Hace tres años, activistas y organizaciones a favor de la despenalización y contra la criminalización del consumo de marihuana, declararon la plaza Louis Pasteur como un espacio "liberado" para el consumo de la planta. En 2021 uno de sus principales referentes, el Movimiento Cannábico Mexicano, abandonó el espacio y este 2 de febrero lanzaron un comunicado en el que, además de narrar el proceso de instalación del plantón y las medidas emprendidas bajo su administración, convocaron a movilizarse el próximo 6 de mayo con marco en la Marcha Mundial de la Marihuana.
A pesar de que no todos los activistas han abandonado el plantón, hoy a los consumidores se nos pone frente a una serie de interrogantes. Después de tres años y cientos de evasivas por parte del gobierno mexicano, ¿Cómo legalizamos la marihuana?
El largo camino hacia la legalización del ’porro’
Aunque a inicios del sexenio de la 4T una gran cantidad de consumidores tenían altas expectativas en que se legalizara el consumo lúdico de la marihuana, la realidad es que esto está lejos de ser real. La iniciativa se encuentra estancada entre mesas de dialogo infructíferas y los mismos senadores que a pesar de muchas veces expresar su apoyo, se niegan a poner su mayoría cada que se legisla sobre esta demanda. Mientras tanto, en el país miles de consumidores siguen siendo criminalizados.
La pelea por la legalización no solo es una pelea por consumo recreativo, por lo cual los discursos y medidas implementados bajo la lógica de la "resistencia pacífica" y la "liberación de espacios" resultan impotentes a la hora de señalar el entramado criminal que rodea la ilegalidad de la planta.
La violencia que recorre el país de la mano de los Carteles, los feminicidios, juvenicidios y miles de desaparecidos por la policía, el Ejército o el hampa han sido instrumentalizados por el Gobierno para justificar la inversión de miles de millones de pesos en las Fuerzas Armadas, en particular en la consolidación de la Guardia Nacional. Replicando el camino de la "guerra contra el narco" declarada por Felipe Calderón en 2006, la marihuana y su consumo sigue considerándose un problema de seguridad y no uno sanitario.
¿A quién conviene la ilegalidad de las drogas?
Aunque hoy decenas de gobiernos democráticos en el mundo se digan que están en contra del narcotráfico la realidad es que son los políticos, jueces, policías, empresarios y grandes capos los únicos que se benefician y se llenan los bolsillo de la ilegalidad de las drogas.
Según el Informe Estratégico de Control Internacional de Narcoticos de Estados Unidos 2022, en 2016 en México se plantaron alrededor de 11,500 hectáreas de marihuana, además de que el reporte del 2010 estimaba que entre 2006 y 2009 México producía 15,500 y 21,500 toneladas de marihuana al año. Es evidente la inmensa producción que hay de marihuana en México, no nos pueden engañar más, solo en 2019 los que lucran de su ilegalidad ganaron alrededor de 500 billones de dólares en todo el mundo por su venta.
No es que los gobiernos no conozcan cómo opera el narcotráfico sino que son cómplices y se enriquecen mutuamente. El juicio a Genaro García Luna, que revela cómo el gobierno de México protegió a un cártel bajo el gobierno de Calderón, es una de las muestras más claras. La juventud, las mujeres y la diversidad somos los que vivimos las repercusiones de la violencia provocada por esta política.
Este 6 de mayo, salgamos a las calles contra de la militarización y pelear en las calles para conquistar una legalización efectiva del cannabis y su consumo. Por planes integrales de salud y gratuitos para atender a consumidores de todas las drogas, por la libertad a los presos por consumir, cultivar y por poner fin a años de criminalización por el simple hecho de darse un toque. |