Como se planteara en este diario en las primeras horas de cerrada la elección en pleno escrutinio, el triunfo de Weretilneck - Juntos Somos Río Negro (JSRN), con el apoyo de radicales, kirchneristas, massistas y los de Nuevo Encuentro; fue con una baja importante de un 10% de sus votos respecto a 2019. El gobernador electo, que asumirá en diciembre, no logró despegarse de la mala imagen y oposición creciente de sectores de la clase trabajadora estatal contra el gobierno de su compañera Arabela Carreras. Tras el resultado, Weretilneck ensaya una línea discursiva en la que intenta despegarse más aún de la actual gestión de ajuste de su propio partido.
En ese marco, el peronismo en sus diferentes alas no levantó cabeza; el PRO conserva su espacio pero sin poder presentarse como alternativa en la provincia, con un desarrollo de la derecha mileísta y una leve caída de los porcentajes de la elección del Frente de Izquierda. Nobleza obliga hacer un balance.
El Partido Obrero en su prensa publicó “una importante elección del Frente de Izquierda”, destacando que el FIT-U estaba en el 3,20% (que finalmente resultó ser un 2,99% a gobernador). Por su parte, el MST, sin hablar de porcentaje de votos, la define como una “buena elección” del FIT-U, rematándola con que “el MST hace más fuerte el Frente de Izquierda”.
Más allá de que si comparamos las elecciones con las de abril de 2019, donde el Frente de Izquierda sacó a gobernación 2,6% y el MST, que fue por fuera del Frente de Izquierda, sacó un 1,2%, poniendo un límite a balances superficiales, la discusión que hay que hacerse es cómo se fortalece el Frente de Izquierda en la provincia de cara a la crisis que se va configurando en el país.
¿Fortalecer la inserción de la izquierda entre trabajadores o “ampliar” el FITU a la centroizquierda?
Río Negro es una enorme provincia con una importante disparidad y distinción de niveles en lo que hace a la profundidad de los conflictos docentes y hospitalarios; así como en las elecciones. Distinto es el conflicto docente en Bariloche, donde hay experiencias organizativas por escuelas junto a sectores de trabajadores en lucha y la comunidad educativa; como por ejemplo en Viedma, donde faltan experiencias de peso en la base docente. En lo electoral pasa algo similar: el Frente de Izquierda sacó un 6% de votos en Bariloche, donde se mantiene la posibilidad real de sacar un concejal para las elecciones municipales de septiembre próximo. Ese porcentaje va en declive hacia el Alto Valle con un 3% y hacia Viedma, con un 2%. Ni hablar en Línea Sur y el interior profundo, donde el Frente de Izquierda saca un 1,5%.
Las elecciones muestran que la crisis del oficialismo y el peronismo por el momento lo está capitalizando en parte la derecha de Rivero-Milei. Pero también muestra la disposición de fuerza y las posibilidades del FIT-U, aún con estas desigualdades. El MST señala que “hay espacio para más izquierda”, y renglón seguido señala que por eso hay que “ampliar” el frente. Cosa que por cierto ya ha hecho en sus propias filas con ex dirigentes del Partido Socialista, como el propio presidente de esa organización hasta hace poco tiempo atrás, quien reivindica públicamente la experiencia del Encuentro Progresista realizado en 2015 en Viedma, donde el PS fue de colectora de la UCR, garantizándole el triunfo de la intendencia a un radical. El fortalecimiento de la izquierda no puede ser a costa de “ampliarse” a nuevos proyectos de unidad con sectores de centroizquierda. El camino es profundizar la experiencia con los sectores en lucha, peleando por un programa de independencia de clase que dé salida a la crisis.
Los resultados obtenidos en estas elecciones en Bariloche, con más del 6%, nos posicionan al Frente de Izquierda en carrera por la pelea por entrar por primera vez al Concejo Deliberante de esa localidad. Nuestra compañera Alhue Gavuzzo, candidata a diputada, es delegada de ATE CONICET de Bariloche, y jugó un rol destacado en la reciente campaña. A su vez, en Bariloche se viene desarrollando en docentes la agrupación 9 de Abril (PTS + independientes) al calor de la lucha.
Fortalecer el Frente de Izquierda al calor de la lucha de clases
Desde el PTS en el FIT-U intervenimos en las elecciones provinciales en medio de una Río Negro cruzada de luchas y experiencias políticas emergentes. El más importante por su extensión y potencialidad, el conflicto docente, donde somos partícipes de las acciones más importantes en todas las ciudades con nuestras compañeras y compañeros de la 9 de Abril, en un segundo año consecutivo en el que se expresa el profundo descontento de la docencia frente a los bajos salarios y el desfinanciamiento educativo. Por otro lado, en la Universidad del Comahue impulsamos junto a estudiantes, docentes y la comunidad Mapuche-Tehuelche una lucha por quitar el homenaje al genocida Lorenzo Wintter de las aulas. Una pelea por los DDHH y contra la derecha que en la provincia lleva adelante una campaña racista en favor de los terratenientes. Además, logrando presentarnos por primera vez en Viedma, la capital rionegrina y militando en Cipolletti la campaña del FIT-U junto a las compañeras del Frente Popular Darío Santillán Corriente Plurinacional en Cipolletti. Nuevas vías y experiencias para enraizar más profundamente a la izquierda rionegrina y desde donde redoblar las fuerzas. Es a través de intervenir en estas luchas, forjando alianzas al interior de la clase trabajadora y los sectores oprimidos, cómo desarrollamos esta campaña del Frente de Izquierda Unidad en Río Negro.
La mejor forma para la izquierda de preparase para lo que se viene es interviniendo en estas luchas con un claro programa de independencia de clase. En plena escalada de la crisis y corrida cambiaria, cobra más relevancia aún ligar las luchas cotidianas de la clase trabajadora por dar una salida política por izquierda. |