La semana pasada se daba a conocer que el recién renovado presidente de la Patronal (CEOE), Antonio Garamendi, pasaba de facturar como autónomo a estar en nómina como alto directivo con un vulgar salario anual de casi 400.000 euros. Pobrecito. Distintos medios sitúan la subida de sueldo del presidente de los empresarios entre un 7% y 9% basándose en información filtrada por trabajadores para la Patronal, aunque las fuentes oficiales argumentan que esto es solo responde a la subida del 3% anual que perciben todos los trabajadores de la organización. Sin embargo, hay casos de duplicaciones de salarios de altos ejecutivos en la banca ante beneficios históricos en plena crisis y subida de precios.
La información acerca de esos descarados 400.000 euros anuales no ha sido publicada oficialmente, sino filtrada a distintos medios. Pese a que la CEOE tiene en sus propios estatutos la obligatoriedad de publicar el salario de su presidente, nunca se ha conocido (hasta ahora) específicamente cuánto es lo que cobra; argumentan que se encuentran dentro de “toda legalidad” porque esta remuneración se encuentra dentro de “conceptos más amplios” que sí son publicados.
Así es amigxs, en plena crisis de poder adquisitivo para la clase trabajadora, la organización que se negó a siquiera sentarse en las negociaciones para la subida del SMI y expresó su fuerte rechazo a esta (y finalmente elogió la reforma laboral del gobierno PSOE-UP), tiene a su máximo representante con un cómodo salario, que seguramente le permita comprarse otro yate, mientras hay trabajadoras que con 2 o más empleos tienen que escoger entre pagarse el alquiler o la comida.
Aparte de las críticas que ha recibido desde diversos sectores, dentro de la propia CEOE esta decisión recibió también el rechazo de algunos de sus miembros, como Jorge Cerbeiros, el representante de empresarios de Pontevedra. Cerbeiros argumentaba que el nuevo salario del presidente “le complica la vida a todos los empresarios”, porque aumenta el rechazo y el descontento con la clase empresarial por parte de la sociedad en plena crisis económica. Pobres empresarios a los que cobrar demasiado les complica la vida, rezaremos por sus almas.
Garamendi evidentemente ha salido a defenderse ante las críticas. Este miércoles ha hecho una aparición en el programa Espejo Público diciendo que la subida salarial es una decisión “privada” y “en libertad”, y alegaba que está siendo objeto de una “campaña de descrédito hacia los empresarios” y que ahora “le había tocado a él”. Como si no fuera lo suficientemente descarado este comentario, cuando le preguntaron acerca de los comentarios del representante de Pontevedra ha dicho que “esto es como cuando hay una violación y dicen que la chica iba en minifalda”, así, sin ningún tipo de reparo. Estas cosas se les escapan a los representantes de la clase capitalista que trata de ordenar a su antojo el mundo.
Mientras la clase trabajadora paga nuevamente la crisis, las empresas no hacen sino aumentar cada vez más sus beneficios, y la patronal rechaza cualquier subida del SMI por mucho que suban los precios y por escasa que sea (porque no hay que engañarse, la subida del SMI a 1080€ no le ha arreglado la vida a ningunx trabajadorx precarix) mientras le sube el salario a casi 400.000€ a su presidente. Pero como si todo esto no fuese más que suficiente, además este último nos toma por idiotas y banaliza y ridiculiza las agresiones machistas comparándolos con los “ataques” que está sufriendo él, porque, pobrecito, no tiene la culpa de estar ganando casi medio millón de euros al año, que se supone que no tenía que haberse hecho público.
Toda esta rabia fundada contra la peor casta de gente se debe canalizar en organización y en lucha. Porque ese miedo que tienen al creciente “rechazo” de la casta empresarial por parte de la sociedad no es más que la clase trabajadora y los diferentes sectores oprimidos dándose cuenta que no le deben absolutamente nada a este sistema ni a la gente que se beneficia a su costa, que solo ha hecho que las crisis y la precariedad la sufran lxs mismxs de siempre. |