El cambio de Gabinete, tibio y cosmético, no es más que la continuidad del giro que venía teniendo el Gobierno de Boric a la vieja Concertación. El diputado Rivas -del Partido De la Gente- lo definió como “Sale Gabriel Boric y entra Michelle Bachelet”, para graficar el desembarco total de la Concertación en el Gobierno de Apruebo-Dignidad. Lo cierto es que el cambio de Gabinete consistió en 15 subsecretarías y 5 ministros. Y a pesar de los esfuerzos de la Vocera de Gobierno, Camila Vallejo, por plantear el cambio de Gabinete como una reestructuración primordialmente de subsecretarías o las palabras de aliento y reconocimiento de Boric a sus Ministros, lo notorio es que el giro a la Concertación se mantiene. Donde destacan figuras como Jessica López en Obras Públicas (del PS, ex-presidenta del Banco Estado) y Albert Van Klaveren (cercano al PPD y subsecretario en el Gobierno 1 de Bachelet) en RREE. Es claramente la continuidad de esa línea.

Pero el cambió de Gabinete fue recibido con tibieza en su propia coalición. El senador Espinoza del Partido Socialista lo calificó como “insuficiente”, más a la izquierda tampoco fue bien recibido, la senadora Campillai quien se mostró preocupada con los cambios y como afectaría eso las conversaciones en la Mesa de Reparación en materia de DDHH.

Pero las críticas más fuertes vinieron de la Derecha. A pesar de que el Gobierno busca girar cada vez más hacia la Concertación, la derecha no parece estar conforme. El Senador Ossandon (Renovación Nacional) lamenta que el giro a la Concertación no estuviera marcado lo suficiente y califica el cambio de Gabinete como puramente “cosmético”. Kast no opina muy distinto, y lo define como un “ajuste insignificante” en sus redes sociales. Chahuán -de RN- planteó que pueden cambiar las caras, pero si no cambian la forma de dialogar se repetirá lo que pasó con la reforma tributaria.

El Senador Alessandri (Unión Democrática Independiente) fue más lejos aún, planteó que debería haber salido el Ministro de Educación, Marco Ávila (Revolución Democrática). Y es que lo planteado por Alessandri fue un trascendido durante el día que se barajó durante toda la mañana en prensa, y que no fue hasta el último momento en que se decidió mantenerlo en el Gabinete. El cambio de Gabinete expresa el momento del Gobierno, que combina el giro a la Concertación y la extrema debilidad del mismo, si bien Boric ha conseguido afirmarse y levantar un poco su imagen pública, no consigue poner al Gobierno a salvo ni estabilizar el barco lo suficiente como garantizar que podrá cumplir con su programa.