Para hacer pasar esa flexibilización laboral, demoniza a los sindicatos, que a pesar de la burocratización de sus direcciones, tienen que llamar a marchas y concentraciones que reúne a varias decenas de miles de trabajadores y trabajadoras.
Esa reforma laboral significaría una enorme transferencia de dinero desde la clase trabajadora hacia los grandes empresarios. Enfrentar esto con una huelga general es vital para impedirlo.
Guille Stola te lo cuenta en dos minutos. |