Dos días antes de que se reúna por primera vez la llamada “mesa política del Frente de Todos” (atravesada por más incógnitas que certezas, tal como lo explica Fernando Scolnik en otra nota), este martes en La Plata el presidente del PJ bonaerense y diputado nacional Máximo Kirchner tuvo un primer encuentro con referentes del partido que actúan en ciudades del interior de la provincia que hoy gobierna Axel Kicillof.
Según informaron algunos portales citando “fuentes confiables”, la reunión se hizo en la sede del PJ de calle 54 entre 7 y 8 de la capital bonaerense. Fue “a puertas cerradas” y Kirchner estuvo “secundado” por la vicegobernadora Verónica Magario (presidenta del Senado bonaerense), el jefe de Gabinete provincial Martín Insaurralde y la ministra de Gobierno Cristina Álvarez Rodríguez.
Para este encuentro (el primero de varios que prometió hacer Máximo) fueron invitados doce presidentes del PJ a nivel municipal: Ricardo Gorostiza de Ramallo, Ramiro Baguear de Rojas, Emir Miranda de Arenales, Mauricio Martín de Viamonte, Pablo Lambert de Trenque Lauquen, Juan Pablo García de Dolores, Evangelina Goicoechea de Lavalle, Marcelo Rivero de Necochea, Patricia Domínguez de Bahía Blanca, Natalia Schmidt de Alsina, Gustavo Trankels de Tornquist y Danilo Mengarelli de Saladillo. El denominador común de los convocados es que todos militan en ciudades con fuerte peso de la actividades agropecuaria y con intendentes de Juntos por el Cambio.
La reunión duró más de cinco horas y su carácter de “secreta” habilitó a que, una vez finalizada, ninguno de los participantes se viera obligado a hablar sobre lo que allí se conversó. Sin embargo, algo siempre se dice. Y precisamente lo que se difundió fue una arenga del propio Máximo en clave electoral.
“Nos pidió que busquemos a los sectores agropecuarios que quieran coincidir con el modelo nacional y popular. Nos instó a que dialoguemos con ellos las veces que sea necesario para que sepan que el mejor camino está acá, en este partido”, detalló Gorostiza de Ramallo apenas finalizado el cónclave. Es decir, que busquen apoyos en localidades políticamente refractarias al peronismo y con hegemonía electoral de la oposición de derecha.
La preocupación del peronismo por conquistar votos del interior de la provincia se explica por varios factores. Por un lado, en el Frente de Todos no tienen claro que puedan recuperarse en 2023 de la sangría de electores del conurbano bonaerense padecida en las legislativas de 2021. Y por otro, intentando compensar esa pérdida, creen necesario conquistar votos de otras secciones electorales para que el oficialismo no resigne peso en la Legislatura. Al peronismo le preocupa mucho que el condicionamiento que hoy tiene Kicillof en el parlamento provincial se profundice a manos del PRO y la UCR con esos importantes (proporcionalmente hablando) votos “del campo”.
Lo que no trascendió de la reunión de este martes en La Plata (y que probablemente sea lo que más horas de discusión demandó) es qué van a proponer desde el PJ a los productores rurales a cambio de que apoyen al Frente de Todos y no a Juntos por el Cambio. Ideas no les deben faltar, claro, a juzgar por los diversos beneficios económicos y financieros que las patronales del campo y del agronegocio vienen obteniendo desde hace décadas, gobierne quien gobierne.
En ese sentido, las reuniones “provinciales” de Kichner van en línea con las iniciativas nacionales que viene teniendo hacia los sectores agropecuarios el ministro de Economía Sergio Massa, a quien hoy el kirchnerismo banca a muerte y hasta lo piensa como “salvador” del Frente de Todos, la coalición gobernante sumida en una interna que le impide levantar cabeza en medio de una crisis económica, social y política con pocos precedentes en el país.
Como bien detalla Scolnik en su columna de La Izquierda Diario, Cristina Kirchner, vicepresidenta y madre de Máximo, no sólo catapultó a Alberto Fernández como presidente (tras su fallido intento de apostar por Daniel Scioli en 2015) sino que hoy está decidida a apoyar a Massa. No sólo en la aplicación del duro plan de ajuste (aún más duro que el aplicado por Martín Guzmán) contra el pueblo trabajador y los sectores populares, sino también en la seguidilla de beneficios y concesiones a los sectores de poder económico, como las multinacionales mineras y energéticas, a los bancos y a las patronales del campo. El intento de Kirchner junior de “seducir” a los ruralistas bonaerenses es coherente con esa línea familiar. | 
