Esta causa sigue abierta desde entonces y Blaquier supo aprovechar la enorme “lentitud” de la Justicia y también ciertos favores desde el Estado para ir entorpeciendo el proceso. Las y los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado (y de la propia empresa) en Ledesma nunca bajaron los brazos. El año pasado habían logrado que la Justicia vuelva a solicitar un estudio médico a Blaquier en pos que no quede impune y que finalmente vaya a juicio.
La empresa colaboró prestando sus camiones para la detención de personas durante los apagones eléctricos en Calilegua, El Talar y Libertador General San Martín durante los meses de junio y julio de 1976. La empresa con su usina abastecía de energía a esas localidades. De esa forma, quitando el suministro eléctrico, sembraba el terror y colaboraba con el accionar del ejército.
Pero su ayuda en la persecución y detención de activistas obreros, delegados y estudiantes ya había comenzando hacia fines de 1974 cuando el gobierno de Isabel Perón inició las intervenciones de municipios y gobernaciones. Y tiempo después en los primeros meses de 1975, el “Operativo Independencia” desembarca sobre el sindicato azucarero desarticulando su comisión directiva.
Carlos P. Blaquier llegó a constituirse en el hombre fuerte de Ledesma por su casamiento con Nelly Arrieta (fallecida en 2020) y así se convirtió en uno de los principales millonarios del país. El Grupo Ledesma nunca dejó de amasar fortunas, en base la explotación de la clase trabajadora, y también a partir de los favores recibidos de los distintos gobiernos de turno.
Su muerte en la impunidad es el resultado de una sociedad donde los grandes empresarios están acostumbrados a hacer lo que quieren. Cuentan con los gobiernos y el Estado de su lado. Otro ejemplo de empresarios impunes por delitos de lesa humanidad es el de la ex dueña del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble; o Martínez de Hoz, empresario de Acindar y ministro de Economía de Jorge R. Videla.
Pero todo esto, no es más que un incentivo a redoblar la pelea por Memoria, Verdad y Justicia por las y los 30.000 compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos. Esta lucha es la que da más fuerza en el presente para conquistar una sociedad sin más explotadores y explotados, sin más opresores y oprimidos, una sociedad socialista donde podamos vivir las mayorías trabajadoras y populares en plena libertad.
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