Aunque esta consulta se realizó de manera virtual, la sección 57 del SNTE pasó a las escuelas para asegurar que los afiliados contesten y se cumpla con este requisito. Esto no es casual, pues saben que es una dirección sindical que asumió la dirigencia cuestionada por sus actos fraudulentos en el proceso de elecciones seccionales.
Algunos compañeros, acostumbrados a estas prácticas, siguen el juego creyendo que serán tomados en cuenta. Pero, ¿Cuándo nos han hecho caso y han defendido nuestros derechos? ¡Pura faramalla! ¡Falsa democracia!
Los líderes sindicales conocen nuestras necesidades y no han hecho nada al respecto. Todo lo contrario, se confabulan con el gobierno en detrimento de nuestros derechos adquiridos. No por nada el SNTE, aliado de los gobiernos en turno se declaró el “ejército ideológico” de la 4T.
Los docentes debemos recuperar nuestro sindicato y echarlo a andar con el objetivo de su creación, para utilizarlo como una herramienta de lucha para defender los derechos laborales y humanos de todos los trabajadores.
Nuestras exigencias son: mayores recursos federales para la educación y su transparente aplicación, abrogación de la reforma educativa llamada ahora diferente, pues quedaron muchos puntos y comas. Desaparición del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) para que todos tengamos el mismo salario justo por desempeñar el mismo trabajo. Otorgamiento de todas las plazas a docentes y administrativos, basta ya de contratar en vez de basificar. Salario justo y digno para todos, que incremente de acuerdo con la inflación y un incremento emergente para compensar el detrimento de nuestro sueldo.
Exigimos también estabilidad laboral, capacitación constante, gratuita y en nuestro horario de trabajo. Abrogación de la injusta ley del ISSTEY -que ellos mismos (sección 57) aprobaron-.
Así como respeto a nuestros derechos laborales y humanos adquiridos y la necesaria democratización de nuestro sindicato y no una farsa qué los perpetúa en el poder, para lograrlo necesitamos organizarnos escuela por escuela, zona por zona.
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