida que tenía Puan y su pino antes de la pandemia. Es por eso que lanzamos “La cultura vuelve a Filo” e hicimos dos festivales “Filopalooza” con más de mil personas cada uno (se ve que había un poco de manija). Por otra parte, lanzamos un Ciclo de Cine con 3 encuentros junto a decenas de amigos y amigas que pasaron.
El por qué: la base de todo
Si hacemos lo que hacemos es porque estamos convencidos de la necesidad de organizar una fuerza social que saque conclusiones del pasado, intervenga en el presente construyendo un proyecto político de y para los trabajadores, que va a ser un freno de mano a este sistema y la construcción de una nueva forma de gobierno. En el capitalismo pasan los gobiernos y siempre se beneficia la misma minoría: los dueños del país.
No vamos a decir que es fácil construir una perspectiva de y para los trabajadores. Pero sí podemos afirmar que se puede lograr si trabajamos conscientemente para que exista. Nada puede estar librado al azar porque no va a surgir espontáneamente: las agrupaciones que dirigen hoy nuestro Centro de Estudiantes hacen todo para que no estemos organizados, ni nos encontremos en espacios de debate. Tiene lógica: al ser oficialismo, nuestros reclamos van contra su gobierno. Es más fácil usar un discurso de resignación y decir que “todo está perdido” y que hay que conformarse, para que la situación no se desbande. Es por esto mismo que en este nuevo año que entra, se vuelve más necesario que nunca recuperar la conducción de estos espacios, para que los centros de estudiantes y sindicatos se vuelvan herramientas de lucha independientes de gobierno, autoridades, empresarios, organizados democráticamente.
Las promesas de campaña de los partidos tradicionales nunca se cumplen y las decisiones se toman a espaldas de las mayorías siempre. En el 2023 vamos a volver a escuchar mentiras y se le va a volver a pedir a los trabajadores que den “tiempo” y se le quitará responsabilidad a dirigentes como Cristina Kirchner. Pero ya no hay más margen para aguantar. Por abajo las ideas del Frente de Izquierda crecen y se difunden cada vez más entre millones de personas. La enorme representatividad que logra en las elecciones (tercera fuerza nacional, 4 diputados y referencia en cientos de fábricas, universidades y escuelas) hay que mantenerlas en el día a día, construyendo espacios donde podamos planificar acciones, actividades, iniciativas para llegar hasta el último habitante de la Argentina.
Es por eso que impulsamos las agrupaciones como En Clave Roja, Alerta Roja Ambiental y Pan y Rosas porque creemos que son el lugar donde militantes e independientes podemos encontrarnos para pensar y decidir juntos por igual. Escuchando nuevas voces y propuestas para mejorar en el camino. Es la forma de mantener esa fuerza viva y activa, sumando cada vez más y más amigos y compañeros de ruta. No nos conformamos con los que somos, sabemos que para nuestros objetivos no alcanza.
No podemos quedarnos quietos, y entre brindis de fin de año y festejos por ser campeones del mundo, vamos a estar encontrándonos en cursos de la Cátedra impulsando uno sobre Antropología y Marxismo; otro de Arte y Marxismo; otro de Feminismo Socialista y algunes queremos juntarnos a leer el Manifiesto Comunista para debatir sus principales ideas. Hacia febrero vamos a juntarnos para abordar los principales debates de ecología que atraviesan hoy Argentina. También queremos impulsar actividades sociales y culturales como ciclo de cine debate y partidos de futbol. Por último, nos vamos a juntar para lanzar un podcast puaner al que están todes invitades a sumarse. Al 2023 lo esperamos sin miedo.