· The Last of Us es una serie producida por la plataforma HBO. Cuenta la historia de un mundo posapocalíptico en el que Joel y Ellie, un hombre y una adolescente, tienen que atravesar un Estados Unidos en cuarentena permanente, infectado por zombis y gobernado por un régimen autoritario.
· ¿Cómo pasó? La cepa de un hongo parasitario empieza a mutar a altas temperaturas. Los infectados evolucionan en una especie de zombis porque uno de los primeros efectos del hongo es sobre el cerebro, las personas pierden su humanidad, se vuelven agresivas y degeneran progresivamente. Si te muerde o te rasguña un clicker o chasqueador, lo más probable es que te maten para no infectar a otros.
· Los infectados evolucionan en una especie de zombis porque uno de los primeros efectos del hongo es sobre el cerebro, las personas pierden su humanidad, se vuelven agresivas y degeneran progresivamente. Si una persona es mordida o rasguñada por clicker o chasqueador lo más probable es que la maten para no extender la infección.
· No se conoce una cura pero Ellie (Bella Ramsey, Lyanna Mormont / Game of Thrones) tiene 14 años, creció en un centro de cuarentena y fue herida por un chasqueador y no se infectó. Por una serie de acontecimientos, termina a cargo de Joel (Pedro Pascal) para llegar a un laboratorio a cargo de Las Luciérnagas, un ejército de resistencia al régimen. Hasta acá un resumen sin spoilers.
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Relatos, medios y plataformas
· ¿De dónde sale The Last of Us? De un juego de playstation creado en 2013. No hace falta ser gamer ni tener ningún conocimiento para ver la serie. Y funciona así por la transmedia, que cada vez gana más peso en las producciones culturales, sobre todo por la proliferación de plataformas y formatos. La transmedia se trata de experiencias narrativas que se despliegan a través de varios medios o plataformas. No se refiere solo a la adaptación, en cada medio se cuentan partes diferentes del universo de la historia o de los personajes.
· La serie fue creada por Neil Druckmann (guionista y director creativo del juego) y Craig Mazin (creador de la serie Chernobyl también de HBO). La historia tiene momentos de acción y violencia, pero vamos a ver muchas menos decapitaciones de zombis y luchas cuerpo a cuerpo que historias y reflexiones sobre problemas profundamente humanos, en un mundo donde las personas hacen lo que pueden para sobrevivir y encontrarte con un zombi no es lo peor que puede pasarte.
Problemas de la vida cotidiana
· La serie abre muchas conversaciones. Estas son solamente algunas posibles.
· The Last of Us es una producción mainstream del género de zombis, considerado como el terror o la ciencia ficción, como un género menor. Es decir, como un género menos serio que el dramático, por ejemplo. Algo que es discutible en sí mismo y si pensamos en la película de zombis que de alguna forma fundó el género podemos ver que no todo es tan lineal.
· La noche de los muertos vivos (Night of the Living Dead) de George A. Romero de 1968 no buscaba ser política pero tiene un actor negro (Duane Jones) en un rol fuera de lo común. Ben es el héroe pero al final lo mata la Policía, que está poniendo orden en las zonas infestadas de muertos vivos. Se estrena unos meses después del asesinato de Martin Luther King, líder del movimiento derechos civiles en Estados Unidos, en plena movilización contra el racismo, la opresión de las mujeres, la guerra de Vietnam, y eso genera identificación y muchas relecturas. Una película de zombis de bajo presupuesto activa debates que atraviesan la sociedad y se transforma en clásico.
· Hay un ejemplo más cercano: Ultra Tumba, la novela del escritor argentino Leonardo Oyola (otra de amor y de zombis). Los zombis no son un recurso cualquiera, son una herramienta para contar una historia sobre la inhumanidad de las cárceles y el refugio que representan los lazos humanos.
· The Last of Us es una serie de zombis pero se toma el trabajo de intentar, al menos, pensar sobre problemas actuales. No solo no los ignora sino que, al revés, los transforma en parte orgánica de su historia. De alguna forma, muestra que no hace falta que una producción sea “de nicho” o temática para hablar de cosas que son parte de nuestra vida.
· El hongo que origina el desastre no es extraterrestre o repentino. Es parte del desastre ambiental (un problema que conocemos muy bien de este lado de la pantalla). Vemos las discusiones que vienen desde los años 1960, como se sale de control en los 2000 y las consecuencias en el presente.
· La vida de todos los días está presente: nuestra relación con la comida, la diversión, cómo es la relación con nuestros cuerpos en un escenario caótico. Qué pasa con la menstruación, algo que le sucede a la mitad de la población, es parte de la historia. No hay discursos ni gestos grandilocuentes, solo aparece una copa menstrual y alguien explica cómo usarla. Y con ese detalle resuelve sencillamente algo que estuvo ausente en series como The Walking Dead, en la que nadie menstrúa durante once temporadas. El impacto de una escena que dura unos segundos fue inmediato, varios portales estadounidenses hablaron de un boom de ventas de copas menstruales. Uno de los creadores de la serie lo resumió así: “en un post apocalipsis, es frustrante tener que lidiar con eso y tener pocas opciones. ¿Por qué no enseñarlo? Sobre todo cuando nuestra coprotagonista es una chica de 14 años”.
Las criaturas más extrañas
· El amor es un protagonista inesperado en esta historia posapocalíptica. La serie cuenta muchas relaciones, no solo románticas, también de amistad, de familias, de camaradería. No hay jerarquías ni casilleros de diversidad, no hay historias “normales” y “diferentes”, todas se cuentan igual. Llama la atención que haya más de una que no es heterosexual, pero eso pasa porque estamos acostumbrados a lo contrario. Y cuando aparecen relaciones no heterosexuales se subraya la diferencia, lo supuestamente especial, cuando en realidad son todas relaciones entre personas.
· Para hablar de nosotras, las personas, los zombis, el terror, la ciencia ficción son canales efectivos porque a veces es más fácil vernos “desde afuera” (algo que muchas veces en la literatura conocemos como “extrañamiento”) para pensar o cuestionar todo eso que parece normal.
