El sábado recién pasado, un importante grupo de dirigentas de distintos cargos de representación popular de la región metropolitana se dieron cita en el centro de santiago para la “Primera cumbre regional de mujeres y equidad de género”, instancia organizada por la Gobernación metropolitana, a cargo del ex DC, Claudio Orrego, y que contó con la participación de Bachelet entre otras figuras de gobierno.
El evento buscaba visibilizar y conversar sobre las principales desigualdades que aquejan a las mujeres en su día a día, apuntando a definir en conjunto los objetivos y políticas públicas para la región Metropolitana en materia de género.
Parte de las discusiones fue cómo llevar adelante las diversas iniciativas en torno a la equidad de género y enfrentar problemáticas que afectan particularmente a las mujeres en temas como violencia de género, el acoso callejero o la integración de más mujeres al trabajo.
Proyección política y la ex Concertación a la ofensiva
Desde hace meses Orrego viene figurando como uno de los políticos mejor evaluados del país, lo cual se ha facilitado por su estado actual de “independiente”. Aún cuando desde su salida de la DC se ha mantenido en la órbita de Socialismo Democrático, Orrego ha seguido jugando un rol de bisagra entre la DC, Socialismo Democrático y el Gobierno, lo cual le hace atraer simpatías de forma transversal, incluso por su trabajo de gobernador, con municipios de derecha.
Junto a Orrego, varias figuras políticas de la exConcertación, vienen ganando espacio en la política nacional, de la mano del reordenamiento de las correlaciones de fuerza dentro del gobierno, pareciera ser que Boric les hubiera rehabilitado luego de la deslegitimación que sufrieron producto de la crisis del 2019.
Estas figuras, responsables de la política de los últimos 30 años (Orrego fue alcalde, ministro y gobernador en distintos periodos), ahora ganan peso e imponen condiciones gracias a la claudicación del Frente Amplio y el Partido Comunista.
De la mano con la recuperación del poder político y legitimidad, ahora trabajan por blindar el fraude del nuevo proceso constitucional, pactando con la derecha la reforma a la constitución pinochetista para consagrar el pacto neoliberal en un plebiscito que deberá votarse a fin de año.
La clase trabajadora y los sectores populares no pueden esperar nada de estas figuras que representan la continuidad del modelo de los últimos 30 años. |