En la concentración frente al Ministerio de Educación, además de los docentes de la capital, confluyeron también de otros estados del país como Aragua, Portuguesa, Barinas, Miranda, Vargas, uniéndose a la protesta. Esto a pesar de los obstáculos que puso la policía para evitar que desde otras ciudades confluyeran en Caracas, reteniendo autobuses con trabajadores que se dirigían para sumarse a la manifestación.
Pero poco a poco, la concentración fue creciendo hasta aglutinar a centenares de trabajadores que se hicieron sentir con sus reclamos y sus cantos. "Vivimos una esclavitud moderna bajo los salarios de hambre de los que somos víctimas", denunciaban los trabajadores y las trabajadoras. "Salario de 6$ es esclavitud", "Salarios de 130 Bs. es genocidio", "Un maestro no debería tener un segundo empleo debería tener un mejor salario", se leía entre los distintos carteles en la protesta frente al Ministerio de Educación.
Es que la situación es insoportable con los salarios y pensiones de hambre y con los derechos laborales pisoteados. El salario mínimo fue fijado en marzo de 2022 en 130 bolívares mensuales (que equivalen hoy a unos 5 dólares), por lo que se necesitan más de 50 sueldos mínimos para cubrir la canasta alimentaria que está cerca de los 400 dólares. Esto es lo que perciben gran parte de los trabajadores públicos y más 5,3 millones de pensionistas y jubilados. El gobierno se sigue llenando la boca de que "Venezuela se recupera", pero de lo que se benefician unos pocos, sobre todo los grandes empresarios, a costa de los salarios de hambre de la inmensa mayoría.
Y las protestas no cesan. Desde comienzos de enero, millares de trabajadoras y trabajadores del magisterio, del sector salud, de la administración pública, de las universidades autónomas y también los pensionistas y jubilados se han manifestado simultáneamente en todo el país para demandar un salario igual a la canasta básica y los contratos colectivos.
Si por abajo hay tendencias a la mayor unidad, por arriba las diversos direcciones burocráticas sindicales dividen e impiden que se golpee con un solo puño para doblarle el brazo al gobierno. Esto es lo que se observa en cada manifestación de calle, donde incluso en el mismo día, se protesta de forma dividida. Basta de tanta división que imponen para arriba.
Por abajo las trabajadoras y los trabajadores del magisterio luchan y se organizan. Así lo expresa Adriana López, docente del municipio Cristóbal Rojas, estado Miranda, organizándose por escuelas y junto a los padres y representantes: “En el municipio nos hemos organizado por ejes, haciendo asambleas permanentes de instituciones con padres y representantes para que nos den el apoyo y esto ha sido de mucha empatía y agrado… En el municipio Cristóbal Rojas somos 51 instituciones y ya el 80% de esas instituciones están paralizadas con asambleas permanentes donde padres y representantes siguen dando el apoyo”.
Y llama a seguir luchando. “Los docentes seguimos en las calles luchando por mejoras contractuales que nos garantice el vivir en este país, ya que el salario de nosotros es de hambre, de miseria… Sabemos que la inflación y todo lo que está pasando en el país nos desmejora cada día y nosotros seguimos adelante, marchando, protestando por un salario de calidad que nos permita vivir”.
Para alcanzar la mayor unidad, que es la que se viene imponiendo por abajo, y para que esta lucha no se desgaste, es necesario dar saltos organizativos que la fortalezcan. Por ello es la necesidad de organizarse y discutir por asambleas y que todos los trabajadores formen Comités de conflicto por escuela, liceo y lugar de trabajo, que permitan torcer el brazo al gobierno. Ante los oídos sordos del gobierno, preparemos las condiciones para un gran lucha nacional que culminen en un paro nacional de todo el magisterio apoyado por todos los demás sectores, con independencia política tanto del gobierno hambreador y represor, como de los partidos patronales de la oposición de derecha. Es la perspectiva que puede fortalecer las luchas en curso y al conjunto de la clase trabajadora. |