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Islandia, un helado país nórdico (en inglés Iceland significa literalmente “tierra de hielo”); está casi inmerso en el Oceano Ártico y cuenta con una población de apenas 339.000 habitantes. Hasta hace unos meses no era ni por asomo una potencia futbolística. Nunca jugó torneos importantes a nivel selecciones; ni hablar de un mundial, en las ediciones anteriores de la Eurocopa (el campeonato más importante a nivel selecciones del viejo continente) jamás había participado. Pero ahora, se transformó en una de las primeras selecciones en clasificar a la edición 2016 de la máxima competencia europea que se disputará en Francia. Islandia, la hormiguita que hizo caer al elefante Holanda, a Turquía, y hasta logró ganarle al otro clasificado del grupo, República Checa. Islandia clasificó primera por diferencia de goles y dejó en el camino a la selección naranja, al combinado de las tierras de Onur y Sherazade, y también a Letonia y Kazajistán.
La isla que saltó a la fama de la mano de una de sus principales artistas, la cantante Björk, y también por el desastre financiero que provocaron sus bancos en el 2008 sumiendo a su economía en una profunda crisis de la que logró recuperarse, hoy tiene algo más para erigirse en noticia: sus futbolistas que conquistaron una clasificación contundente. Lograron derrotar a Holanda de locales (por 2-0) y de visitantes (1-0), los 3 goles fueron obre de Sigurdsson, mediapunta que juega en la Premier League para el Swansea City. Otra de las figuras islandesas también juega en un equipo de Gales que milita en la primera división del fútbol británico: Gunnarsson, del Cardiff City. Y es que la llegada de una serie de jugadores a las principales ligas europeas (uno de sus delanteros, Sigthorson, juega en el Nantes; el veterano Gudjohnsen desfiló nada menos que por el Barcelona) es lo que explica un poco el secreto de esta selección que es la gran revelación de Europa. En pocos años, el fútbol islandés tomó envión de la mano de una generación de futbolistas experimentados que se fueron profesionalizando. Cuando en 1991 Islandia derrotó a la selección española de Emilio Butragueño, parte del plantel la integraban plomeros y oficinistas. Ahora, otra es la composición de este equipo.
También aportó sus conocimientos un técnico con experiencia, Lagerbäck, que proviene de Suecia, uno de los países del norte de Europa que más desarrollaron el fútbol.
Cuando el último domingo empataron con Kazajistán 0 a 0 se aseguraron la clasificación. A pesar de ser poquitos, y a pesar de los grados bajo cero, inundaron las calles –algunos disfrazados de vikingos- para festejar el logro deportivo más importante en la historia de su fútbol. Ese día, Björk no pudo cantar “It’s oh so quiet” (“Oh, es tan tranquilo”). No era para menos. |