Un hombre de 19 años y una nena de 12 murieron y una veintena de personas resultaron heridas al derrumbarse en la madrugada de este miércoles una vivienda en el barrio porteño de Floresta. El hecho se produjo cerca de la 1:35 en un antiguo PH de la Avenida Rivadavia esquina Lacarra.
Las víctimas fatales son Jefferson Aquino (19) y Gabriela Jamile (12), mientras que se busca a Felicitas Cherres (72), que según sus familiares estaba en el lugar al momento del derrumbe. La pareja de Aquino, también de 19 años, pudo salvar a bebé de dos semanas de vida y ambas están internadas en el Hospital Santojanni.
Según informó el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), en el edificio vivían “unas 30 familias, unas 150 personas”. En diálogo con el canal TN, el titular del SAME, Alberto Crescenti, dijo que “ha cedido una construcción de dos pisos” y “lamentablemente hay un fallecido, un hombre de aproximadamente 35 años, por la caída de escombros”. Una hora después se informaba que también perdió la vida “una menor de 12 años”.
"Es una casa con un entrepiso y una construcción posterior, han caído dos pisos", agregó Crescenti a los medios. En tanto el jefe de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Moriconi, afirmó que "no se encontraron personas vivas atrapadas" entre los escombros, pero aclaró que aún resta "verificar si hay personas fallecidas", para lo cual se esperaba "establecer las medidas de seguridad adecuadas para ingresar".
Los heridos fueron trasladados a los hospitales Álvarez, Santojanni, Ramos Mejía y Piñero. En tanto desde el Gobierno de la CABA dijeron que la estructura de la casa “se encuentra inestable” y “con peligro de derrumbe”, por lo que unas cuarenta personas que aún quedaban viviendo allí debieron ser trasladadas a distintos paradores.
Según diversas fuentes, hay personas que vivían en el lugar pero aún no fueron reportadas como heridas ni muertas, por lo que continuaba la búsqueda ya entrada la mañana.
Este hecho, como tanto otros que se suceden día a día en CABA, en el Conurbano Bonaerense y en otros grandes centros urbanos, refleja el drama al que se ven expuestas millones de personas en Argentina donde se combinan la pobreza y la indigencia con la falta de una vivienda digna, el inalcanzable costo de los alquileres para gran parte de la población y la necesidad de someterse a condiciones habitacionales que rayan con la trampa mortal, como en este caso.
Probablemente los funcionarios porteños y nacionales saldrán a darle el pésame a los deudos y golpearse el pecho por la tragedia. Pero nadie se hará cargo de la responsabilidad que les cabe por haber hecho todo para crear las condiciones materiales que llevaron a la terrible situación en la que más de 30 familias debían vivir “clandestinamente” en la casona de Floresta. En definitiva, otro crimen social que no puede ni debe quedar impune. Hay que luchar porque eso no ocurra. |